Capítulo 24.

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Sentada en el sofá con Romeo, con una randler en la mano y viendo una de sus series favoritas estaba Mar pasando la noche de aquel viernes. Sus amigos y su hermana habían ido a la feria del pueblo vecino, pero a ella no le apetecía. Era una persona bastante casera, le gustaban los planes tranquilos, y aunque en las últimas semanas había salido bastante y eso le había ayudado mucho, también necesitaba un poco de tranquilidad y el calor de su casa.

Mientras veía la tele escuchaba como en la casa de al lado había movimiento. Hacía un par de semanas que el dueño lo había vuelto a alquilar a una pareja recién casada y aunque eran bastante amables no podía dejar de acordarse que aquellas cuatro paredes tenían el olor y la esencia de Loreto. Pensaba mucho en ella, en como le estaría yendo, le encantaría hablar con ella, saber que tal todo, que estaría haciendo, y aunque sabía mucho gracias a Jaime y Rocio, no era lo mismo. Echaba de menos su tono de voz, ver su risa, la expresión en sus ojos, echaba de menos todo lo que tuviese que ver con aquella mujer que la dejó tan marcada en tan poco tiempo.

- ¡Qué difícil es todo amigo! - le dijo a Romeo mientras le hacía una caricia en la cabeza - Menos mal que tú nunca me vas a dejar sola.

Romeo parecía entender lo que Mar le dijo que contestó a sus palabras con un lametazo en la cara.

Estaba haciéndole cosquillas a su amigo peludo cuando el teléfono empezó a sonar.

- ¿Quién será a estas horas? - se preguntó en voz alta mientras se dirigía a la cocina donde tenía el móvil cargando.

No tardó ni dos segundo cuando sin mirar la pantalla descolgó el teléfono.

- Hola- dijo sin saber quien estaba tras aquella llamada.

- Hola Mar, soy Celia - respondieron al otro lado del teléfono - ¿Te pillo mal? Sé que es viernes y que no es hora de llamar pero quería comentarte algo.

-¡Ay! hola Celia, no no, tranquila, cuéntame que te pasa - respondió con una sonrisa al escuchar el nombre de la que estaba tras aquella llamada. 

- Antes de irme de la clínica creo que apagué todo, pero ahora estaba en casa y no dejo de comerme la cabeza porque creo que me he dejado encendida la luz y el aire acondicionado de la consulta de dentro, y como sé que tienes cámaras ¿Te importaría mirarla por favor? -  pidió muerta de vergüenza por si su jefa le echaba la bronca.

Sin embargo a Mar le hizo mucha gracia el tono de voz que utilizó aquella chica. Se le notaba apurada, y si había sido así, un despiste lo podía tener cualquiera.

- No te preocupes mujer, yo ahora lo miro y si es así me acercó un momento a apagarlo que me pilla aquí al lado, tranquila - respondió con una sonrisa.

- No, no, no, que vergüenza vamos, encima que la culpa es mía vas a ir tú, no, no, tú llámame por favor y yo me acerco a apagarlo - contestó Celia muy apurada con aquella situación. 

- No te preocupes de verdad, lo que pasa que mientras hablamos no lo puedo mirar, así que te cuelgo y ahora te escribo para avisarte ¿Vale? 

- Sí, sí claro, lo siento, ahora me dices, un beso guapa - y sin dejar que Mar dijera nada, Celia colgó el teléfono.

Mar miró el teléfono al ver lo rápido que había colgado aquella chica y no pudo evitar soltar una carcajada. Celia era especial, tenía ese punto inocente que la hacía ser encantadora. Se notaba que amaba su trabajo, que no tenía maldad ninguna y que si algo la caracterizaba era lo generosa y atenta que era.

Al colgar abrió la aplicación de las cámaras de seguridad de la clínica para ver si estaba todo apagado, y para su sorpresa estaba todo apagado, pero en una de las salas había algo que no conseguía descifrar que era. Señaló la cámara que grababa aquella sala y la acercó, logrando ver un pequeño cartel escrito en un folio blanco, donde se podía leer "Que tengas un fin de semana maravilloso jefa. Celia" Aquello hizo que el corazón le diera un vuelco completamente a la veterinaria ¿La habría llamado con la excusa de las luces para asegurarse que leyera aquel pequeño cartel? Sin duda alguna aquella chica se estaba ganando un hueco en la vida de la veterinaria. 

Acabo de revisar las cámaras y está todo en orden, por cierto que tengas tú también un fin de semana maravilloso :)

Tras escribirle aquel mensaje soltó el móvil y se agachó poniéndose a la altura de Romeo.

- Amigo, me parece que haber contratado a esta chica ha sido muy buena idea.

Quitó el cargador del enchufe, desconectó el teléfono y se fue para el salón para seguir viendo la serie. Iba por la última temporada de Anatomía de Grey y nunca se cansaba de verla. Se disponía a darle al play para seguir con el capítulo cuando volvió a sonar su móvil.

Celia: Veo que la excusa ha servido para que vieras el cartelito, soy una chica ingeniosa ¿No crees?

Mar no podía dejar de sonreír leyendo aquel mensaje, definitivamente todo fue una excusa para asegurarse que leyera el cartel, y joder que ilusión le había hecho, aunque no sabía si aquello era lo correcto. Celia no dejaba de ser una de sus empleadas y no quería líos con nadie, además ella ahora mismo no estaba disponible para nadie. Pero ... ¿Estaría aquella chica tirándole los trastos? Lo mismo se estaba subiendo a la parra y solo quería ser amable, pero ... no era lo normal ¿no?

Ya veo que imaginación no te falta, pero te reconozco que me ha encantado. No sé de donde sacas esas ideas pero me vas a tener que dar clases, a ver si así aprendo algo.

- ¿Estás tonteando Mar? - se preguntó a ella misma en voz alta - Es tu empleada, además sabes que tú no has superado el tema de Loreto, así que vamos a relajarnos.

Ella misma se intentaba calmar ante aquella situación, pero no podía negar que estaba encantada con las ocurrencias de aquella chica. 

Celia: Esto es innato, sale solo cuando quién está frente de mí se lo merece, así que poco puedo enseñarte.

Mar no pudo evitar soltar una carcajada, aquella chica definitivamente era maravillosa, pero no iba a seguir con aquel juego porque sabía que podía terminar mal. Así que sin contestarle a nada más, soltó el móvil y lo puso en silencio, así no tendría la tentación de volver a contestarle. Le daba miedo que aquello evolucionara en algo más. 


Chica nueva en el puebloWhere stories live. Discover now