Capítulo 07: Un humano común.

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Cuándo Wang YiBo abogó por el par de desastrosos Demonios para que la presumida Lu EnJie los dejara ir, LingHe y Meng ZiYi comenzaron a dudar acerca de la Profecía. Porque sí el Príncipe los dejó libres de un posible y doloroso castigo de su propia prometida, podría llegar a ser capaz de envolverse con un Demonio y cumplirse ésta.

Pero ninguno de los Demonios que residían en el Reino del Cielo se atreverían a enredarse con él. No sabiendo el temperamento de Su Excelencia, la envidía evidente de Wang DaLu y la muy seguramente dolorosa tortura por la que Lu EnJie los haría pasar primero antes de si quiera dirigírle la palabra a su 'amado'.

LingHe sintió escalofríos de tan sólo pensarlo. Pobre de aquel que se enamorara de YiBo. Entonces, ZiYi se dió cuenta de que los ojos de su amigo se habían tornado de un tono carmesí de la nada, probablemente por el giro de acontecimientos tan rápido, y de cómo la Deidad frente a ellos cambiaba su expresión cálmada a una tenuemente asombrada, así que rápidamente reverenció.

-Muchas gracias, Su Alteza- dijo rápido, agarrando el brazo de LingHe- tenemos que irnos.

De todas formas, para ella sí se íban o no tendría de igual manera un severo castigo de su Princesa. Después de todo, era quién daba las órdenes; quién podía decirle cuándo hablar y cuándo no, si éste día íba a comer o dormir, o sí estaría arrodillada todo el día. Para LingHe al menos las cosas eran diferentes, pensó ZiYi. LingHe no estaba demasiado sometido a tales cosas por ZiaoHang.

-Detente- ordenó el Príncipe, justo cuándo el par se dió la vuelta- Zhang, tus ojos son...

-Es algo característico de mí, apenas estoy forjando mis poderes, así que...

Era tanta la presión, incluso si Wang YiBo no había dicho nada más que ZiYi ésta vez no se percató de que sus ojos también se volvieron rojos.

-Mentira- intervino la Deidad- ¿qué son... ustedes y todos los sirvientes qué tienen mi familia y los Inmortales de éste Reino?- cuestionó.

-Nada- respondió el jóven- los anteriores...- tartamudeó, dejándolo en evidencia. Ciertamente, ninguno de los dos sabía que decir.

Wang YiBo suspiró; caminando hacía uno de los cuantos escalones hacía un pabellón. Inevitablemente, los dos Demonios lo siguieron ya resignados y se pararon frente a él, viéndolo con asombro; YiBo estaba sentado despreocupadamente en el par de escalones; estaban más que seguros que Wang DaLu antes muerto que sentarse en el suelo.

-Independientemente de a quién le sirvan, soy superior a ellos. Tienen derecho a hablar- el Dios pareció recordar algo al ver a LingHe y parpadeó- excepto por tí, pero mi padre no tiene que saber que hablaste algo, ¿no?

'Me agrada'. Pensaron el par de Demonios. Wang YiBo enarcó una ceja y entonces ellos se sentaron también.

-¿Qué son?, ¿y por qué el carmesí de sus ojos?

ZiYi miró al rededor, cómo si se asegurara de que nadie más estuviese cerca cómo anteriormente y se decidió por susurrar-. Demonios. Todos los siervos de éste Reino, de la Ciudad Inmortal, de cada Palacio, somos Demonios.

-Ustedes los del Reino del Cielo son nuestros Líderes- completó LingHe. La cara de Wang YiBo pasó de la curiosidad a un impacto que íba creciendo poco a poco- ellos, cuándo nos trajeron después de la Guerra, arrebataron nuestra Inmortalidad con la Espada de Fuego, nos dejaron tan débiles con menos de un cinco porciento de Energía Demoníaca que nuestras marcas desaparecieron- hizo una pausa extensa, dudando una y otra vez si debería seguir o no, pero finalmente suspiró y lo hizo- su Alteza, ¿recuerda cómo es que fue que perdió su Inmortalidad?

Fall The Inmortality Of Love.Where stories live. Discover now