Capítulo 5: La mordedura de 1986

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¿Qué hago aquí?

Eso era lo que se preguntaba el pequeño Álvaro mientras estaba sentado en una de las mesas mas largas del restaurante, junto a sus compañeros de clase, dándole la espalda al escenario, que seguia con el telón echado porque aun no era la hora del espectáculo, pero faltaba poco, muy poco, menos de diez minutos.

¿Qué hago aquí?

Eso era lo que se preguntaba el pequeño Álvaro mientras sus padres y sus abuelos se encontraban en otra mesa, no muy lejos del escenario, pero si lo suficientemente lejos para que no pudieran ver ni oír nada de lo que le ocurriría al pobre Álvaro, y aunque hubieran estado mas cerca, dudo mucho de que se hubieran enterado de algo, estaban tan entretenidos hablando entre ellos que no echaban cuando el pobre niño, ni siquiera se tomaban la molestia de mirar de vez en cuando para asegurarse de que estaba bien, y de que no lo hubiera secuestrado un perturbado para hacerle cosas, cosas que ningún niño debería de experimentar.

¿Qué hago aquí?

Eso era lo que se preguntaba el pequeño Álvaro cuando vino una de las trabajadoras de la pizzería para hablar con los niños.

- ¡Hola chicos! Exclamo una trabajadora joven mientras movía su mano derecha con una sonrisa amigable.

- ¡Hola! Respondieron los niños al unísono. Todos a excepción de Álvaro.

- ¡Me han dicho que aquí hay un niño que cumple años, ¿Es eso cierto?! Pregunto la trabajadora joven con una sonrisa.

- ¡Si! Exclamaron todos los chicos, mientras comenzaban a señalar hacia Álvaro.

La joven trabajadora, al ver como los chiquillo señalaban a Álvaro, se arrodillo junto a el, y le pregunto, con una sonrisa, siempre con una sonrisa:

- ¡¿Es eso cierto, pequeñín?! - Dijo.- ¡¿Hoy es tu cumpleaños?!

Álvaro, que aun se encontraba haciéndose aquella pregunta en su cabeza, asintió, decaído y sin mirar a la trabajadora.

- ¡¿Y cuantos años cumples, pequeñín?! Pregunto la trabajadora mientras ahora posaba sus manos sobre los hombros del pequeño Álvaro.

- Ocho. Murmuro Álvaro sin levantar la cabeza.

- ¡¿Y te han cantado ya cumpleaños feliz?!

Si. Pensaba en contestar el pequeño Alvarito, pero antes de poder hacerlo, la trabajadora joven intervino:

- ¡Venga, cantémosle todos, "Cumpleaños Feliz"!

Y al instante, todos sus compañeros y algunos de los adultos que se encontraban en el restaurante, entre los que se encontraban sus padres y sus abuelos, sin moverse de su sitio, comenzaron a catarle de nuevo "Cumpleaños Feliz", seguida de una gran oleada de aplausos.

Cuando terminaron de aplaudir, la trabajadora joven arrimo sus labios hacia Álvaro, y le dio un beso en la mejilla. Algo que hubiera hecho sonrojar a mas de un niño, no solo por hacerlo delante de un montón de gente, entre los cuales se encontraban su familia y compañeros de clase, sino porque además habia recibido un beso de una chica bastante guapa y atractiva, pero Álvaro no sintió vergüenza. De hecho, no sintió nada. Estaba tan perdido en sus pensamientos que apenas noto como aquella trabajadora ponías sus labios en su mejilla.

Cuando la trabajadora joven le dio el beso, se incorporo, y dijo, dirigiéndose a todos los niños:

- ¡Bueno chiquitines, ¿Habéis pedido ya las pizzas?!

- ¡Si! Respondieron todos los niños, todos a excepción de Álvaro.

- ¡¿Y os gustaría ver como se preparan?!

El guardia de Math and Friendsحيث تعيش القصص. اكتشف الآن