12. 𝖱𝖾́𝗊𝗎𝗂𝖾𝗆 𝖾𝗇 𝖱𝖾 𝗆𝖾𝗇𝗈𝗋 /

22 8 6
                                    

𝖮𝗍𝖾𝖺𝗇𝖽𝗈 𝖾𝗅 𝗁𝗈𝗋𝗂𝗓𝗈𝗇𝗍𝖾
────── 🌙 ──────

Finales de los ochenta, Erdély

❝𝗔𝗹𝗹 𝗵𝗮𝗽𝗽𝘆 𝗳𝗮𝗺𝗶𝗹𝗶𝗲𝘀 𝗮𝗿𝗲 𝗮𝗹𝗶𝗸𝗲; 𝗲𝗮𝗰𝗵 𝘂𝗻𝗵𝗮𝗽𝗽𝘆 𝗳𝗮𝗺𝗶𝗹𝘆 𝗶𝘀 𝘂𝗻𝗵𝗮𝗽𝗽𝘆 𝗶𝗻 𝗶𝘁𝘀 𝗼𝘄𝗻 𝘄𝗮𝘆❞.

❝𝘛𝘰𝘥𝘢𝘴 𝘭𝘢𝘴 𝘧𝘢𝘮𝘪𝘭𝘪𝘢𝘴 𝘧𝘦𝘭𝘪𝘤𝘦𝘴 𝘴𝘦 𝘱𝘢𝘳𝘦𝘤𝘦𝘯; 𝘤𝘢𝘥𝘢 𝘧𝘢𝘮𝘪𝘭𝘪𝘢 𝘥𝘦𝘴𝘥𝘪𝘤𝘩𝘢𝘥𝘢 𝘭𝘰 𝘦𝘴 𝘢 𝘴𝘶 𝘮𝘢𝘯𝘦𝘳𝘢❞.

❝𝘛𝘰𝘥𝘢𝘴 𝘭𝘢𝘴 𝘧𝘢𝘮𝘪𝘭𝘪𝘢𝘴 𝘧𝘦𝘭𝘪𝘤𝘦𝘴 𝘴𝘦 𝘱𝘢𝘳𝘦𝘤𝘦𝘯; 𝘤𝘢𝘥𝘢 𝘧𝘢𝘮𝘪𝘭𝘪𝘢 𝘥𝘦𝘴𝘥𝘪𝘤𝘩𝘢𝘥𝘢 𝘭𝘰 𝘦𝘴 𝘢 𝘴𝘶 𝘮𝘢𝘯𝘦𝘳𝘢❞

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Las lechuzas iban y venían. Nunca era la misma, ni siquiera se parecían entre ellas; una vez hasta usaron un pelícano. Sin embargo, todas portaban lo mismo: cartas de Lyall Lupin o, tal y como empezó a llamarlo Enllunada, del nagyapa.

A Enllunada le resultaba misterioso cómo los pájaros sabían encontrarlas para entregar las misivas, cuando Joana ponía tanto empeño en esconderse y cambiar de zona a menudo. No obstante, esperaba con ganas las noticias de aquel señor galés al que enseguida le había cogido tanto cariño.

Enllunada recordaba la primera vez que había llegado un búho atigrado cerca del carromato, justo al límite de las protecciones de Joana. Ésta pareció alegrarse sobremanera con la llegada y susurró algo acerca de un tal Holló y su eficacia para conseguir información.

Del contenido de aquella carta, Enllunada no supo nada, ni de la segunda. Pero con la tercera, Joana esperó la cena para hablar con ella:

—Necesito contarte algo.

—¿Algo como de quién son las cartas? —preguntó Enllunada por milésima vez en aquellos días, mientras jugaba con los guisantes del plato.

—Sí... pesada. —Sonrió Joana poniendo los ojos en blanco—. ¿Te acuerdas que te dije que tu apa se llama Remus Lupin?

—Sí, por eso me pusiste su apellido, porque tú no tienes.

Joana puso una cara extraña y le dedicó una mirada intensa a la niña que ésta no supo identificar. Tampoco parecía una de aquellas que empleaba Joana cuando quería usar la legeremancia, así que Enllunada solo esperó a que su anya prosiguiera.

—He intentado ponerme en contacto con él, pero desafortunadamente no ha sido posible —dijo Joana al fin—. Sin embargo, he encontrado a su apa.

—¿El apa de mi apa?

—Exacto; tu nagyapa Lyall. Y... —De debajo de uno de los velos con galones que la vestían, sacó una carta y la extendió hacia Enllunada—. Es él con quien me he carteado. Quiere conocerte.

Until the very end | #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora