Capítulo 29: Mover los huesos.

53 6 2
                                    

—Mi Señor, mire ésto. Ésto dice que hace unas semanas alguien causó unos estragos en el pueblo durante la tarde— pausó la Diablesa, sonríendo con burla— coincide justo cuándo ustedes salíeron, ¿no lo habrán hecho ustedes?

—No— por dónde Xiao Zhan lo víera, o recordara, no habían causado estragos ni desastres más que la interrupción al cuentista.

A-Niang, primera vez que sales después de mucho tiempo, ¡incluso causaste desastres con papá!

Xiao Zhan escuchó la risa de Wang YiBo enfrente de él, y se alzó para verlo con una mala mirada. Después, suspiró volviendo a doblar la ropa sobre la cama.

—Claro que no; para ésa hora no estábamos más en el pueblo.

Meng ZiYi enarcó una ceja, al igual que FanXing. Todavía se acordaban las altas horas en las que ellos dos volvíeron a casa hace unas semanas. Habían evadido sus preguntas y se negaron a decir por qué se tardaron el volver básicamente todo el día.

—¿En dónde estaban?

Xiao Zhan miró a ése par curioso y entrecerró los ojos al verlos. Quizá de esa forma podría ocultar su nerviosísmo por su recuerdo bochornoso. Wang YiBo no estaba hablando, tenía los ojos puestos forzadamente sobre lo que estaba haciendo.

—En nuestra antigua casa.

FanXing abrió lo boca, sorprendido.

—Pero no querías ir ni cerca, ¿qué estaban haciendo ahí?

La Calamidad finalmente enrojeció por completo.

—Nosotros... nosotros estabamos...— titubeó; trató de pedir ayuda a su Príncipe pero éste no se atrevió a voltear reteniendo una risa—. Ya basta, sólo estabamos juntos. No es apropiado que te lo diga, FanXing— habló demasiado rápido, que Meng ZiYi tuvo que morderse el labio para no reírse por lo perturbado FanXing se veía—. ¿Dónde está LingHe?

—¿Dónde cree, Mi Señor? Claro que ha ído a ver a Xiao Wen. Quizá no regrese ésta noche, o tal vez ya esté de regreso.

—Ese niño... todavía tiene las agallas para atravesar el bosque de noche solo.

Wang YiBo finalmente le dirigió la palabra, doblando los papeles de colores para esconderlos debajo de la mesita.

—LingHe es mayor que tú— rió—. ¿Te preocupas por la persona a la que conviertes en hongo cuándo te hace enojar?

—También lo haré contigo entonces— respondió. Meng ZiYi supo que era momento de irse cuándo Xiao Zhan la miró y después a FanXing—. Ya es tarde.

Consecutivamente, Meng ZiYi se levantó para salir. Sin embargo, antes de que ella pudiera abrir la puerta por sí misma, FanXing se adelantó a abrírla, apurado.

—A-Xing, ¿a dónde vas?

—Olvíde algo afuera, ¿puedo ir?

—Ve.

Wang YiBo fue al costado de Xiao Zhan, pasando la ropa que estaba doblada hacía el buró para ayudarlo. Para entonces, Meng ZiYi se volteó para no mírarlos, y Xiao Zhan sonrió a su Fénix, antes de que éste le besara los labios fugazmente.

El Príncipe estuvo por decir algo, pero algo en el exterior le hizo cállarse. Así mismo, Xiao Zhan se alertó, levantándose enseguida cuándo miró a la Diablesa correr afuera sin siquiera voltearlos a ver.

¡A-Niang!

¡Mi Señor!

Después, el sonido del filo de algo muy conocido, y el ruido de pasos aún por sobre las hojas medio secas por el invierno. La pareja no esperó absolutamente ni un segundo más para salir y toparse con lo que Xiao Zhan estaría al borde del colapso.

Fall The Inmortality Of Love.Where stories live. Discover now