Fall The Inmortality Of Love.

Capítulo 09: El Silencio de las Flores.

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—¡Fenghuang! ¡Fenghuang! ¡Eres tú!

—A-Zhan.

En menos de un segundo, Xiao Zhan se había ído del lado del Guardián que lo guíaba, corriendo a paso rápido hacía los brazos abiertos de YiBo, bajo la mirada creciente de ira de una mujer. Pero no era cómo que le importara, ¿verdad? Si YiBo estaba ahí frente a él, esperándolo.

Wang YiBo dió dos pasos adelantes para atrapar a Xiao Zhan cuándo este dió un brinco hacía él. Lo sujetó de su cintura remarcada, sintiendo los brazos del menor enrrollarse en su cuello; y dada la ímpetuosidad del asunto, sus cuerpos se movieron hasta girar dos veces, sin soltarse para nada.

—¡Fenghuang!, ¡no sabes cuán feliz estoy de volver a verte!

Wang YiBo tenía miles de preguntas para hacer en ese instante. Tantas emociones por demostrar, pero todas ellas se resumíeron en abrazarlo lo más fuerte que pudo; protegerlo cerca de su cuerpo hasta que Xiao Zhan se hartase y lo separara brevemente para que en cuestión de un segundo más, volviese a abrazarlo.

—A-Zhan, estás...

Pero claro. Había sido demasiada emoción de momento que se olvidó que Lu EnJie estaba al lado de ellos, horrorizada.

Ella dió una exclamación lo suficientemente fuerte para asustar a Xiao Zhan y hacerlo separarse mientras gritaba.

—No estés cerca!, ¡¿qué clase de Demonio eres, que invades su espacio personal?!, ¡incluso los otros sirventes son más respetuosos que tú!

Cómo Lu EnJie tenía lejos a Xiao Zhan, habiéndolo separado totalmente de su abrazo cuándo lo agarró la muñeca con fuerza, Wang YiBo intervino e hizo que lo soltara con la misma agresión que ella lo hizo. Lu EnJie se quejó del agarre, sin embargo el Príncipe supo manejar la situación y agregó:

—Xiao Zhan es la persona que me salvó, y cuidó cuándo perdí mi Inmortalidad.

Lu EnJie parpadeó, calmándose. Xiao Zhan pensó que la mujer enojona era bipolar porque de pronto su semblante se volvió dulce.

—Hmm— afirmó Xiao Zhan —no soy un Demonio, nop.

—¿No eras un humano, Joven Zhan?— Inquirió la Princesa, reverenciando un poco con la cabeza, pero crispándose cuándo el nombrado negó con la cabeza nada más a su pregunta. Ni siquiera se había molestado en demostrarle respeto; no obstante sí se trataba de quién cuidó infinitamente a su amado años atrás, no mencionó nada al respecto.

—Sí, pero mira— señaló. Wang YiBo soltó una risa de ternura cuándo el menor comenzó a frotar sus manos con rápidez, cómo si se esmerara a lograr algo con ello. Sucedió, al separar sus palmas, decenas de centellas empezaron a brillar y saltar sobre ellas— tengo éstos poderes bonitos. Es claro que no soy un Demonio, pero tampoco un humano del todo.

Lu EnJie ocultó su sonrísa detrás de su manga por las ocurrencias de Xiao Zhan, quién mantenía sobre sus labios una pequeña curva alegre.

—De acuerdo— dijo, extendiendo una de sus palmas al frente— ya que salvaste a A-Yi antes, debo agradecerte. Si no fuera por tí, no habría regresado tan sano.

Xiao Zhan se quedó embeselado al momento en que tres bolitas púrpuras se formaron sobre la palma de la Princesa. El trío de píldoras Espírituales se desprendieron de ella y volaron, rodeando todo el cuerpo de A-Zhan hasta que cada una se impregnó en él, haciéndolo centellar brevemente y provocándole una sensación de fuerza.