Capítulo 20

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Atención, antes de leer te aviso que este capítulo es una escena +18, donde hay mucho cuchiplacheo, si eres de los que no te gusta leer esta clase de escenas, no lo leas y espera al siguiente Cap. 😉

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310 la recostó en la cama sin abandonar los ojos de su hembra, ambos se contemplaban sabiendo que estaba llegando el momento deseado, pero a la vez inevitable.

Sam estaba nerviosa, no era su primera vez pero sí era la primera vez que sentía tanto deseo y excitación encima.

Sus pasados amantes no eran ni la mitad de ardiente como era el felino sobre ella, que la tocaba con suma atención y cuidado, como si ella fuera de cristal y él temiera romperla, la pasión de hace un rato había desaparecido dándole paso a la ternura, ambos se exploraban y conocían el cuerpo del otro pero más el felino, quién estaba demasiado concentrado en su trabajo.

Veía con admiración el cuerpo menudo de Sam, acariciaba desde sus pechos hasta su pequeña cintura, todo lo veía concentrado conociendo de a pocos el cuerpo de su hembra, tocaba aquí tocaba allá, teniendo atención en aquellos lugares donde Sam gemia, buscando donde su hembra tenía el placer.

El calor y ardor de Sam había disminuido con las caricias del Felino, ya no sentía que se quemaba, sin embargo, se sentía muy excitada, a tal punto, en que el felino aún no ha tocado en su zona baja ni hecho grandes esfuerzos y ya se sentía un río desbordandose.

Se inclinó hacía adelante buscando los labios del felino, necesitaba concentrarse en algo y así lo hizo, devoró sus labios con desespero intentando calmar el calor de su vientre, lo necesitaba demasiado y eso le dolía.

310 siguió tocando, iba bajando cada vez más y cuando llegó a su monte de venus con esos pequeños rizos rojizos del mismo color de su cabello sintió sentirse en el paraíso, Sam abrió más las piernas dándole la invitación que quería y eso era tenerlo para ella.

310 sonrió en Gloria, su hembra se estaba abriendo para él dándole la bienvenida a su cuerpo, no perdió tiempo cuando introdujo un dedo en su endidura acariciando cada vez más, estaba muy húmeda para él y eso lo estaba volviendo loco besando sus labios con más Pasión.

Hubo un momento en que sus dedos rozaron el clítoris de Sam y esta gimió muy fuerte, el felino se detuvo frunciendo su ceño.

¿A caso este pedacito de carne era....?

Lo volvió a rozar pero con un poco más de presión y Sam arqueo su cuerpo de una manera magnífica que hizo a su verga saltar.

Sí, lo había descubierto.

Empezó a repartir besos por todo su cuello bajando hasta sus pechos, donde se dedicó a succionar y lamer con vigor, escuchando los gemidos delicioso que soltaba su hembra junto al exquisito olor que tenía a sus sentidos nublados y a su ánimal interior ronroneando drogandose con aquél aroma.

Bajó un poco más repartiendo besos por su abdomen hasta su parte más baja donde le abrió las piernas mucho más viendo con hambre lo que le pertenecía y lo que se iba a comer.

Aspiró con fuerza su aroma soltando un gruñido que para Sam fué lo más sexy que pudo escuchar y 310 pasó una larga lamida desde su entrada hasta su clítoris donde Sam gimió y retorció al sentir la calidez de aquella lengua que se sentía algo rigurosa con pequeños pelitos tal y como la de un gato.

El felino volvió a repetir la acción limpiando todo el jugo que soltaba su hembra y que era un sabor delicioso.

Su nuevo gusto favorito.

Experimento 310.Onde histórias criam vida. Descubra agora