Nivel trece: Tres magos

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Apenas llegamos a «el mesón de los tres magos» y me olvido de Arón

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Apenas llegamos a «el mesón de los tres magos» y me olvido de Arón. No es a propósito, es instintivo. En lugar de entrar juntos como debería ser, me separo para curiosear los adornos, espiar las bebidas de los clientes y tocar todos los adornos tocables. Me quedo a dos dedos de acariciar los que tienen el letrero grandote en rojo que dice «no tocar».

Antes siquiera de sentarnos, le pido a Arón que me tome una foto con el auto de los Wesley que sale de la pared, luego con la cabina y el tren de Howards. Él le toma foto a las cosas, pero no quiere salir en ellas.

¿Esa camarera que pasa por nuestro lado está riéndose? ¿Qué tiene de gracioso? Solo es un tipo disfrazado de mago que va detrás de una chica a tomarle fotos en todos los adornos, y ella hace poses exageradas en cada una. O quizá se ríe de esa manera que tiene Arón de negar con la cabeza cuando ni él se cree como se convirtió en el tipo que me persigue por el local.

Nos sentamos uno frente al otro y nos llevan un par de cartas.

—Quiero pedir todo —expreso mi grave preocupación, pero a él le parece divertido—. ¿Puedo pedirlo todo?

—Adelante.

—¡No! —me quejo—. Se supone que tu seas el tipo serio que me ponga los límites. A ver, ayúdame a decidir. —Me cambio de silla para quedar a su lado—. Dime que quieres pedir tú y me das a probar. Poquito.

La mesera viene tres veces a nuestra mesa hasta que me decido por dos bebidas y dos platillos. Quería convencer a Arón de probar alguna cosa que a mí se me antoje también, pero como dije, todo se me antoja.

Devuelvo la carta que parece un pergamino, me la quisiera llevar a casa, pero la mesera dice que no se puede. Entonces Arón me deja ver una de esas sonrisas que no cuestan trabajo, niega con la cabeza como para volver su compostura y me aplasta el sobrero que llevo sobre la cabeza.

¿Me acaba de hacer una especie de caricia? Creo que sí. Pero ni te ilusiones Bria, es del tipo de caricia que le haces a un perro.

A lo mejor estoy alucinando y solo estaba acomodando la cara del sombrero.

—Hufflepuff —declara aplastando el sombrero como para hacerlo hablar. Su voz es de un grueso fingido a niveles cómicos.

Se me sale una risita.

Glitch: del amor y otros juegosWhere stories live. Discover now