Capítulo 14: Querer amar, pero no poder.

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Evitar, evadir, alejarse de todos. Esas eran las únicas acciones que Xiao Zhan tuvo que emplear a partir de ese día.

La relación entre Xiao Zhan y el Príncipe se había convertido exactamente cómo la de un sirviente y un superior. Por más que Wang YiBo trataba de que no fuera de esa manera, queriendo hablarle, tenerlo cerca, Xiao Zhan siempre encontraba la manera de huír una vez que terminaba de hacer lo que tenía.

Y Wang YiBo cómo odiaba tener que estar lejos. Lu EnJie se había vuelto más odiosa con Xiao Zhan, corriéndolo cada vez que ella irrumpía en su Pabellón. Mientras que Wang DaLu se apoderaba de Xiao Zhan para tenerlo a su lado, con dulzura y una mirada que irradíaba felicidad en cada ocasión que lo 'encontraba' y le regalaba cosas.

Xiao Zhan todavía había permanecido intacto con su humildad, que cada joya o pieza que Wang DaLu le obsequiaba, la atesoraba guardándolas. No quería que áquellas personas de antes sólo lo castigaran por usar tales cosas que no estaban a su altura.

-A-Zhan, ¿puedes quedarte a escribir conmigo?- y allí estaba una de las tantas razones para no utilizar los obsequios de Wang DaLu; Wang YiBo. No le importaba que los mírase, pero tampoco le importaban los regalos. Muy en el fondo de su corazón, tal vez Xiao Zhan sólo quería enfrentarse a todo ese Reino e irse lejos con su Fenghuang.

-No es apto- respondió sin mirarlo. Tal cómo lo pensó... quizá en el fondo de sí mismo era lo que quería, pero sólo era eso. El querer, pero no poder-. Perdóname, Su Alteza.

El Fénix nunca se imaginó también lo mucho que podría llegar a odiar su honorífico. Estaba seguro de que sí LingHe, Meng ZiYi, o Lu EnJie lo llamaran de esa forma, todavía sería normal para él. Pero que Xiao Zhan lo hiciese, dejándolo de llamar tan suavemente con ese repentino apodo que salía de sus labios... lo dejaba con el corazón en la boca. Una sensación cómo si su corazón estuviese siendo masticado por su propio mérito por no poder hacer que su Bixia se quedara.

Cómo ahora.

-Bixia.

Xiao Zhan detuvo sus pasos. No se volteó, porque estaba más que seguro que YiBo iría con él en cuánto sus miradas se cruzaran. Apretó la empuñadura de su espada y suspiró.

-No me llame de ésa forma.

Después salió del Palacio. Wang YiBo estaba jodidamente harto de la situación, ¡un mes estando así! Ya no podía soportarlo. Había pasado seis años lejos de él, queriendo volver para que ahora que lo tenía básicamente a su lado lo dejara ir así nada más.

Lo siguió hasta la entrada del Pabellón. Al alcanzar a agarrarlo de su mano, sintió su fríaldad empezar a aparecer. Ese era el problema... que aunque Xiao Zhan perteneciera a la Nieve por ningún motivo tendría que permitir que su temperatura fuera tan baja. Todo ese estúpido problema causado por la Emperatriz; porque ella sabía que Xiao Zhan tenía una débilidad y había usado su propia mágia para destrozarse a sí mismo, congelando su corazón cada que éste dolíera.

-Suéltame.

-Bixia, tú no...

-No me llames así, Wang YiBo- atacó Xiao Zhan, removiendo la mano-. Suéltame.

-Te dijo que lo suéltes- cómo las puertas del Pabellón estaban abiertas, y se habían cernido cerca de ellas, fue fácil para Wang DaLu entrometerse. Wang DaLu frunció las cejas, al igual que el Fénix y con ello, agarró la mano libre de Xiao Zhan-. Suéltalo.

-Suéltalo tú.

Wang DaLu gruñó, Wang YiBo también lo hizo. Cómo gatos y perros furiosos; y una indefensa presa en medio de ellos. Los dos Príncipes lo soltaron al mismo tiempo y desenfundaron sus espadas.

Fall The Inmortality Of Love.Where stories live. Discover now