Capítulo 08: ¿Ser de Luz?

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En el Reino Mortal, al pasar del tiempo, el 'Vil Ladrón Xiao Zhan' quedó en el olvido.

Xiao Zhan aún recuerda lo que YiBo había prometido durante la última noche que estuvieron juntos. Las palabras de que nadie volvería a hacerle daño, incluso no estando a su lado resonaban en su cabeza, sintiéndose con inefabilidad.

Porque Xiao Zhan nunca más volvió a robar y muchas personas lograron ver la bondad de su corazón, así cómo la sinceridad en su mirada cuándo caminaba entre las calles del pueblo; cuándo trabajaba cargando leñas para las grandes Residencias. En las duras tareas de cultivar y recolectar para no volver a ser golpeado.

Pero incluso si alguien trataba de hacerle daño, ahora en vez de ser ahuyentado, era defendido. Y, aunque su vida había mejorado notablemente, así cómo su salud social, él sólo pensaba en una cosa.

Fenghuang.

Todas las noches, desde que despertó solo. Desde que YiBo decidió ir de vuelta al Reino del Cielo, Xiao Zhan se recargaba en el borde su ventana, y escribía en amarillentas hojas pequeños escritos, logrando ver con las luces de aquellas lámparas de figuras que siempre al anochecer encendía. Y esas palabras que plasmaba en el papel, no eran más que diez; siendo ellas todas las cosas que desearía decirle al apuesto Fénix.

Cosas pequeñas que se complementaban todas con un 'Fenghuan, te amo, y te extraño tanto'. Y Xiao Zhan mentiría si dijera que no esperaba diariamente por la mañana, la tarde, la noche y la madrugada el esperanzado momento en el que Wang YiBo pudiese regresar a su lado.

Así sucedió durante muchos meses, hasta cumplirse el primer año sin YiBo con él.

Xiao Zhan no lo sabía, pero el Dios había trabajado día y noche, buscando y recreando conjuros para al menos mirarlo desde lejos, por un minuto. Sólo con verlo se conformaba; quería ver su cara y sonrísa nuevamente, inclusive sí esa sonrísa que amó ver por seis meses no era dirigida hacía él. Para Wang YiBo, ese era su innato miedo; descubrir que su amado humano lo hubiera olvídado y que otra persona que no fuese él tuviera su amor.

Pero sí eso ocurría, era su culpa por haberlo dejado, ¿no?

No podía exigir que Xiao Zhan lo amase después de mucho tiempo separados. No podía pedir que lo quisiera cuándo fue él quién decidió irse y dejarlo solo en un momento dónde juró quererlo por siempre bajo la luz de la Luna. Lo que no sabía, era que Xiao Zhan no tenía la intención de que alguien más llegara a su vida para quererlo.

Muchas cosas que Wang YiBo no sabía de A-Zhan. Muchísimas cosas que Xiao Zhan no sabía de su Fenghuang.

Esa noche no era diferente para él.

Todo el procedimiento era el mismo de todas sus noches, lo único que ésta vez cambiaba era que no estaba escribiendo. No tenía la intención de hacerlo porque por fin había caído en cuenta que de una u otra forma, todo lo que desearía que Wang YiBo escuchase salir de sus labios no lo haría.

Su primer y único amor no volvería porque sólo era un simple humano, y él era un Dios que tarde o temprano se convertiría en un Inmortal una vez más. Moriría, y Wang YiBo seguiría viviendo infinitos años.

Una por una encendió las lámparas que colgaban fuera de su casita y suspiró, volviendo dentro. Agarró una de sus hojas y el pincel; se sentó en su mesita en el interior y comenzó a dibujar.

Fall The Inmortality Of Love.Where stories live. Discover now