Capítulo 11

15.8K 1.1K 1.1K
                                    

MADISON.

No podía dejar de pensar en el sueño que tuve con Noah, me era muy difícil porque no fue el único, llegué a pensar en que quizás Noah era un súcubo que se metía en mis sueños para robar de mi energía, aunque solo era parte de mis delirios para justificar los pensamientos impuros que tenía sobre ella.

Me hacía sentir mal pensar en ella de esa forma, cada vez que la veía o me hablaba me recordaba aquello. Ella me mandaba sus mensajes con datos curiosos que probablemente nunca hubiera pensado si no me lo dijese, pero apenas deja un comentario que podía llevar mi imaginación a otra parte trataba de ignorarla por respeto a ella. Cada vez que la veía también me era difícil no recordar mis sueños, pero solo me hacía sentir peor al notar que ella no pensaba de esa forma de mí y la maldecía por parecer un maldito perrito con esas caras tan tierna que ponía.

Maldecía a Noah Dubois por ser malditamente querible y deseable.

Cuando Christine me dijo que la amiga de Noah nos invitaba a un club pensé en decirle que no, pero me era difícil no querer ver a Noah, sobre todo luego de la última vez cuando se fue de mi oficina, ella no se veía tan bien y de pronto dejó de aparecer tanto en mi día a día, me había acostumbrado a sus mensajes. Lo cual era algo preocupante para mí, no quería llegar hasta ese punto con una persona con la cual no sabía qué sentimientos tenía hacía mí. 

—Deberías ir por tu chica. —Christine prácticamente gritó en mi oído mientras Julie bailaba con Hunter.

—¿Qué?

—Ve la barra. —Vi a Noah hablando con la chica de la barra y parecía bastante cómoda en eso.

Eso no se sintió bien.

—Vas a perder tu oportunidad. —Miré a Christine y ella se encogió de hombros antes de volver junto a Julie, Hunter me miró y yo di media vuelta para ir por Noah. Yo había venido hasta acá por ella.

Mientras me acercaba vi como la chica de la barra la atrajo tomando su mano, Noah no parecía demasiada sorprendida y hasta parecían conocerse, ¿ella en serio venía a estos lugares recurrentemente?, o al menos en su pasado lo hizo. Cuando llegué a su lado vi a la pelirroja y quise vomitar todo en ese mismo instante y no por haber bebido.

Era Anastasia, la conocía por las fotos del imbécil, nunca nos conocimos formalmente, pero claro que sabía de ella si era la chica por la cual me dejaron. Y ahora Noah se veía bastante bien con ella, mi cabeza se nubló por un instante pensando que quizás yo nunca iba ser tan interesante como Anastasia o tan bonita, yo siempre iba a ser una mujer para casarse, pero nunca para divertirse. Yo solo era una mujer aburrida y con demasiado trabajo como para salir de una rutina normal.

Sé que había actuado como una tonta cuando alejé a Noah de una chica que ni siquiera me reconoció, pero una parte de mí no se arrepentía porque todo este tonto acto provocó que nos besáramos y nunca me arrepentiría de probar los labios de Noah Dubois. Eran suaves, ella era cuidadosa incluso cuando atrapó un poco más mi cuerpo contra el lavabo, no era brusca y como era de esperarse, se movía con cuidado.

Hasta que unas chicas entraron y se separó rápidamente de mí, su rostro estaba rojo y llevó su mano a su boca cubriéndola.

—Yo... lo siento, no me pude resistir a besarte. —Miré a las chicas que ni siquiera prestaron atención, pero las detesté por interrumpirnos. Aunque claro, era un baño público.

—Yo quería que me besaras. —Arreglé un mechón de su pelo que se había desordenado, sus ojos me miraban atentamente, su mano había bajado y no pude evitar ver sus labios. Quería volver a probarlos, estos sabían a fresas seguramente por el brillo labial que usaba. Pero no podría hacerlo si seguíamos en este lugar. —¿Quieres ir a mi casa? —Cuando me di cuenta de lo que dije pensé en dar un paso atrás, pero la rubia tomó mis manos.

Caminos a Ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora