Capítulo 16

9.6K 994 753
                                    

NOAH

Me encantaría decir que el dejar a Madison en ese punto de nuestra relación había hecho que las cosas fueran más simples, pero no fue así. Aunque mis amigos no me creyeran, era la mejor decisión, incluso en los días en que me arrepentía de haberlo hecho, me mantuve firme. Si algo había aprendido de mi conversación con Carrie era que yo no estaba dispuesta a estar mejor, no podía negarlo, llevaba años evadiendo el tema todo lo que fuera posible.

Siempre había puesto a otras personas como motivo principal para mejorar, incluso cuando estaba con Carrie me obligué a tratar de mejorar, el problema siempre fue que cada vez que sentía que todo se iba abajo, se sentía aun peor. Como si estuviera defraudando a todas las personas que se veían felices de verme mejor, yo misma me había puesto un peso en mí. No quería volver a sentirme así, y menos quería arrastrar a alguien conmigo como lo hice con Carrie.

Si iba a mejorar me encargaría de buscar mis propias razones sin deber tener a una persona de por medio, quizás así un día podría construir una relación buena.

Bien, me corrijo. Quizás así un día podría construir una relación con Madison si el destino me daba la ventaja de que siguiera soltera cuando llegara el momento.

—Noah. —Jared abrió la puerta de su oficina. —Te estaba esperando. —Él me sonrió y yo me levanté para entrar.

—No, no lo hacías. Llegué 5 minutos antes. —Jared rio.

—Siempre llegas antes.

—Tengo tiempo, además me gusta pintar los dibujos que tienes afuera.

—Normalmente son para los niños que vienen a sus consultas.

—¿Me estás juzgando?, pensé que los psicólogos no podían hacer eso.

—Veo que vienes de buen ánimo.

—Pues te equivocas, si tuviera un buen animo no vendría aquí. —Me senté en el gran sofá que tenía, aun deseaba encontrar de esos psicólogos que te dejaban acostarte en ellos.

—Entonces, cuéntame. —Él se cruzó de piernas y apoyó su libreta. —¿Qué ha pasado en estas dos semanas?

—No demasiado.

—¿Has ido con tu psiquiatra?

—Si, mantuvo las dosis.

—Eso es bueno.

—Digamos que sí, aunque es parte de mi compromiso de bajar mi dosis de alcohol. —Él mantenía su sonrisa, al principio era algo incomodo, pero la verdad me hacía sentir menos culpable.

—Y dime, ¿has salido el fin de semana que paso?

—Lo usual, fui por unas copas y esperé a Anastasia para que saliera de su trabajo, pero ya no llego al punto de sentirme totalmente ebria.

—Es un avance.

—Dile eso a Julie y Hunter, ellos siguen algo enojados por mis decisiones del pasado y siempre tratan de recordármelo.

—Están preocupados. Es entendible, ellos han crecido contigo y creo que haber vuelto a terapia después de un tiempo puede ser visto como una señal de alerta, combinándolo con algunas conductas de riesgo que retomaste.

—Solo me gustaría que me trataran como una persona más, las personas con el corazón roto se comportan como yo.

—Si, más o menos. Ciertamente ellos tienen que aprender a soltarte un poco, pero tú también tienes que poner un poco de tu parte, debes darles la confianza de que estarás bien si tomas hasta las decisiones tontas.

Caminos a Ti.Onde histórias criam vida. Descubra agora