Capítulo 35

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Sam gritaba horrorisada, sintiendo la parte izquierda de su rostro arder y la sangre emanando de ella manchando sus manos y empañando su vista.

La muerte la veía a tan sólo segundos de su vida, era como si le estuviese susurrando en su oido que no podría escapar de ella, tirada en el piso y bañada en sangre, Sam se resigno a salir de ese infierno, sus manos cobraron vida y cubrió su vientre en señal de protección, cerró los ojos con fuerza esperando su destino, sus oídos ya no prestaban atención a los sonidos de su alrededor y sólo quería morir.

Ya no tenía nada por lo que luchar.

Había perdido al único hombre que la había amado y había perdido su libertad, toda su esencia se había esfumado junto a la esperanza de salir de allí con el felino y enseñarle el mundo.

Su vida se desmoronó hace meses y ya el sufrimiento la había embargado por completo.

El vacío en su pecho se hizo más grande esperando el momento preciso en que iba a ser devorada.

Sólo quería que fuera rápido.

 Y aunque espero y espero la muerte le sonrió por haber escapado de ella, aún no era su tiempo y eso lo pudo comprobar cuando limpió su rostro con las mangas de su vestido sintiendo todo su ojo arder, una gran Pantera de color negro se cernía sobre la bestia enterrando sus colmillos en su piel.

Sam abrió la boca sin saber de donde había salido aquél animal pero al ver sus ojos rojos de inmediato lo supo.

Era Red.

Su animal por fin había despertado por completo sacudiendo todo a su alrededor.

Se veía feroz y agresivo, no había rastros del humano dulce que había conocido y su aura era potente y pesada tanto que la hacían querer arrodillarse y adorarlo.

Era una Pantera impresionante, tanto por su tamaño como también de pelaje, era una majestuosidad de admirar y Sam lo sabía.

El felino no había sido creado para ser un simple animal salvaje ni seguir las reglas de su creación, porque toda su aura era Dominante, Posesiva y Autoritaria, era un Alpha en todo su esplendor nacido para ser el Rey, nacido para gobernar y mandar.

Y conquistar todo a su paso si fuera posible.

 Cuando la Pantera terminó por derrotar al gran macho rugió haciendo temblar el piso, estremeciendo el cuerpo de Sam cuando su mirada se posó en ella, Sam bajó la cabeza en señal de sumisión mostrandole sus respetos, volvió a limpiarse el rostro de la sangre que seguía saliendo y su herida volvió a arder y palpitar.

El felino se acercó a ella y con su hocico la olfateó, sabía que estaba herida y gruñó a su paso colocandole los vellos de punta a la hembra, quería ir hacía la bestia y volver a destrozar su cuerpo, su hocico bajó un poco más hasta su vientre y continúo olfateando justo donde su aroma dulzon se mezclaba con otro más, uno lleno de amor y futuro.

Red ronroneó al saber que allí se hayaba una cría de él, la furia fué sustituida por la plenitud y la alegría sintiendose completo.

Pero la felicidad no le duró mucho, cuando de pronto comenzaron a salir hombres de todos lados.

Red se apresuró a proteger una vez más a su hembra, tal cúal como siempre lo hacía y cuando vió que se acercaban cada vez más echó a correr a la lucha sin dejar que ningún humano se acercara a la humana y a su cría, fué matando uno a uno como si fuesen simples insectos, hasta quedar frente al último hombre.

Sonrió internamente porque era el mismo que les había disparado y por fin había llegado su momento de vengarse.

Corrió hacía a él hasta saltarle encima y arrancarle su cabeza de un mordisco, la escupió con asco viendo el cuerpo inerte en un mar de sangre fijamente, todos y cada uno de ellos le habían disparado como locos pero ningúna bala pudo atravesar su piel.

Giró la cabeza hacía la hembra pero esta ya se encontraba desmayada, había perdido mucha sangre producto de la herida profunda que tenía en su lado izquierdo y la desesperación lo tomó sin saber que hacer.

Debía curarla pero no sabía cómo, nadie los iba ayudar porque todos eran enemigos, no tenía en quién confiar y si no hacía algo ella podría morir y con ella la cría.

Red volvió a su sitio y transformandose en humano nuevamente la tomó en sus brazos, se dió cuenta que había una puerta abierta y corrió  hacía ella sin mirar atrás.

Debía darse prisa antes de que fueran de nuevo por él, sabía que la humana malvada lo estaría buscando junto con los hombres.

Es por eso que corria sin detenerse con Sam en sus brazos, la herida de su hombro ya se había regenerado y sólo le quedaba una simple molestia, cruzó pasillos buscando una salida, algo que le diera una señal, no podía dejarse atrapar porque conocía los planes de la humana con él y no lo quería.

Antes de encerrarlo con el macho le había contado todo como si fuera un enorme premio del cúal presumir, sabía lo que quería hacer con su hembra y su cría, pero también lo que harían con él.

Red pasó frente a una puerta pero el olor que salía de allí lo detuvo, vió a ambos lados para asegurarse que no hubiera nadie e ingresó.

Dejó a Sam en una camilla que había a un lado y caminó buscando algo con que limpiarle la herida, sabía como hacerlo y que es lo que necesitaba gracias a que Sam le había enseñado y también gracias a las tantas veces que le curó todas las heridas.

Estaba en ello sin prestar absoluto interés de donde se encontraba o lo que hubiera en su entorno, buscaba en los estantes alcohol y algodón pero no había nada, de pronto una voz lo hizo parar y fruncir el ceño.

—Yo puedo sanarla.

¿Qué?

¿Había escuchado bien?

Se volteó buscando al dueño de la voz o mejor dicho.

La dueña de la voz.

A su espalda se encontraba un gran pasillo lleno celdas, caminó  decidido a encontrarse con aquella voz, a medida que caminaba apresurado miraba de reojo a los prisioneros sin darles importancia, lo único que quería y ocupaba su mente era salvar a Sam y sólo se detuvo cuando estuvo frente a la última celda viendo a la hembra frente a él.

—¿Puedes salvarla? ¿Cómo? — Interrogó a la hembra viendola con los brazos cruzados, no sabía qúien era ella ni tampoco quería saberlo pero algo en él se removía a medida que la seguía mirando.

—Puedo curarle sus heridas, pero sólo lo haré con una condición — Dijo la hembra desafiante con una media sonrisa, sabiendo que el macho frente a ella haría lo que fuera por salvar a la humana.

................

¿Sabían que yo tengo la costumbre de cada vez que termino de escribir leo todo el capítulo como si fuera una simple lectora y no la que lo está escribiendo?

Si, jajajajaja asi yo misma me corrijo si esta bien o mal.

En fin.

¿Alguien tiene alguna teoría de quién es esta hembra misteriosa?

Por otro lado, tenía este capítulo listo junto con el que subí en la mañana pero me dije ¿Para que hacerlos esperar tanto? Así que aquí esta, espero y lo hayan disfrutado porque lo escribí con mucho, mucho amor para ustedes.

Nos vemos en la próxima bebeses. Muack

Experimento 310.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora