14. ¿Cuál beso?

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Luego de la llamada, Rivers se tumbó en la cama. Su conversación con Molly la había dejado abrumada, tenía emociones que Samantha simplemente no sabía como procesar. Quería gritar para liberar la tensión acumulada, pero en lugar de eso, decidió ahogar su grito de frustración en la almohada. Hundió la cara en la suave tela y la mordió para sofocar el sonido.

El sonido de su celular la interrumpió, «¿Estás en tu casa?» preguntó el contacto guardado como "océano ártico".

⎯⎯⎯⎯⎯

Estoy aburrida, respóndeme⎯ volvió a escribir mientras Rivers aún procesaba el mensaje anterior. 

Y soy tu payaso o qué chingados ↩

No tengo otra opción, Valdo lleva horas ignorándome.

Y a mí que 

La última vez que te hice caso me llevó la chingada

Okey.

Voy para tu depa Samantha se giró en la cama frustrada.

Doña vergas te dicen 

Yo para qué te quiero aquí 


Mariana? 

⎯⎯⎯⎯⎯

Rivers bufo cuando dejaron de llegarle los mensajes a Mariana, él echó de que la chica quisiera ir a su depa la aterraba, verdaderamente se sentía confundida, pero recordó que uno de los pésimos consejos que Molly le dio fue que hablara con la chica, talvez este era el momento perfecto. Los nervios la invadieron cuando escucho que tocaron a la puerta.

Rivers se puso de pie y tomo aire profundamente antes de abrir la puerta  ⎯Claro pasa⎯  dijo irónica mientras Mar entraba al instante. Cerro la puerta detrás de ella haciendo pequeñas respiraciones, la chica no dejaba de ser insoportable para ella  ⎯¿Y a que viniste? Aparte de a molestar⎯  dijo Samantha. 

Mariana rodó los ojos  ⎯Yo también te extrañe Samantha⎯  dijo sarcástica y aunque Samantha lo sabía sus mejillas rojas parecían desconocerlo. 

⎯¿Qué verga haces aquí?⎯  subió el tono intentando minimizar su sonrojo.

⎯Bueno, mi hermano me cambió por dos cervezas, tres puñetones y un tonto juego de animales que se abrazan⎯  se tiró en el sofá y Samantha alzó la ceja esperando algo más  ⎯así que no tenía a nadie que molestar⎯  antes de que Rivers volviera a rechazar su visita, Mar rebuscó en su bolsa  ⎯ademas traje maruchans. 

A Samantha le brillaron los ojitos  ⎯Esta bien, te puedo dar asilo⎯  es tan fácil de convencer, solo dale comida a esta mujer.


-


El plan se había convertido en películas y maruchans, apuntaba a ser un momento tranquilo, pero con estas dos es imposible.

⎯Quién vergas le echa salchicha a esta cosa⎯  preguntó Mar asqueada.

⎯Ah como chingas⎯  Samantha rodó los ojos  ⎯primero pruébala y luego andas de criticona. Mar la pensó antes de ingresar miles de calorías a su sistema, cerro los ojos e ingreso el tenedor lleno de sopa a su boca y Rivers veía atenta como degustaba la sopa que ella preparó  ⎯¿Y?⎯  preguntó Rivers ansiosa cuando Mar tragó.

Colapso [rivers]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu