O5. Puedo defenderme sola

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Había sido una semana agotadora para nuestros streamers favoritos, lo que significaba que tenían una merecida noche de antro. O eso creían ellos, realmente cada fin de semana era noche de antro.

—¡Ya vámonos, Mariana!— gritaba Osvaldo desde la entrada del departamento, apresurando a su hermana.

—¡Ya voy!— gritó desde su habitación. —no sé por qué insiste que vaya— se quejaba camino a la puerta. 

—Tienes que convivir, ser sociable, no puedes estar todo el día encerrada.

—Tú estás todo el día encerrado en tu setup— lo acusó. 

—Pero yo trabajo— la chica solo rodó los ojos ante su respuesta válida. —te ves muy linda hoy— agregó el chico mientras tomaban el ascensor. En el reflejo se podía observar como una amplia sonrisa se formaba en el rostro de Mariana. 


Solían frecuentar el mismo antro siempre, no era tan céntrico, pero tampoco era un antro exclusivo. Era el lugar perfecto para divertirse mientras evitaban las cámaras y los escándalos, preferían cuidar su privacidad. 

Aunque nunca faltaban las fotos filtradas por twitter. 


En el lugar ya estaban Filis, Ama, Ari y Rivers. Cuando esta última noto la presencia de Mariana, no pudo evitar bufar de manera casi imperceptible al verla, cosa que no evito que ambas chicas a su lado se dieron cuenta. 

—¿Qué pasa?— preguntó Ama.

Rivers solo alzó las cejas y ambas chicas giraron en su dirección. A lo lejos se veía como el McTrio y complemento, atravesaban a la pequeña multitud. 

—No sabía que el Mariana traería a su hermanita— añadió Ari. 

—De haberlo sabido no venía— se quejó Samantha. 

—¿Por?— preguntó curiosa Ari, mientras pasaba el mechón de cabello de Rivers detrás de su oreja. 

—Nada. Solo es una maldita niña odiosa.

—¡Ey!— dijeron las hermanas de manera unísona esperando contexto, pero el resto ya se había acercado lo suficiente.

Osvaldo saludó a las chicas y detrás de él, Mariana con una sonrisa forzada.

—Loca— movió los labios de Samantha hacia Mar para terminar con una amplia sonrisa. Mariana solo le saco el dedo medio cuando nadie la vio, respondiendo su sonrisa. A pesar de estar rodeadas de amigos, dejaron en claro que las cosas entre ellas no iban a cambiar.


-


El resto de la noche Rivers se centró en sus amigas y Mar había desaparecido de su campo de visión. Gracias a dios. 

—Me acompañas al baño— le susurró Ari a Rivers al oído. Esta solo asintió con la cabeza. —Ya volvemos— le indicaron al resto. 

Ambas chicas caminaban tomadas de la mano entre la multitud. O mejor dicho, Ari arrastraba a Samantha con desesperación. 


—¿Qué haces?— preguntó Rivers entre risas cuando Ari la acorralo en el pasillo.

—Moria por salir de ahí— le dijo antes de sorprenderla con un beso desesperado.

—Abril, nos pueden ver— susurró en medio del beso.

—Es el camino al baño de chicas— respondió mientras la pegaba más a ella. —nadie vendrá para acá— siguió el beso lleno de deseo. —vamos— Ari paro para arrastrar a su chica dentro del baño, pero en el momento algo en la barra capturó su atención de esta.

En la barra del antro estaba Mar acompañada por un par de hombres que parecían estar bastante ebrios. 

—Sam— insistió. 

—Ya te alcanzo bonita— le indicó a Ari y esta entro al baño. 


Rivers se quedó observando como estos hombres coqueteaban con Mar de una manera insistente y aunque esta les seguía el juego, se comenzó a palpar una especie de tensión cuando estos hombres se volvieron más intensos y descarados en cuestión de segundos. 

Por un instante, Rivers pensó en intervenir. La chica no le caía para nada bien, pero era la hermana de su mejor amigo y solo era una niña con dos pervertidos ebrios a un lado.  

Más se tardó analizándolo, que Mar actuando. La chica se puso de pie y sin pensarlo le soltó una bofetada a uno de los hombres, sorprendiendo a Samantha por completo, pues por primera vez se le escapó una sonrisa genuina al ver a la salvaje chica defendiéndose. 

De un momento al otro ambos sujetos forcejeaban con Mariana, uno la sujetaba del brazo y al que había golpeado anteriormente la tomaba del rostro. 

—Suelta a la niña— dijo Samantha interviniendo. Empujo al borracho que la sujetaba del rostro y le metió un par de golpes. 

Mariana se zafó del sujeto que la sostenía, dejando la palma de su mano marcada en su rostro. —Puedo defenderme sola— le hizo saber a Rivers luego de que ambos hombre se retorcían del dolor en el suelo. 

Samantha rodó los ojos. —¿Por qué tienes que ser tan odiosa?, un gracias no te hará daño.

—Gracias. Pero yo no te lo pedí— le recrimino tomando sus cosas de la barra y dándole la espalda.

—¿Muchos huevos?— Mariana se encogió de hombros y Rivers salió detrás de ella tomándola del brazo. Mar se giró y con las ganas que le guardaba, le soltó un puñetazo. —Ahora si ya valiste verga pinche vieja— le dijo Rivers agarrándola de las greñas.

Al instante dos hombres de seguridad intervinieron separando a las chicas y sacándolas del lugar. Las tomaron por la espalda mientras estas pataleaban y hacían berrinche.


—Todo por tu pinche culpa— se quejó Mariana.

—Yo no te tenía de facilota con esos vatos.

—Yo no te pedí que metieras tu narizota.

—¡Ahora que hicieron!— las interrumpió Osvaldo, evitando que Rivers se volviera a desgreñar a su hermana. 

—¡¿Qué te paso Samantha?! ¡Estás sangrando!— añadió Ari que salía detrás de él, directo a Rivers. 

—Esta pinche vieja— apunto a Mariana. 

Osvaldo agarró a su hermana para evitar que se abalanzara contra Rivers.


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Ayer no pude subir el capítulo, pero aquí está... casi se nos matan las niñas.

Pero del odio al amor solo hay un paso, nos vemos en el siguiente capituló :)










Colapso [rivers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora