Aaron: Podemos vernos en mi casa mañana
Bria: oye tranquilo viejo
al menos invitame un cafe antes xd
Aaron: No tengo cafetera en casa. Nos vemos donde mismo y te llevo después, para que no te toque pedir taxi
Bria: okis
lo mio era broma pero me gusta la idea
¿Saben? No está tan mal. Digo, después de darme cuenta de que he sido la única tonta que ha pensado en ese encuentro todo este tiempo, las cosas son más fáciles. No tengo que ser mi versión coqueta o la que finge no ser un desastre. Puedo ser solo yo.
A Aaron no le intereso. Y está bien. No me importa ni un poquito.
Me repito eso cuando el perfume de Aaron vuelve a golpearme en cuanto me siento enfrente de él en la cafetería, justo como la última vez.
Pensar que no le intereso ni un poco se vuelve más fácil cuando pide locuras.
—¡Eso son ocho horas por semana! —me quejo.
—Suficiente.
—Es un chingo. Debiste haberte equivocado en algún número cuando hiciste los cálculos con tu tablita de Excel.
—Lo dudo.
—Bueno... ¿Qué te parecen cuatro horas, dos días por semana?
—No.
—¿No? ¿Así, a secas?
—Gine, ya te dije: creo que tenemos potencial para ganar esto, pero hay que invertir tiempo.
—¿Y no podemos jugar en stream?
—Podemos. Pero no como entrenamiento. Si jugamos juntos desde lugares separados, no puedo verte y analizar cuál es tu fallo. Además, la idea es que usemos el factor sorpresa, que todos crean que vamos a perder en el primer juego para que se confíen y usar eso como ventaja.
—No, no puedo comprometerme a tantas horas. Tengo... cosas que hacer.
Me cruzo de brazos y concluyo la conversación. Va a tener que ceder.
YOU ARE READING
Glitch: del amor y otros juegos
RomanceCien streamers compiten en parejas por un premio de doscientos mil dólares. Él es conocido por ser bueno en cualquier juego; ella es conocida por ser siempre la primera en morir. Tienen todas las de perder, hasta que unas fotos fuera de contexto se...