Cap 17

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310 se encontraba confundido sin saber que estaba haciendo la humana en realidad, su cuerpo se tensó en alerta pensando que lo iba atacar por la repentina acción de saltar sobre él.

Pero en cambio, al ver que pasó ambas piernas a los lados de su cuerpo se relajó, sin embargo, eso no duró mucho ya que su cuerpo volvió a reaccionar al sentir los labios de Sam sobre los suyos.

Nunca en su vida había hecho algo así, nunca había tenido unos dulces labios sobre los suyos e intentando comprender un poco más sobre aquello abrió los labios permitiéndole a Sam introducir su lengua, el Felino se encontraba congelado en su posición sin saber que hacer realmente pero los movimientos de lengua de Sam eran insistentes haciendole hacer lo mismo que ella.

Rápidamente aprendió sobre la extraña forma de afecto de la humana, sus labios devoraban cada rincón de su boca entendiendo aquél baile de lenguas.

310 aprendía rápido y aunque nunca había hecho algo igual debía admitir que le gustaba demasiado.

Su lengua se sentía cálida y sus labios eran muy suaves, envolvió sus manos sobre la pequeña cintura de su hembra y la atrajo más a su boca, su verga ya se sentía dura y deseosa por atención pero no quería soltar a la humana y su danza de lenguas.

Sam por otro lado, ya estaba falta de aire y tuvo que separarse en busca de oxígeno, había notado que el felino era inexperto en eso de los besos y le hizo preguntarse si alguna vez había besado.

También notó lo rápido que le siguió el ritmo llevándola a la locura, aprendía demasiado rápido y a Sam le gustaba.

Estaba pensado en aquello cuando sintió algo duro levantándose en su entrepierna, iba a bajarse pero las fuertes manos del felino se lo impidieron, ambos se miraban a los ojos revelándose uno al otro las ganas que se tenían, un movimiento de caderas del felino le hizo gemir y para 310 fue lo más delicioso que sus oídos pudieron escuchar y quería más de esos sonidos que ella soltaba.

Por ende, volvió a levantar las caderas encontrándose con el coño húmedo de su hembra, que ya soltaba un olor delicioso, el mismo olor que había soltado en el baño antes de que se la llevaran y ahora podía entender lo que significaba.

Sam volvió a gemir aferrándose a sus hombros, la fricción que el Felino estaba empleando en su zona baja era exquisita y queriendo más de aquello comenzó a moverse ella misma en círculos, mordió sus labios buscando de controlar los gemidos desesperados que querían escapar, en ningún momento ninguno de los dos dejaron de mirarse.

310 Gruño con fuerza hechando la cabeza hacía atrás y enterrando más sus dedos en aquella pequeña cintura.

Le gustaba demasiado lo que la humana estaba haciendo con él y con ayuda de sus manos él mismo comenzó a moverla creando cada vez más fricción entre sus partes

Más olor delicioso salía de ella volviéndolo loco, sus sentidos se estaban perdiendo pero intentaba mantener la calma.

Muchas sensaciones se estaban haciendo presente y lo estaba disfrutando, su hembra era perfección pura y no resistiendo más se acostó con su humana encima de él, deseaba ser él el que estuviese arriba pero recordando que su espalda no podía tocar las sábanas por las heridas dejó que ella mantuviera el ritmo, quería montarla pero primero tenía que curarse y tomándola del cuello la atrajo hacía él volviendo a juntar sus labios con los de ella y anhelando más de aquello que ella tenía para darle, sus manos viajaron a sus pecho acariciandolos con suavidad

Sam gimió en su boca siguiendo con una danza de lenguas y no paró de moverse, sus manos recorrieron el pecho del felino sin detenerse en ningún lado.

Experimento 310.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora