Capítulo 5: Segunda noche

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No sabia cuanto tiempo habia pasado inconsciente, seguramente, poco, seguia siendo de noche, y seguia tirado en el suelo de la pizzería. Le dolía la cabeza, y notaba como la sangre corría y descendía casi por su ojo, veía borroso, pero aun asi podía distinguir tres figuras junto a el. Tres figuras gigantes y enormes con ojos rojos como el fuego.

Los animatrónicos.

No distinguía quien era quien, pero uno de ellos, camino hacia sus piernas, le agarro de una de ellas y lo arrastro como un saco de patatas por el restaurante. Cuando recupero un poco mas la visión, descubrió que el que le había agarrado la pierna se trataba de Math, le estaba llevando a algún lugar en concreto, pero... ¿adonde?

Intento pensar cual seria el sitio al que le estaría llevando, pero no tenia ganas de pensar, le dolía demasiado la cabeza, lo único que quería hacer es dormir, dormir la mona, y esperar a que el dolor de cabeza desapareciera, pero sabia que, si se quedaba dormido, ya no despertaría nunca mas. Debía de aguantar, debía de aguantar, o moriría.

- ¿Adonde... Adonde me llevas? Susurro mientras seguia siendo arrastrado por Math.

No recibió ninguna respuesta por parte de lo animatrónicos. Lo único que recibía como respuesta, eran aquellas grandes pisadas mecánicas que hacían que su dolor de cabeza aumentara por unos segundos.

Cuando recupero la visión, estaban cerca el pasillo que llevaba al almacén. Math, le habia agarrado la pierna derecha con su mano izquierda, seguramente debido a que llevaba el micrófono en la mano derecha, y no tenia manera de quitárselo porque formaba parte de su carcasa, de su piel. Jacob y Bob estaban detrás de el, a pocos metros de su cabeza, observándole, siguiendo los pasos de Math como si fueran sus guardaespaldas. Bob Caminaba con su postura original, la misma postura que tenia en su espectáculo, y la misma con la que le habia visto Alfonso cuando estaba custodiando la puerta para que no escapara. Seguia teniendo aquel dichoso tic, Alfonso no veía como movía el dedo, pero escuchaba el impacto que hacia su dedo al tocar el plato. Jacob, en cambio, caminaba con la guitarra apoyada en su hombro derecho como si fuera un bate de beisbol.

Mientras le veía, Alfonso noto como algo chocaba contra una de sus manos, se giro en aquella dirección, y vio al animatronico Jack, el mismo que habia matado a aquel niño en mil novecientos ochenta y seis tirado en el suelo, lo habían destrozado, le habían arrancado varios de sus dientes puntiagudos debido a los golpes, seguia teniendo puesto su sombrero, pero faltaban varios cachos de el. El parche... Habia desaparecido, en teoría, debajo de aquel parche, Jack debería de tener un agujero hueco, o como mínimo, una cicatriz que indicara que antes habia ahí un ojo, pero debajo de aquel parche, no habia nada, lo único que habia era un gran hueco rojo liso en el que debería existir alguna cicatriz. ¿Para que vamos a trabajar ahí asi nadie lo va a ver? Se preguntaría uno de los muchos trabajadores que crearon el animatronico. Su ojo derecho, supuestamente el ojo sano del animatronico, seguia en su sitio, pero estaba agrietado, aquellos destrozos eran insignificantes, el mas grave de todos ellos, era el que tenia en su pecho. Le habían arrancado la parte central de su carcasa, y habían dejado a la vista parte del cableado de su interior, algunos cables incluso se sobresalían y echaban pequeñas chispas. Parecía como si hubieran introducido la mano con fuerza para inutilizarlo. Cosa que habían conseguido... En parte, porque el animatronico seguia con vida. No se movía, pero seguia con vida, y veía como se llevaban al guardia de seguridad hacia...

El almacén.- Se dijo Alfonso mentalmente cuando pasaron a Jack.- Me llevan al almacén, ¿Pero porque?, ¿Por que me llevan alli? Alli no hay nada. Lo único que hay alli ahora mismo son varias cajas en las que hay herramientas, piezas y carcasas sustituibles para los animatrónicos, y un animatronico con forma de perro que nunca ha visto la luz. Asi que, ¡¿Para que demonios me llevan alli?!

Alfonso no quería saberlo, lo único que quería era escapar.

- ¡Suéltame! - Exclamo cuando recupero un poco mas el sentido.- ¡Soltadme!

Pero los animatrónicos no le hicieron ningún caso, Math siguió arrastrando a Alfonso hacia el almacén, y Jacob y Bob lo seguían a pasos lentos.

- ¡Soltadme! - Gritaba Alfonso a escasos centímetros de la puerta del almacén. Habia comenzado a zarandearse por el suelo. Corría el riesgo de que Bob, o probablemente Jacob (lo mas seguro es que lo hiciera Jacob) le diera una tunta y lo dejaran de nuevo aturdido, pero correría el riesgo, en aquel momento solo le interesaba una cosa, escapar.

No lo consiguió.

Math entro en el almacén arrastrando a Alfonso. Estaba oscuro, pero eso no era problema para ellos, ellos podían ver a través de la oscuridad. El único que no podía hacerlo era aquel hombre que no paraba de gritar, el guardia de seguridad.

- ¡Soltadme!  Gritaba en medio de la oscuridad del almacén, mientras Math seguia sujetándolo, y esperaba a que entraran Jacob y Bob.

Y entonces, Bob entro en el almacén y se puso frente a Alfonso, segundos después, apareció Jacob, que habia agarrado la puerta con su mano libre, con la idea de cerrarla desde dentro. No la cerrarían con llave, sabían que no era necesario. A aquellas horas de la noche nadie pasaría por alli por mucho que gritara aquel guardia de seguridad. Además, cerrar la puerta con llave era algo que tampoco les beneficiaba a ellos, al fin y al cabo, tenían que volver al escenario antes del amanecer.

- Por favor. Susurro Alfonso a Jacob.

Jacob giro la cabeza hacia el en el momento en el que escucho sus palabras, y le miro con detenimiento con aquellos ojos rojos.

- Por favor.- Susurro de nuevo Alfonso mientras ahora, extendía su mano derecha hacia el.- Por favor, no lo hagas, ayúdame, por favor.

Jacob le miro durante unos segundos, como si por un momento estuviera sintiendo compasión hacia el, o al menos, eso es lo que le pareció a Alfonso. Estaba desesperado, estaba pidiéndole ayuda a uno de los animatrónicos que le querían matar, y en sus ojos, en aquellos ojos rojos habia visto una oportunidad, una oportunidad de sobrevivir. Por un momento creyó que Jacob se revelaría contra Math y le ayudaría, tal y como habia hecho Jack, pero eso nunca ocurrió. Habia visto una oportunidad donde no habia ninguna.

Jacob giro la mirada hacia Math, y al hacerlo, este asintió. Quería que cerrara la puerta, y asi lo hizo Jacob.

- ¡No! - Exclamo Alfonso mientras veía como Jacob cerraba lentamente la puerta.- ¡Nooo!

Y cuando cerro la puerta, aquellos gritos se convirtieron en un susurro. Seguia gritando, pero esos gritos apenas atravesaban la puerta del almacén y corrían por el restaurante. Aquellos gritos solo fueron el comienzo de todo lo que iban a hacerle.


El guardia de Math and FriendsWhere stories live. Discover now