¿Estás preparado para enfrentarte a la muerte? ¿A seguir siendo quien realmente eres? ¿Estás dispuesto a perderlo todo?
La oscuridad se apodera de nosotros y la lucha en contra de nuestros peores instintos ha comenzado. Lealtad. Amistad. Muerte. Enl...
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El día llegó tímidamente a Gyulafehérvár, capital de Erdély y símbolo de la unión de ésta con el Román Királyság. Sus calles tranquilas empezaron a recibir los primeros rayos de sol que culminaron en su esplendor al llegar a Szentháromság-katedrális, la catedral ortodoxa más impresionante de la zona. Con influencias valacas y rumanas, la gran catedral blanca se imponía al interior de las galerías formadas por arcadas abiertas sostenidas por columnas del mismo naranja que la yema de un huevo, que cumplían la función de muralla.
Los monjes llevaban horas despiertos, cumpliendo las plegarias y las rondas matutinas como cada día. Sitio de culto, era respetado por la SUREMAC como un lugar sagrado al que la Securitate solo asistía como comulgante, y Joana sabía aquello. Igual que conocía los túneles subterráneos en las catacumbas que conectaban la catedral con Bălgrad, el estamento gubernamental. Cuando era una cría le encantaba esconderse por aquellos pasillos oscuros llenos de cráneos, hasta que Sándor la encontraba y la llevaba de vuelta con sus apák para que la regañasen.
Cuando recibió la carta de Lyall contándole que al final habían accedido a dejarle viajar y a que ellas pudieran marcharse con él, Joana supo que era una artimaña para atraparlas. Y es que cuando más se acercaba la fecha, más llena de Securitate y hechizos defensivos estaba la ciudad. Por eso Joana había ideado el plan de presentarse a Gyulafehérvár bastantes días antes para permanecer ocultas dentro de la catedral.