~ESTE LIBRO CONTIENE ADVERTENCIAS DE CONTENIDO~
Intenso, feroz y jodidamente adictivo.
"Un enorme luchador clandestino, el rey del hielo más temido de la universidad y el tipo más terrorífico del campus"
Hay muchas palabras para describirlo. Es una...
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Skyler Snow Thompson
La alegría es algo que sientes cuando estás bien.
Cuando uno está mal, o triste, no suele sentirla. En realidad, es muy difícil conseguirla. Pero con el tiempo, paso a paso, se logra.
Solo si uno lo quiere y lo intenta.
Intentarlo es dar esos pasos.
A pesar de lo que duelan nuestros pies y cuan lastimados estén, siempre podemos hacer algo más.
La cuestión es no rendirse, ni siquiera cuando el camino tiene grandes piedras que hieren más nuestros talones.
Tarde o temprano, esos pasos te llevarán a la meta.
Así se siente todo desde que me he abierto y he aceptado mi realidad. No importa cuantos altibajos tenga, cuantos recuerdos me pongan tristes o cuanto me tome recuperarme luego de mis momentos de depresión.
Quiero mejorar. Quiero sentir que estoy en control conmigo y con mi vida. Quiero saber cual es mi camino por recorrer y disfrutarlo. Dar todo de mi para que salga bien.
Hacerlo con alegría. Con felicidad.
Pero una cosa es desearlo y otra cosa hacerlo hasta conseguirlo.
Estoy mentalizada a hacer las dos cosas. Hacerlo mientras el deseo se amplía y el gusto va llegando porque la meta está realmente cerca.
Nada me detiene, ni siquiera yo misma en mis malos momentos. No si tengo confianza en que la depresión es momentánea y que luego de superarla volveré a ser como antes.
No pienso dejarme llevar por ella, no importa cuan fuerte me acorrale.
Por supuesto, lograrlo es difícil. Pero... paso a paso.
***
No sé cuánto tiempo vamos a quedarnos.
Alexander ofreció su casa amablemente, sabiendo que ir a nuestro sótano es... demasiado para nosotros. Es un hombre intuitivo y empático, y no dudo que haga todo esto por su amor hacia nosotros. Ha hecho tanto por mi que no me alcanza la vida para pagárselo.
Aunque estuve tentada a aceptar ni bien lo propuso, me tomé mi tiempo para sopesarlo una y otra vez. No quería entrometerme ni llenar su espacio con más personas, mucho menos con unas tan dañadas que complican su ya ajetreada vida.
Pero él... fue insistente, su seguridad cuando nos decía que sería un placer tenernos en su hogar hasta cuando lo queramos... me dio la confianza para aceptarlo.
Pensar en estar rodeada de los objetos que representaban mi futuro destrozado... me hacía querer llorar y salir corriendo.
Este lugar me da tiempo para procesarlo y armarme de valor antes de volver ahí y ser absorbida con lo que no pudo ser.
