Nivel cinco: Hablarán

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Apenas me alejo de Aaron empiezo a preparar mi excusa para no aceptar su propuesta

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Apenas me alejo de Aaron empiezo a preparar mi excusa para no aceptar su propuesta.

¿Qué tal...? «No puedo, tengo que planear mi maratón anual de películas de Harry Potter». Digo, definitivamente no va a tomarme varias horas por semana de los siguientes tres meses... pero es una tradición importante.

Tengo suficiente tiempo para plantearme un montón de formas en que puedo decir que no y salir bien parada. El camino parece mucho más largo cuando no vas corriendo. El problema es que, en lugar de pensar en mis pretextos, mi mente vuelve una y otra vez a la imagen de su rostro.

¿Recuerdas ese momento en qué me pareció que estaba sonriendo? Bueno, estoy un noventa y mueve porciento segura de que lo hizo. Su sonrisa es como una galletita para mi cerebro, las cosas químicas que libera cuando la provoco me dicen: bien hecho, hazlo de nuevo.

El resto del camino lo paso con las manos en los bolsillos y una sonrisa boba en el rostro. Fantaseo con cosas que podría decirle para hacerlo reír.

Cierro la puerta detrás de mí y me regodeo con tener un espacio propio que puedo dejar tan desordenado como me dé la gana sin que nadie me recrimine que debería ser más limpia. Solo son un par de cosas fuera de su lugar, nada de que preocuparse. Si un día descubro una cucaracha o una rata, consideraré ese el límite de mi desorden, por ahora no.

A veces entro a mi apartamento y sonrío, así porque sí. Es bonito pensar que este lugar es mío y que lo conseguí yo sola —bueno, no tal cual, pero lo pago yo—. Me gusta darme momentos para apreciar las cosas lindas que tengo.

Y es justo entonces que las cosas malas aparecen.

Un montón de gente etiquetando mi nombre en tantos post distintos que al principio no tengo idea de qué están hablando. Mi corazón se encoge, parece que está buscando un lugar dentro de mi pecho para refugiarse. El aire se me escapa. Porque la última vez que pasó algo así fue cuando terminé con Teo, y no tengo recuerdos bonitos de ese momento.

Me deslizo en la pantalla para poder darme un panorama general de qué demonios está sucediendo. Descubro que todas las etiquetas tienen la misma raíz: el concurso.

Glitch: del amor y otros juegosWhere stories live. Discover now