~ESTE LIBRO CONTIENE ADVERTENCIAS DE CONTENIDO~
Intenso, feroz y jodidamente adictivo.
"Un enorme luchador clandestino, el rey del hielo más temido de la universidad y el tipo más terrorífico del campus"
Hay muchas palabras para describirlo. Es una...
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Skyler Snow Thompson
N/A: Por favor no romanticemos las cosas que pasan a continuación.
No puedo moverme cuando despierto. Siento que todo mi cuerpo está quieto y firme contra el colchón, y a pesar de que no siento las sábanas cubriéndome, no tengo frío.
Había tenido uno de los mejores sueños de toda mi vida porque finalmente logré no tener ninguna pesadilla. No entiendo el motivo, no hay lugar en este mundo donde pueda dormir y no revivir en mi inconsciente todo lo que pude haber sufrido. Pero aquí estoy, despertando de una larga noche sin frío ni sueños malos. Parece ser un deseo hecho realidad, si me lo preguntan.
Deleitándome ante ello, intento moverme y estirarme para poder comenzar con un buen sábado lleno de café y lectura, pero me detengo cuando el brazo que sorprendentemente me rodea me aprieta más fuerte, y la respiración en mi cuello me hace consciente de mi entorno. Me paralizo y mis ojos inmediatamente se abren, desesperados. No había tenido nunca a nadie en mi cama, ni de esta manera ni de ninguna otra. ¿Qué está pasando? Mis ojos poco a poco se acostumbran a la penumbra y noto que hay cortinas que permiten que un poco de luz ilumine la habitación lo suficiente para ver con detalle al enorme hombre pegado a mi cuerpo. Por un momento me asusto, sin recordar cómo llegué hasta aquí, pero no hay nada que me estuviera reteniendo en la cama como para que no pueda irme si quiero.
Entonces recuerdo todo. La fiesta, la multitud, Jessica y Set. El juego de retos y... la oscuridad, el miedo y el ataque de pánico que me envolvió cuando me arrastraron contra mi voluntad hacia la puerta del sótano. Entonces allí había estado, la negrura que me rodeaba, el temor que se encontraba allí escondido, en lo más profundo. Y de repente un cuerpo que me levantó y me estrelló con delicadeza a la pared, la calma que había aparecido cuando la cabeza del gran hombre se enterró en mi cabello y comenzó a respirarme, a olerme y a sentirme, como si hubiera querido aspirar todos los malos recuerdos de mi cuerpo.
Me estremezco ante el recuerdo. Nunca vi al hombre porque habíamos estado en completa oscuridad desde la noche anterior, pero aun así confié en él, me dejé apaciguar en sus brazos sin siquiera haberle visto el rostro y me derretí en sus pecho.
Incluso ahora sigo contra él, su rostro lo suficientemente iluminado para que lo observe.
Recorro con detalle cada facción, cada imperfección perfecta que tiene. Pestañas largas y oscuras, cejas gruesas pero no exageradas, una nariz respingada y labios lo suficientemente gruesos como para que cualquiera se sintiera celoso. El tipo es hermoso, incluso con su cabello negro despeinado hacia todas partes y la barba de pocos dias decorando su mandibula cuadrada. Quiero acercarme y tocarlo con delicadeza, pero sé que no puedo. Él transmite miedo y una imponente postura que me hace sentir pequeña además de que no sé cómo va a reaccionar si de repente lo empiezo a tocar.
