Capítulo 7: La mordedura de 1986

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Después de tirar Yeray, Álvaro salió corriendo, alterado, con su pequeño juguete en la mano, y se escondió tras el telón del escenario. No se arrepentía de lo que habia hecho. Sencillamente, se estaba defendiendo, no quería que Yeray le quitara su juguete, pero eso no significaba que Yeray y el resto no tomaran represalias por lo que habia hecho. Las tomarían, claro que las tomarían, por esa razón se habia escondido. Si antes iba a romperle el brazo para conseguir su juguete, ahora quizás, le rompería también las piernas, o, quien sabe, quizás lo cogieran de nuevo para jugar a "Anatomía" con sus otros nueve dedos.

No sabia lo que le harían, pero en el momento en el que Yeray cayo al suelo, pensó que los otros dos (Jonathan y Fran) se echarían sobre el, y lo destrozarían vivo, pero no fue así. Cuando Yeray cayo al suelo, Jonathan y Fran se olvidaron completamente de el, se centraron en Yeray, y lo ayudaron a levantarse. Fue entonces, cuando Álvaro decidió aprovechar aquella oportunidad para esconderse, y el lugar mas cercano en el que seguramente no mirarían porque estaría prohibido subir, era el escenario. Así que, rápidamente, corrió hacia el escenario mientras rezaba para que ningún trabajador de la pizzería se diera cuenta de lo que estaba haciendo, se arrastro por debajo telón, y se quedo alli, quieto, intentando no hacer ruido.

- ¡Eh! - Exclamo una voz desde el otro lado del telón.- ¡¿Que hacéis?!

Al principio, cuando Álvaro oyó aquella voz, pensó que podría tratarse de algún trabajador que le habia visto esconderse tras el telón, pero luego, al escuchar aquella voz mas cerca, descubrió que se trataba de su padre.

- ¡¿Que estabais haciendo?! Pregunto su padre a alguien, no sabia a quien, pero era probable que se lo estuviera preguntando a Yeray.

Podía haber escuchado la respuesta, pero lo cierto es que, algo, a pocos metros de el, capto su atención, giro la cabeza para verlo, y al hacerlo, vio a un monstruo amarillo a pocos metros de el, escondido en la oscuridad, con los ojos medio cerrados, pero con la boca abierta, muy abierta.

Como era obvio, Álvaro se asusto al ver aquella figura que era probablemente mas alta que su padre. De hecho, casi grito la verla, y si no hubiera sido porque se llevo las manos a la boca, quizas lo hubiera hecho.

Cuando se calmo un poco, y vio que aquel monstruo amarillo no se movía, ni hacia nada por atacarle, se fijo con mas atención, y se dio cuenta de que, el miedo y probablemente también la oscuridad que envolvía el escenario habían jugado con su mente. Aquello no era un monstruo, era Math, el oso cantante, solo que... Parecía que estaba dormido.

Era Math, estaba claro, no se distinguía muy bien entre la oscuridad, pero si entrecerrabas los ojos, podías incluso verle el sombrero de copa que se encontraba en su cabeza. Math tenia la cabeza agachada, con los ojos medio cerrados. Estaba de pie, como solía estar siempre desde que lo instalaron, pero sus brazos, en vez de estar en movimiento, estaban caídos, a pocos centímetros de las piernas.

Álvaro no miro a Math con miedo, ni con alegría, sino con curiosidad y extrañeza. Según habia oído y visto por el pequeño juguete que le habia dado el guardia de seguridad, Math, supuestamente, se movía hacia un lado y hacia otro mientras se llevaba su micrófono (El cual tenia en la mano derecha) hacia la boca, la cual se abría y se cerraba, como si estuviera cantando. Era raro saber eso, y luego encontrarlo así, como si se hubiera levantado con un resacón del quince. Claro que, sabia que era normal, estaba apagado, todos lo estaban.

Después de ver a Math, giro un poco la cabeza hacia el fondo del escenario, y se dio cuenta de que, los otros también estaban alli, en la misma postura.

Mientras su padre le preguntaba a Yeray y al resto de sus amigos que quien se habia escondido, Álvaro se habia dirigido a pasos lentos y cautos hacia el fondo del escenario para ver mejor los animatrónicos.

Hay estaba Jacob, el tigre guitarrista, en el lado izquierdo de Math, pocos metros mas atrás, exactamente con la misma postura. A la derecha de Math, casi en la pared del escenario, se encontraba Bob, el cerdo, con el delantal blanco en el que ponía "ES LA HORA DE LA PIZZA" y con el pequeño plazo en la mano derecha en la que habia una porción de pizza. Solo que, al estar con la cabeza agachada, y con los brazos caídos, tal y como se encontraban los otros, se notaba demasiado que aquel plato y aquella pizza no eran reales, se notaba demasiado que estaban unidos a su mano. Bob tenia los brazos caídos, pero a diferencia de Math y Jacob, que tenían las manos cerradas para sostener el micrófono y la guitarra, Bob la tenia abierta para sostener el plato, cosa que le choco a Álvaro, y que le hizo sentirse como si hubiera descubierto un truco de magia, porque si una persona de carne y hueso se hubiera puesto de la misma postura en la que se encontraba Bob, el plato y la pizza se hubieran caído en cuestión de segundos.

Y por ultimo, en el lado izquierdo, justo detrás de Jacob, y a la misma altura que Bob, estaba Jack, el lobo pirata, con el ojo medio cerrado, con la cabeza agachada, y con los brazos hacia abajo, al igual que los otros.

Álvaro se quedo durante un rato observando a Jack, intentando comprender en medio de aquella oscuridad porque infundía tanto respeto. ¿Sera por el garfio? - Se pregunto mientras miraba hacia el garfio, que resplandecía y brillaba en medio de aquella oscuridad.- No, no creo que sea por el garfio.- Y luego, mientras dirigía la mirada hacia su cabeza, añadió.- Es por sus dientes.

Y ahora, mientras el trabajador comenzaba a anunciar por el megáfono que el espectáculo estaba a punto de empezar, Álvaro se encontraba mirando los dientes puntiagudos de Jack, perdido en sus pensamientos, preguntándose como seria el pequeño juguete de Jack que le traería Antonio, preguntándose como seria aquel juguete que nunca llegaría a tocar.

Y entonces, segundos después de que el trabajador anunciara que el espectáculo estaba a punto de comenzar, los animatrónicos abrieron los ojos, todos a la par, y comenzaron a moverse, algo que asusto a Álvaro en medio de aquella oscuridad. Comenzó a escuchar el sonido de las maquinas y los animatrónicos mientras se ponían su postura original para el espectáculo.

Y al verlos moverse, Álvaro pensó que se trataban de verdaderos monstruos, no sabia si era porque se encontraba entre ellos, o si era por el ruido de los animatrónicos, pero quería salir de alli.

- ¡Ayuda! - Gritaba mientras veía como Math y le resto del grupo comenzaba a mover sus brazos y el resto de su cuerpo, como si ya estuvieran actuando, solo que, sin la música.- ¡Ayu-uud!

Se oyó un crujido.

El telón se abrió, y todo el mundo comenzó a gritar.

El guardia de Math and FriendsWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu