Colapso [rivers]

¿Estás bien?

⎯Se nos hará tarde, Rivis⎯  apresuraba Ari a su chica, quien llevaba ya un rato en la regadera. 

Osvaldo había organizado una pequeña reunión en su departamento aprovechando que Molly, Rocio, Paty, Capri, Miranda y algunos otros amigos de fuera estaban de visita en Monterrey; planeaba ser una convivencia sana, pero con este grupo nunca nada es sano.

⎯Solo tenemos que cruzar de un edificio a otro⎯  se justificaba, tratando de hacer tiempo. Habían pasado un par de semanas desde aquella noche en el antro. Desde la última vez que vio o hablo con Mariana, pero eso no significaba que no había pensado en ella durante todo ese tiempo; solo pensaba en lo imbécil que había sido con ella y no entendía por qué. Probablemente estaba frustrada por la bomba de emociones que sentía en ese momento, pero eso no era justificación de que Samantha le hubiera hablado de esa forma a la chica por la cual está perdiendo la cabeza. La chica que está evitando por no saber como pedirle perdón   ⎯no se nos hará tarde⎯  salió del baño envuelta en una toalla y con el cabello húmedo. 

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Osvaldo repartía cervezas a la mayoría del grupo que ya estaba ahí, solo faltaba Rivers, Ari y las invitadas especiales que llegarían con Aldo.

«¡Enano, ya llega!, no sé qué hacer con tanta gente» le escribía a su mejor amiga rogando por ayuda social y al instante llamaron a la puerta   ⎯¡Rivis!⎯  gritó aliviado de ver a su mejor amiga y la envolvió en sus brazos. Ari carraspeó luego de que ese abrazo se extendió para llamar la atención del alto.  ⎯¡y Ari!⎯  soltó a su mejor amiga para abrazar a la otra.  ⎯¡Entren, entren!⎯   las invitó mientras tomaba las botellas que ambas chicas habían llevado.                                                  

Ari se dirigió en automático a su hermana y cuñado para saludarlos, Rivers desde la entrada analizaba quienes ya estaban ahí; Ari con su hermana y Filis en el comedor, Roier, Barca y Pan tumbados en el sillón intentando que Roier juegue Fifa, Alana y Natalia en otro lado de la sala hablando entre ellas, Juan y Komanche en la barra del pequeño bar bebiendo. Rivers le siguió el paso a su mejor amigo   ⎯¿Y tu hermana?⎯  le preguntó curiosa en cuanto llegaron a la cocina. 

⎯¿Mariana?⎯  el alto frunció el ceño.

⎯Pues si carbón⎯  hablo en un tono obvió.   ⎯¡¿O cuántas más hermanas tienes?!

El chico rió, notando el sarcasmo de Rivers.   ⎯Salió con una amiga a comer o algo así⎯   se encogió en hombros sin más detalles.

⎯¿Amiga?⎯  frunció el ceño confundida.   ⎯¿Desde cuándo tiene amigas?⎯   susurró para sí misma cuando su mejor amigo la abandonó para ir con el resto.

⎯¿Todo bien?⎯  preguntó Ama cuando Rivers se acercó a ellos. Esta trató de disimular su frustración y asintió con la cabeza. Tomó una cerveza y trató de integrarse al grupo, pero su mente seguía divagando hacia Mariana y su "amiga".

Para cuando el resto llegó, Rivers ya llevaba un par de cervezas en su sistema y constantemente veía el reloj digital que Osvaldo tenía junto a la televisión. Ya pasaban de las 12 y Mariana seguía llegar al departamento.

⎯¿Y dónde está la chiquilla?⎯  interceptó Molly a Rivers en cuanto la vio sola.Rivers bufo ante la pregunta; pareciera que Molly está enterada de su dilema mental.  ⎯Eso quisiera saber yo también⎯  dio un largo sorbo a su cerveza sin quitar la mirada de la puerta principal.

⎯Amiga, tranquila. Si sigues así, nos vas a dejar sin alcohol⎯  dijo entre risas, pero el momento no le parecía gracioso a la otra.   ⎯Amiga, ¿estás celosa?