Capítulo 19: Al amanecer, todo termina.

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A partir de esa noche, todas las siguientes Xiao Zhan dejaba áquella prisión impuesta egoístamente, yendo al que realmente llamaba su hogar.

Xiao Zhan y Wang YiBo comenzaron a tener encuentros durante toda la noche, ríendo, jugando y... complaciéndose a diario.

Pero era doloroso saber que por más que ríeran, compartieran sus momentos íntimos y miraran las constelaciones desde el puentecillo del Pabellón, tenían que separarse apenas salía el sol. Xiao Zhan tenía que volver a su prisión, antes de que el Hechizo del Sueño sobre Wang DaLu terminase.

Quizá podría parecer algo por lo cuál reírse; porque vamos, ¿Hechizar a una persona sólo para encontrarse durante la noche? A simple viste era algo por lo cuál realmente serían dadas las más fuertes carcajadas. Pero para ellos, era un riesgo que estaban dispuestos a tomar sí querían tener por lo menos un par de horas juntos.

Antes de que la realidad los golpeara más adelante.

Era la madrugada, al rededor de las tres o cuatro de la mañana, realmente no sabían a qué horas eran en realidad. No tenía sentido estar contando el tiempo, si al final de cuentas sabrían que tenían que separarse en cuánto los primeros rayos del sol salíeran a relúcir.

Fenghuang, ¿qué estás haciendo?— Xiao Zhan se puso detrás de su amante, colocando sus manos sobre sus hombros. Se inclinó a ver que estaba haciendo; su cara quedó al lado de la otra y entonces sonrió—. Uh, no sabía que pintabas.

Wang YiBo soltó un 'hmp', asintiendo. Mostró la pequeña pintura a Xiao Zhan, ganándose una risita de éste.

—Éste es mi deseo, Bixia.

En la pintura creada se reflejaban ellos mismos. No era algo común; ni algo mundano cómo otros solían crear en su arte. No, por supuesto que no; el dibujo creado por YiBo remarcaba cuán deseoso estaba por poder finalmente estar al lado de Xiao Zhan sin tener que esconderse.

Ambos vestían nupcialmente; las piezas de Fénix bien colocadas sobre sus cabellos. No estaban ni en el intercambio de copas, ni en las tres reverencias; se cernían en un angosto sendero con árboles llorones al lado. Éstos árboles no eran de hojas simples, eran de flores muy bellas.

En sus rostros no existían sonrísas pequeñas, si no muy grandes. Sus manos estaban entrelazadas, mientras Wang YiBo cargaba un paraguas para cubrirlos a ambos.

Era algo simple, pero tenía y reflejaba muchos sentires de por medio. La felicidad, la cálma, la seguridad. La libertad de poder estar juntos sin necesidad de tener que esconderse cómo ahora.

Xiao Zhan sintió una inmensa cálidez derretirse en toda la extensión de su corazón.

—Mi deseo es igual, Fenghuang. Realmente quiero que se cumplan.

Wang YiBo colocó sobre la mesita el pergamino con el dibujo, no sin antes enrrollarlo cómo se debía. Volteó su cara hacía Xiao Zhan, y éste entendió lo que quería. Xiao Zhan besó la comísura de sus labios desde su posición.

—¿Cuál es tu deseo, mi Cielo?

Xiao Zhan se coloreó por tal apodo. Volteó la carita para evítar que lo mirase tener literalmente todo ésta de un fuerte tono carmesí, causando que YiBo se ríera. Se hizo a un lado, y se sentó en el pequeño pilar del costado. El menor sonrió con ligerez.

—¿Uhm?— YiBo insistió, ansioso. Tenía en su boca una sonrísa que Xiao Zhan admiró cómo nunca.

Xiao Zhan bajó la mirada, evitando ver a los ojos a su amado. Sin embargo, al final terminó haciéndolo.

Fall The Inmortality Of Love.Where stories live. Discover now