вє мιηє 🌙 [ уσσηмιη ] 🌙

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Taehyung se encontraba inquieto, deambulando de un lado a otro en su habitación sin comprender la razón de su inquietud. El sonido de la puerta siendo tocada lo saca de sus pensamientos oscuros, y antes de abrirla, inhala profundamente, intentando discernir algo en el aire.

Café y Eucalipto... Alfa.

Pino y Vainilla... Otro Alfa.

El Omega sonrió al reconocer los aromas familiares, suspiro y abrió la puerta, siendo recibido por dos pares de brazos que rodearon su cuerpo.

–¡Tae Tae! —exclamó el Alfa de cabello largo y pelinegro con tatuajes en el brazo, mostrando una sonrisa cálida.

–¡Taehyungie! —lloriqueó el otro Alfa castaño de labios en forma de corazón y ojos rasgados color almendra.

–Jungkook, Hoseok, ¿qué les dije? —acarició las cabezas de ambos Alfas, quienes ronronearon de gusto por los mimos del Omega.

–Te extrañamos —Jungkook hizo un puchero, mirando directamente a los ojos de Tae.

–Y estábamos preocupados —Hoseok enterró su nariz en el cabello del Omega.

–Aww, mis alborotadores Alfas —conmovido por las palabras de ambos, sonríe.

Tomó el rostro del pelinegro entre sus manos, besando rápidamente el puchero, luego giró el rostro para dar otro beso al castaño.

–Dijiste que tardarían menos de una semana, pero ha pasado más de una —el castaño rodeó la cintura del Omega con sus brazos, mirándolo fijamente a los ojos.

–No podíamos tolerar la idea de que algo te pudiera haber pasado, así que vinimos corriendo —el rostro infantil del pelinegro se endureció con seriedad mientras se acercaba por detrás de Taehyung y se agachaba un poco para poner su barbilla en su hombro.

Al entender los pensamientos de sus Alfas, suspiro y sonrió de lado, alejando tanto los brazos de Hoseok como el rostro de Jungkook de su cuerpo; habían logrado hacer enojar a su amado.

–Miren, esto va a tomar algo más de tiempo del que debe, así que les recomiendo que regresen a la casa Park y esperen ahí. Les encargamos el cuidado de la manada —se alejó de ambos lo más que pudo, pero como cachorros, volvieron a pegarse a él, ahora de rodillas.

–Pido perdón, juro que no volveremos a incumplir otra promesa, mi amor —tomó la mano del Omega, besando sus nudillos y el centro de la palma.

–Solo deja que nos quedemos unos días, te ayudaremos en lo que quieras, cariño —tomó la mano libre de Taehyung, colocando su palma en su pecho, donde su corazón latía rápido por el contacto con su destino.

Taehyung suspiró cansado de los lloriqueos de sus Alfas , pensando que ya tenía suficiente carga de trabajo como para soportar ahora a un par de Alfas sobreprotectores.

–Si logran que el Alfa líder del Norte los acepte aquí, podrán quedarse, pero si no lo logran, tendrán que regresar. ¿Entendido? —observó cómo ambos se levantaban rápidamente del suelo con sonrisas cómplices en sus rostros.

–Sí, señorito —dijeron al mismo tiempo mientras se apresuraban a salir de la habitación para charlar con el Alfa líder.

Una vez estando solo, Taehyung grita de frustración, revolviendo su cabello. – ¿Por qué tienen que estar aquí? ¿No pueden hacer bien una tarea sencilla?