Colapso [rivers]

Alguien va a morir aquí

El sonido de unos pasos adentrándose en la habitación hicieron que Mar se despertara de un sobresalto.

Cuando logró abrir los ojos, la brillante y artificial luz blanca del hospital la desubicó y su corazón comenzó a acelerarse apenas notó la silueta de una mujer. 

⎯Perdón, no quise asustarla⎯ murmuró la enfermera de Rivers mientras caminaba hacia el otro lado de la habitación para continuar con su rutina de revisión.

Mariana se removió en la pequeña camilla ⎯¿Dónde estoy?⎯ murmuró para sí misma. Por un momento se sintió desorientada y confundida. ⎯¿Qué hora es?⎯ intentó reincorporarse en su lugar, tratando de recomponerse luego de ese sobresalto que aún la tenía agitada.

Cuando levantó su cuerpo, se percató de la rubia junto a ella.

Samantha dormía profundamente; su rostro era más pálido de lo normal y sus facciones estaban tensas, probablemente por el dolor que sentía. Su respiración era tranquila, pero irregular, indicando el trauma que su cuerpo había sufrido.

Se veía tan frágil y vulnerable en su estado inconsciente.

⎯Son las siete de la mañana⎯ la voz de la enfermera hizo que Mariana apartara su mirada de Rivers. ⎯Debió ser incómodo dormir ahí⎯ mencionó al ver cómo Mar movía el cuello algo contracturada.

⎯Yo...⎯ miró de reojo a la rubia. ⎯Yo no sé en qué momento me quedé dormida⎯ murmuró preocupada con el ceño fruncido. 

Trataba de recordar como es que llegó a meterse en esa situación.

Probablemente el ajetreó de estos últimos dias y la falta de descansó, la hicieron caer rendida...

«¡¿Pero, junto a Samantha?!»

⎯Descuide⎯ la enfermera le extendió una amable sonrisa mientras comprobaba las lecturas de Rivers. ⎯El alta de su novia saldrá pronto y podrán irse a casa.

«¿Mi novia?»

Mar se pasmó al escuchar nuevamente que alguen la llamara así. 

Abrió ligeramente la boca para negar, pero su mente no lograba formular las palabras y simplemente se limito a asentir.

«¿Acabo de aceptar que es mi novia?»

«La noche anterior paso lo mismo...»

⎯Con permiso⎯ la enfermera habló sacándola de su trance, para seguido salir de la habitación.

La pelinegra se volvió a dejar caer en su pequeño espacio en la camilla, soltando un suspiro frustrado.

No lograba entender esa extraña forma de actuar cuando se trata de Rivers.

¿Por qué le es tan difícil decir las cosas como son?

«Solo es la mejor amiga de mi hermano»

⎯¿Qué está pasando contigo, Mariana?⎯ se reprendió en voz baja mientras su mente seguía dando vueltas en círculos... hasta que comenzó a sentir cómo Rivers se removía en la cama, dando pequeños jadeos de dolor.

Mar se inmutó en el instante en que la rubia la rodeó con su brazo en uno de sus limitados movimientos.

Su cuerpo se tensó y su corazón comenzó a latir con fuerza. No estaba preparada para este tipo de cercanía.

Por un momento consideró soltarse del agarre, dejando en claro que en cualquier escenario, la situación la haría sentir incómoda. Pero algo en el abrazo de Rivers la detenía. Es cálido, reconfortante y, aunque Mar no quiere admitirlo, la hace sentirse segura de alguna manera.