~ESTE LIBRO CONTIENE ADVERTENCIAS DE CONTENIDO~
Intenso, feroz y jodidamente adictivo.
"Un enorme luchador clandestino, el rey del hielo más temido de la universidad y el tipo más terrorífico del campus"
Hay muchas palabras para describirlo. Es una...
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Skyler Snow Thompson
Ya tocamos fondo.
Sabemos lo que es estar en lo más profundo... como para no querer volver nunca más.
Pero también, cuando ya lo conoces, sabes cual es el límite.
Lo demás siempre es mejor que eso.
Puedes caer, lastimarte... pero nada nunca volverá a ser lo mismo. Nunca nada será ni se comparará con ese fondo que has tenido que vivir.
Para ti nada puede ser peor que eso.
Y cuando uno se lo propone... salir de eso se logra.
Ahora solo queda avanzar.
***
El tío Alexander cumplió su palabra.
Consiguió a la mejor psicóloga terapeuta del mundo para ayudarnos. La Dr. Anna Glittcher aceptó ayudarnos a mejorar y sanar para rehacer nuestras vidas y nuestras mentes.
No sabía qué esperar de ella. Si soy sincera, la primera impresión que tuve fue que era muy seria y que esto no funcionaria. Pero entendí que eso no tenía lógica y que estaba juzgando un libro por su portada.
Además... me enamoré de un hombre de exterior frío y serio.
Mi gran bestia posesiva y autoritaria.
Acordamos tener una sesión individual y una en pareja, para poder adentrarnos más profundamente en nuestros problemas y resolverlos de forma más personal.
Me parecía incomodo sentarme alli a hablar únicamente de mí, pero después de que hizo su primera pregunta, fue como si todo se derramara fuera de mi, dejándome agotada al final de nuestra sesión. No sé qué pudo haber anotado en su libreta ni lo que habrá pensado al saber todo lo que dije de mi vida, pero confío en que es un proceso que lleva su tiempo.
Solo debo tener paciencia.
Cuando Donovan terminó su primera sesión, ni siquiera hablamos. Él parecía estar tan agotado como yo, o incluso peor, siendo que él es un hombre de tan pocas palabras.
Solo puedo imaginarme cuánto le habrá costado hablar de sí mismo con alguien que no conoce.
Pobrecito, mi gran hombre.
Después de las siguientes sesiones, nos dimos cuenta de que eran temas que no tocábamos fuera de esa habitación que Alexander nos dio para eso. No hablábamos de nuestros pasados, no revivíamos aquellos horribles momentos. Simplemente... Hacíamos otras cosas.
No porque queramos distraernos, sino más bien porque dejábamos que esos temas fueran tratados únicamente con la doctora, y el resto de nuestro tiempo disfrutamos de hacer otras cosas juntos.
