Cien streamers compiten en parejas por un premio de doscientos mil dólares.
Él es conocido por ser bueno en cualquier juego; ella es conocida por ser siempre la primera en morir.
Tienen todas las de perder, hasta que unas fotos fuera de contexto se...
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Frente a mí solo puedo ver un camino como de setos altos. Tiro para adelante sin importar nada, es más importante avanzar que averiguar que hay a mi alrededor. Como el camino es recto, giro para observar un cielo demasiado azul sobre mi cabeza y veo que los setos tienen rosas blancas que poco a poco se van transformando en rojas. Es como si estuvieran pintadas por alguien.
¡Es un mapa de Alicia en el país de las maravillas! Hace poco Netflix sacó una remake de animación para adultos de Alicia, quedó en el top diez durante semanas.
Lo único que escucho en los auriculares, es una versión casi tétrica de la canción de la película y el murmullo del viento. Esto va empezando y ya me causa escalofríos.
En la parte derecha inferior de la pantalla tengo una barra que me indica el hambre y la vida. Ahora están al cien.
Las primeras veces que me topo con una decisión «derecha o izquierda», elijo la izquierda. Aún no hay pistas, solo tengo que avanzar.
—¿Ven las rosas? Hay más rosas rojas a la izquierda, las de la derecha están más despintadas. Creo que voy bien —explico a mi chat. Estoy muy tensa para ser entretenida ahora, no hablo mucho, pero estoy segura de que mi gente está igual de tensa que yo.
Me encuentro con tres caminos delante de mí. Todos tienen rosas rojas en los setos, pero la diferencia está en las otras flores que sobresalen de la pared. En uno hay flores azules, en otro hay margaritas, y en otro hay girasoles.
—Aquí ya no tengo idea.
Tomo el primer camino que se me ocurre, el de las flores azules. Estas flores hablan y me dicen «Pasa, por aquí querida». Algo no me da buena espina, las flores nunca son amables, así que emprendo el camino de regreso. Las flores se estiran para detenerme.
No sé bien cuál es el botón para defenderme de eso, así que avanzo mientras pruebo todos los botones. Los saltos me alejan de ellas. Tengo botones para golpear, pero no sirven de nada contra las flores. Siento como si mi propio cuerpo estuviera aprisionado, no solo el del juego. Empiezo a desesperarme, es como si unas cuerdas me recorrieran el cuerpo.
