Cien streamers compiten en parejas por un premio de doscientos mil dólares.
Él es conocido por ser bueno en cualquier juego; ella es conocida por ser siempre la primera en morir.
Tienen todas las de perder, hasta que unas fotos fuera de contexto se...
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La mañana siguiente me mantengo cuerda con trabajo. Me levanto temprano por puro instinto de supervivencia, toda la noche no logro mantener los ojos bien cerrados porque estoy segura de que se va a hacer tarde, que voy a quedarme dormida. Decido levantarme aunque son las cinco de la mañana.
Parece que no tengo ni una gota de sueño en el cuerpo hasta que me levanto y entonces cae todo el cansancio sobre mis hombros. ¿El sueño se mide en litros? Si es así creo que en cuanto me acuesto estoy como en una sequía, pero cuando me levanto es como cargar un tinaco lleno.
Por la mañana no hago más que tratar de alejar el cansancio con experimentos de café. Luego intento ganarme el sueño haciendo quehaceres, pero ni eso logra aburrirme lo suficiente. Me la paso bostezando, pero sin poder perderme.
Esto hubiera sido más fácil si Arón se hubiera quedado, con él me quedé dormida como si su cuerpo fuera una nube calientita. Mi cerebro dijo: estamos bien, esta persona nos cuida, nada malo puede pasar a su lado.
Me disculpo con mi chat por el aspecto de muerte que debo tener. Por lo regular no me maquillo, a lo mucho me pongo un poco de sombra sobre los ojos y el brillo de labios que mi sobrinita me regaló en mi cumpleaños con los ahorros de su cochinito. Ahora que tengo tiempo de sobra, intento cubrir las ojeras con ayuda de un TikTok.
Nos conectamos a Discord en el grupito mientras estamos en la pantalla de espera. El primero en llegar es Arón, los demás van a tardar en incorporarse, mucha gente está teniendo problemas de conexión el día de hoy.
—Hola —saludo a Arón en cuanto lo veo conectarse—. ¿Qué tal dormiste?
—Peor que ayer —suelta y mis mejillas siento mis mejillas cantarse.
—Concuerdo —respondo e intento disimularme tomando un sorbo de mi bebida.
No quiero ni ver lo que está poniendo el chat ahora.
Poco después llega Alex, y le sigue el resto. Hay problemas con el juego, así que pasamos media hora platicando mientras nuestro chat solo puede ver la pantalla que nos da la bienvenida al juego. El número de participantes sube y baja, pero siempre faltan cerca de veinte. Ojalá hubiera pasado esto ayer, no hoy.
