17. Perdiendo el control

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Osvaldo había llamado a Rivers para pedirle que se quedara con Mar, estaría fuera la mayor parte del día y no quería dejar sola a su hermanita. Samantha intentó zafarse de esa situación, pero no tenía excusa alguna para eso, no era como que podía decirle "no puedo cuidar a tu hermana porque estoy empezando a sentir cosas por ella" tendría que explicar muchas cosas antes de llegar a eso. 

«¿A qué hora llego cabrón?»  respondió forzadamente al mensaje de Valdo. 

Seguido lanzó su celular al sofá rogándole al universo que su mejor amigo no respondiera, pero no fue así... 



Sam llegó al departamento de los hermanos Palacios, consciente de que la pelinegra no estaría encantada de verla. Al abrir la puerta, Mar se encontraba tirada en el sofá, perdida en alguna novela literaria de esas que te hacen desear vivir dentro de una historia de Wattpad. 

⎯Rivis⎯  saludo Osvaldo con una amplia sonrisa y como era de esperarse, la reacción de Mar fue cerrar su libro al instante y lamentarse en el sofá. La chica se puso de pie y se encerró en su habitación, claramente sin olvidar azotar la puerta. Ella es experta en eso.  ⎯Creó que no le está gustando la historia⎯  frunció el ceño justificando a su hermana. Rivers solo rodó los ojos.  ⎯Gracias por venir. No quería dejar sola a Mar, pensé que sería bueno que estuvieran juntas e hicieran cosas de chicas. Realmente no sé qué hacen las chicas cuando están solas⎯  se encogió en hombros confundido y caminó hacia la cocina para tomar sus cosas  ⎯hablan de chicos y maquillaje, ¿no?⎯  murmuraba mientras rondaba por en departamento  ⎯aunque a Mar no le gustan tanto los chicos, y a ti no te gusta el maquillaje⎯  se armó un lío mental.

⎯Si, si cabrón. Se te hará tarde⎯  trato de sordearlo. 

⎯Tienes razón⎯  Osvaldo caminó hacia la habitación de su hermana y tocó la puerta dos veces  ⎯Mar⎯  hablo atreves de ella  ⎯ya me voy, Rivers se quedará contigo⎯  la chica murmuró algo apenas audible, pero no se escuchaba muy convencida  ⎯yo también te quiero duende ¡adiós!⎯  se alejó de la puerta con cara de preocupación.  ⎯Creo que anda en sus días de mujer⎯ el alto trataba de comprender a su hermana, o a las niñas en general, pero le era imposible, por algo no tenía novia. 


Osvaldo salió del departamento y el ambiente se volvió realmente tenso, a pesar de que las chicas no se encontraban en la misma habitación. 

⎯¿No piensas salir de ahí?⎯  habló Rivers en dirección a la puerta de Mar, pero no recibió respuesta alguna  ⎯por mi mejor⎯  volvió a gritar y caminó hacia la cocina para tomar una gran bolsa de papas, salsa y una coca bien helada. Se tiró en el sofá para hundirse en alguna saga y así poder sobrevivir el resto del día. O eso creía ⎯¡Mariana!⎯  gritó con todas sus fuerzas ⎯¡te llevaste el maldito control de la televisión! 


Luego de unos segundos Mar salió de su habitación  ⎯¿Me hablaste?⎯  restregaba el control descaradamente.

⎯No voy a caer en tus berrinches⎯  respondió Rivers de la manera más madura. 

Mar extendió una sonrisa orgullosa  ⎯Okey⎯  dijo tranquilamente. Un espacio de silencio invadió el pasillo que separaba las habitaciones de la sala antes de que comenzara la cacería. 

Rivers saltó desde el sofá y Mariana respondió rápido tratando de encerrarse nuevamente en su habitación, pero no fue tan rápida, Samantha logro entrar a la habitación y decidida a no perder nuevamente esta batalla la derribó en la cama.

Colapso [rivers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora