Capítulo 6: La mordedura de 1986

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- ¡Vaya, vaya! - Exclamo de repente un niño mientras Álvaro seguia mirando hacia el escenario.- ¡Mirad a quien tenemos aquí, al cumpleañero!

Álvaro, al escuchar aquella voz, giro la cabeza hacia el lugar de donde procedía con temor, porque sabia perfectamente a quien pertenecía.

A Yeray.

Ahí estaba los tres. Yeray, mirándole con una sonrisa lunática, y dándoselas de chulo a pesar de ser un niño, y metros mas atrás, estaban Jonathan y Fran, mirándole muy seriamente, ambos, con los brazos cruzados, esperando como gánsteres a que su don diera la orden para apretar el gatillo, o como perros entrenados, esperando a que su dueño diera la orden para atacar a la presa.

Cuando Álvaro los vio alli, a pocos metros de el, supo que iban a hacerle algo, no sabia el que, pero sabia que le iban a hacer algo. En aquel momento, deseo que Antonio, el guardia de seguridad con el que habia hecho amistad no se hubiera ido a buscar al pequeño mini Jack. Quizás, si hubiera estado aquí.- Pensó.- No se hubieran molestado en acercarse.

- De... Dejadme en paz.- Susurro Álvaro mientras se levantaba del asiento, temblando de pies a cabeza.- Ho...Hoy no, por favor.

- Tranquilo, Álvaro.- Le dijo Yeray, mientras se acercaba a el con pasos lentos.- No vamos a hacerte nada. Solo queremos estar aquí, contigo.

- Cierto. Intervino Jonathan de repente.

- Hemos visto que estabas aquí solito.- Continuo Yeray.- Y como estábamos hartos de ver como se hacían las pizzas, hemos decidido venir a hacerte compañía.- Giro la cabeza hacia Jonathan y Gran, y añadió.- ¿Verdad, chicos?

Jonathan y Fran asintieron con la cabeza.

- Me da igual.- Dijo Álvaro mientras intentaba no apartar la vista de ninguno de los tres.- Dejadme en paz, ni siquiera deberíais de estar aquí.

Al decir esas palabras, los tres comenzaron a reírse.

- Tu mama no piensa lo mismo. Dijo mientras movía de nuevo la cabeza hacia el.

Y fue entonces, cuando se percato de algo, algo que llevaba en sus manos.

- ¿Qué es eso? Le pregunto, mientras miraba hacia su mano izquierda, con el ceño fruncido.

Álvaro, al darse cuenta de que habia visto el juguete, se escondió la mano tras su espalda.

- Na... Nada.- Dijo, nervioso.- No es nada.

Pero Yeray sabia que no era nada, era algo, algo que el quería. No sabia muy bien lo que era, ni sabia si sus amigos se habían fijado. Personalmente, pensaba que no, al igual que tampoco sabia que era lo que ocultaba Álvaro. Por un momento, le pareció que era uno de los animatrónicos del espectáculo, solo que... En miniatura.

Da igual.- Se dijo mentalmente.- Es de Álvaro, así que lo quiero.

- Dámelo. Le dijo, con un tono serio, casi amenazante.

- No. Dijo Álvaro.- No lo hare.

Al escucharle, Yeray cruzo los brazos y comenzó a reírse, y a los pocos segundos, Jonathan y Fran comenzaron a imitarle.

Cuando se calmo, Yeray avanzo unos pasos para acercarse a el:

- Escucha, nenaza.- Le susurro, mientras arrimaba sus labios a su oído.- Si no me das el objeto que estas escondiendo detrás de tu espalda, te romperé el brazo, y lo cogeré yo mismo.

Estas palabras no solo acojonaron a Álvaro, sino que hicieron que un escalofrío recorriera todo su cuerpo, mientras su corazón, a la par, se aceleraba hasta limites inimaginables, llegando al punto de que chocaba con su mismísimo pecho. En aquel momento, Álvaro no pudo evitar recordar los dos sentimientos horribles que habia descubierto gracias a ellos tres. Habia descubierto la humillación, y el miedo, y en aquel momento, habia descubierto otro, otro que, al principio, habia catalogado como miedo si no hubiera notado su corazón estrellarse contra su pecho.

El guardia de Math and FriendsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora