Capítulo 17.

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Habían pasado un par de horas desde que todos llegaron a la casa de Loreto tras salir de la clínica veterinaria. Ella se había quedado dormida en las piernas de Mar, después de tanto llorar. El resto de chicos estaban sentados en el salón de la profesora viendo como Mar se limpiaba las lágrimas mientras le peinaba el pelo a la profesora mientras dormía.

- Pobrecilla- dijo Val todavía con el corazón encogido - Es que vaya papelón ha tenido que vivir.

- Si a mi Rufo le pasa eso, yo creo que también me muero - añadió Javi acordándose de su perro.

- Le va a resultar muy difícil superar ésto, creo que ésta chica estaba muy aferrada a ese animal - dijo Paula mientras la miraba dormir.

 - Eso no se supera - añadió Tomás - se aprende a vivir con ello, no queda de otra. Lo que me da pena es que está sola, es decir, no tiene a sus amigos, a su familia cerca en estos momentos y tampoco creo que tenga fuerzas para avisarlos.

Mar no pronunciaba palabras, no podía quitarle la vista de encima sin dejar de llorar.

- Bueno, nosotros estamos aquí, podemos serle de ayuda ¿no? - dijo Valentina - No seremos como sus amigos, pero al menos no estará sola.

- Ya eso si, haremos lo que podamos y lo que ella necesite, al menos que sienta el calor humano de alguien - contestó Paula.

Todos se miraron entre ellos, la veterinaria estaba totalmente rota, y eso les preocupaba. No estaban acostumbrados a ver a una Mar rota y mucho menos por nadie que no fuera su familia. Miraban como le acariciaba el pelo, le tocaba las mejillas y le limpiaba las lágrimas que le caían a la profesora mientras dormía.

- Mar, cariño ¿Estás bien? ¿Deberíamos dejarla descansar? - dijo Javi acercándose a su mejor amiga.

- No puedo dejarla sola - consiguió decir con un hilo de voz - me quedaré aquí en el sofá por si necesita algo cuando se despierte, y si quiere estar sola, entonces me iré, pero no puedo dejarla así.

Todos entendieron a la veterinaria, y sabían que era momento de irse. Dejarlas solas y que pudieran llorar tranquilas.

- Si necesitais lo que sea llamarnos por favor, estamos disponibles las 24 horas para ustedes- dijo Paula dándole un beso en la frente a su hermana.

- Te queremos mucho pequeña - dijo Javi regalándole una sonrisa cómplice a Mar.

- Recuerda que no ha sido tu culpa, tú has hecho todo lo que has podido ¿vale? - le recordó Valentina, que sabía que su amiga se iba a culpar de aquello siempre.

Tomás se limitó a darle una caricia, no podía evitar emocionarse con aquella situación.

Todos salieron sin hacer ruido, y aunque a Mar le encantaría quedarse así toda la noche, sabía que Loreto iba a estar incómoda. Así que despacio y como pudo, cogió a la profesora en brazos y la metió en su cama, la arropó y le dio un beso en la frente. Necesitaba descansar, aquel día había estado lleno de emociones muy fuerte para ella e iba a ser duro de gestionar durante mucho tiempo.

Una vez la dejó en el cuarto, se fue para el salón, se puso el pijama que su hermana le había traído de su casa y se sentó en el sofá con el móvil. No podía evitar sentir esa angustia que sentía que le apretaba el pecho. A ver visto a Loreto completamente rota la había partido en dos, aquella chica le importaba muchísimo más de lo que ella pensaba, y lo único que quería era poder evitarle cualquier tipo de sufrimiento. Estaba intentado ver algo en el móvil cuando el teléfono de Loreto empezó a sonar. Sabía que eso era la intimidad de la profesora, pero quizás fueran sus familiares, y aunque se iba a meter donde no le importaba alguien debía de saberlo.

- ¿Sí? Digame - contestó Mar a la llamada.

- ¿Lore? ¿Eres tú?- respondió la voz de un hombre al otro lado del teléfono.

- Hola, no, soy Mar, una amiga de Loreto ¿Jaime? - preguntó Mar con la esperanzada de que aquella voz fuera la del hermano de  la profesora.

- Si soy yo ¿Está bien Loreto? ¿Por qué tienes tú su móvil? - preguntó Jaime sin entender nada.

- Si, tranquilo, a ver te comento - dijo Mar intentando tranquilizarlo - Loreto está dormida, y al ver que había sonado el móvil lo he cogido con la esperanza de que fueras tú. No quiero que te asustes, pero Loreto te necesita.

- ¿Cómo que me necesita? ¿Qué ha pasado Mar? No me asustes -  respondió desesperado.

- Cristal ha fallecido esta tarde - estaba explicando Mar cuando un grito desde el otro lado del teléfono la cortó.

- ¡¡¡¿CÓMO?!!!

Durante más de 10 minutos que duró la conversación Mar le explicó a Jaime todo lo que había pasado las horas anteriores, era justo que Loreto tuviera el apoyo de un familiar en aquellos momentos, y aunque no le preguntó a Loreto si eso era lo que ella necesitaba y podía equivocarse, creyó que estaba tomando la mejor decisión.

- No te preocupes, yo no me voy a mover de aquí hasta que tú llegues - respondió en tono tranquilizador la veterinaria.

- Gracias Mar, de verdad, no sé como voy a agradecerte esto. Cojo las cosas y en cuestión de horas estoy ahí.

Chica nueva en el puebloWhere stories live. Discover now