Capítulo 43

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—Sabes, he pensado mucho en nuestro futuro. ¿Que haremos cuando el bebé nazca? ¿Donde estaremos?

Se encontraban ambos abrazados en la orilla del lago, Sam había decidido lavar su vestido y esperar a que secara para ponérselo, la noche estaba calientita y no sabía si era por el gran cuerpo del macho que la abrazaba u otra cosa.

—No tenemos un plan, no tenemos nada. ¿Que se supone que haremos?

El felino sintió la tristeza de la humana pero a la vez debía admitir que tenía razón, habían logrado escapar y eso era un gran paso pero...

¿Ahora que venía después de eso?

—Si fuéramos nosotros dos, junto al bebé no importara tanto, pero ahora siento que tengo una enorme responsabilidad al tenerlos a todos, tengo miedo de que lleguemos a algún sitio y algo les pase.

Sam se sentía triste, se sentía responsable de todos y al fin y al cabo dependían de ella para vivir.

— Pero a la vez no podemos simplemente dejarlos a su suerte y que sobrevivan como puedan — Continuó hablando Sam sintiendo una lágrima rodar por su mejilla, se sentía perdida sin ningún rumbo y tenía que tomar una decisión rápida.

El felino la apretó más contra él transmitiendole todo su apoyo, no la iba a dejar sola y sabía que como Alpha esa responsabilidad le tocaba a él, él era el que tenía que velar por la seguridad de todos y se sentía culpable e impotente al saber el gran peso que tenía su hembra.

—Ellos son los que decidieron seguirnos, yo no le pedí que lo hicieran.

Sam levantó el rostro para verlo, sus ojos eran como unos faros en medio de la oscuridad pero estos le generaban la confianza y protección que ella deseaba.

—No los culpes, gracias a ellos estamos aquí o si no quien sabe, hubiésemos muerto ya, también gracias a tu hermana es que sigo viva, no se que fué lo que hizo pero hay que agradecerle.

310 gruñó al escuchar el término hermana, sabía que esa hembra tenía algún parentesco con él pero escucharlo era otra cosa.

De pronto sus ojos se volvieron rojos cambiando la manera de verla, ya no era 310 si no más bien Red el que pedía su atención, Sam sonrió.

—Hola Red.

—Hola pequeña humana.

—¿A que debo tu placer?

—He sentido tu tristeza y me preguntaba que te había hecho el inútil humano para hacer rodar una lágrima en tu precioso rostro.

—No lo llames inútil, sólo conversabamos.

—¿Te molestan los fallos? Puedo desaparecerlos por tí. — Sam exclamó horrorizada ante una idea tan horrenda como esa.

Negó con su cabeza dibujando círculos con su dedo sobre el pecho del macho.

—No, no me molestan, no es eso.

—Deja de preocuparte por cosas que no tienen importancia, preocupate por mí que te seguiré al fin del mundo.

La sonrisa de Sam era genuina al saber que eso era verdad, conectaron sus ojos y la humana se alzó para plantarle un beso suave en los labios.

—Gracias, gracias por estar ambos para mí.

..............

Al día siguiente continuaron su camino, todos estaban en silencio y sólo se escuchaba el crujir de las ramas siendo pisada y las fuertes respiraciones.

Experimento 310.Where stories live. Discover now