Capítulo 2

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NOAH

A veces sentía que el último tiempo las cosas en mi vida estaban más raras de lo común, digo, los cambios en mi vida los consideraba muy radicales. No era hace mucho cuando había terminado de estudiar ingeniera en programación, siempre pensé que trabajaría detrás de una pantalla, pero no haciendo streamings. No me quejaba, la paga resultó más buena de lo que esperaba y me había permitido empezar a quedarme más tiempo en casa.

No podría decir que era famosa, pero si me pagaban por trabajar con algunas marcas y me servía para vivir y ahorrar, nunca se sabía cuándo todo esto pudiera terminar. Trabajar a partir de las redes sociales era más difícil de lo que podrían creer, también ocupaba mucho de mi tiempo, y sobre todo de mi energía, pero al final del día era una cosa por otra. En este mundo también tenías que moverte con cuidado, mi madre me había enseñado a ser muy precavida, pero la vida me hizo ser una tonta, fue así como terminé con un contrato terrible con una marca de una mediana empresa de bebidas que me obligó a llegar a un abogado.

Detestaba a los abogados. Digo, les pagas porque no sabes defenderte, y aunque supieras, no te permitirían hacerlo en algunos casos porque es todo parte de un negocio, algo así repetía mi abuelo cuando sus hermanos le obligaron a vender la casa de sus padres.

Resentimiento puro.

No pensé que yo tendría que buscar a un abogado tan pronto, pero al menos Dante tenía un contacto de un viejo amigo que tenía un bufete, no necesitó convencerme demasiado porque me parecía interesante poder trabajar con un bufete, era como en las películas. Quizás eso me daría clase contra una marca que debía vender diez veces en el mes lo que yo ganaba en un año.

—Podrías buscar a ese abogado de los famosos. —Miré a Hunter quien seguía robándome mi cereal como cada tarde. —Ese que ocupa un gorro gracioso. Debe tener mucho valor para salir con un gorro así en televisión.

—Y debe tener unas tarifas muy altas.

—No deberías ser tacaña, menos con una demanda de ese tipo. —Dejé mi libro a un lado sabiendo que mi amigo se quedaría más tiempo del que planeaba cuando cruzó la puerta con la llave que le di. Cada día me arrepentía más de dársela sabiendo que vivía dos pisos debajo de mí.

—No es como si no me estuvieran cobrando alto, según Dante consiguió un precio por ser yo. —Cuando el castaño se sentó frente a mí, le quite la caja de cereales de su mano para sacar un poco.

—Hey.

—Consigue el tuyo.

—¿Cuál sería la gracia de venir a visitarte si no es por tu comida? —Rodee mis ojos. —Ojalá tu abogado tenga una buena presentación, si es conocido de Dante me lo imagino como un señor de cincuenta años con una panza, fumando un puro y perdiendo cada día más pelo.

—¿Así te proyectas en diez años más?

—Aún me falta para llegar a esa edad, además mira —Él levantó su cabello para mostrarme su frente. —, está casi intacta.

—El casi le da todo el valor a lo que acabas de decir.

—¿Sabes?, no entraré a esa discusión porque mamá me dijo que era mejor no llamar a la desgracia o terminaría como mi padre. —Asentí. —Bueno, espero que tu abogado sea bueno y te haga ganar el dinero de indemnización.

—No es mi fin ganar ese dinero, sólo no quiero devolver el que me dieron. Ya me lo gasté.

—¿En qué te lo gastaste?

—No te diré.

—De seguro en tus tontas figuritas. —Negué. —Bueno, da igual. Deberías aprovechar la oportunidad, no creo que el abogado no quiera ganar un juicio como este.

Caminos a Ti.Where stories live. Discover now