19. No es lo que parece

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La música retumbaba por todo el lugar. Los chicos ya estaban en medio de la pista haciendo sus pendejadas y tratando de ser el alma de la fiesta. Los filinovios tonteaban al final de la mesa, vivían una eterna luna de miel. Rivers y Ari estaban al otro extremo de la mesa. Por alguna extraña razón, Mar seguía hablando con Juan al otro lado de la pequeña sala. 

La risillas constantes de ese par atravesaba el aturdidor sonido de la música y Mar jamás abandonó esa amplia sonrisa, Rivers era testigo de todo esto, parecía no poder quitarle los ojos de encima a la chica, hasta que sus miradas se encontraron.

Mariana desvió la mirada y dio un gran trago a su bebida. Seguía interesada en todo lo que Juan tuviese que decir y a Samantha la carcomían las ansias de saber qué pasaba ahí.

⎯Ahorita vengo⎯  le susurro Rivers a Ari en el oído, la chica inclino la cabeza y abrió los ojos cuestionándola  ⎯voy por otra bebida⎯  volvió a susurrar agitando su vaso casi vacío. Por ubicación tenían que recorrer la amplia mesa para 8 personas, pasar a los filinovios y caminar frente a Juan y Mar para poder salir de ahí. Era un laberinto, pero eran figuras públicas, tenían que estar excluidas del resto. 


Rivers dejo su vaso sobre la barra y luego se dejó caer en la misma, puso la mitad de su rostro en lo frio del acero y disfruto la sensación que eso provocaba, luego de unos minutos cambió de lado y eso la hizo tener apertura a la pista de baile.

A lo lejos vio como 3 siluetas borrosas caminaban hacia ella  ⎯¿Ya estás pedita mien?⎯  hablo su mejor amigo tomando la delantera, Samantha negó aun siendo una misma con la barra de acero  ⎯¿tas tiste?⎯  hizo una mueca y luego rio.

⎯Necesitas perrear duro hasta el piso⎯  Roier hacía extraños movimientos con sus brazos y movía el trasero al ritmo de la música. 

⎯Suelo, pendejo⎯  depositó un zape en la nunca del bajito  ⎯lo que necesita es dejar de estar empiernada y divertirse⎯  Aldo le dio leves palmadas en la espalda haciendo que la chica retomara su postura  ⎯a eso fue a lo que vinimos.

Rivers rodó los ojos  ⎯No sé dé que me hablas puñeton⎯  Aldo abrió la boca para hablar, pero esta lo interrumpió al instante  ⎯yo no perreo hasta el suelo⎯  hizo una cara de asco y el mesero la interrumpió con su bebida  ⎯te encargo una de esas⎯  le murmuro al chico apuntando una de las bebidas del menú.  Seguido el trío pidió sus bebidas.

⎯¿Segura que estás bien?⎯  volvió a preguntar Osvaldo, pero ahora de una forma más seria. Rivers asintió con la cabeza y tomó ambas bebidas para volver a la mesa.

La rubia dio un pequeño salto para bajar del banco y dejar al trío atras, no avanzo mucho cuando Aldo grito  ⎯¡Me saludas a mi vieja!⎯  Rivers se giró en su eje y entrecerró los ojos, al instante el pelinegro rengo.

Osvaldo le había metido un gancho en la costilla  ⎯¡¿Cuál vieja, pendejo?!⎯  se quejó el alto.

⎯Una que no es tu hermana⎯  murmuro mientras se retorcía del dolor. Rivers extendió una risa burlona y siguió su camino. 


⎯¿Dónde está Ari?⎯  se acercó a Ama y esta pareció no escucharla  ⎯¿dónde está tu hermana?⎯  le susurró más de cerca.

La chica se separó de ella y volteo a recorrer todo el lugar  ⎯Estaba ahí⎯  apunto la butaca donde antes había estado sentada su hermana y seguido rascó su cabeza confundida.

Rivers giro en dirección a los sillones y volvió a preguntar  ⎯¿Dónde está Mar?⎯ Ama volvió a rascar su cabeza y se encogió en hombros sin respuesta.

Colapso [rivers]Where stories live. Discover now