Capítulo 24: Fugitivo.

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~~ Sujeto HE005 ~~

Aún no sé quién me liberó, pero se lo agradezco mucho, me tenían encerrado en el laboratorio de Experimentos Biológicos Fase 3, me di cuenta al salir; se estaban preparando para trasladarme a algún sitio. Lo que recuerdo se ese día es que se fue la electricidad en ese lugar, alguien me liberó de la mesa donde me tenían atado y me dijo: "...corre en dirección oeste 10 kilómetros, allí encontrarás una cueva, espera por mí allí"; o al menos eso recuerdo.

No tuve tiempo de preguntar, quien fuera que lo hubiera dicho se movió de mi lado rápidamente y en la oscuridad no pude distinguir hacia dónde. Me levanté y a tientas me dirigí hacia la puerta, pensé que estaría cerrada pero no. Aun así, no me atreví a abrirla para no llamar la atención o por si hubiera alguien fuera vigilando, pero de pronto algo explotó.

Esa fue mi señal, aprovechando que mi velocidad aumentó considerablemente otra vez, prueba suficiente de que en serio estaban experimentando con nosotros, empujé la puerta y salí corriendo como si mi vida dependiera de eso, bueno, si lo hacía. Estoy seguro que no las cámaras pudieron captarme correctamente, como era de tarde, solo tuve que guiarme por la posición del sol para saber hacia dónde debía ir y avancé sin pausa.

No tenía manera de medir la distancia, así que no sabía cuánto eran diez kilómetros a simple vista, así que simplemente corrí. Me detuve en seco cuando, a mí derecha, noté una cueva pequeña, la vi de casualidad, pues a la velocidad que iba fue un milagro, eso, sumado a que la entrada estaba medio camuflada detrás de unos arbustos.

Ni siquiera sé si es el lugar correcto, ya pasaron cinco días desde que llegué y nadie ha venido, aunque creo que es mejor, no sé con exactitud quién me liberó, no reconocí su voz y no pude verlo, así que no sé si pueda identificarlo.

Me preocupa cómo estarán Violena y los demás, deben haber seguido experimentando con ellos y ni siquiera pude hacerle llegar un mensaje, por lo que no pude advertirle mejor. Me preocupa mi hermana, debe estar preocupada también por mí, no tengo como comunicarme con ella.

Tal vez debería volver, advertirles a todos y sacarlos de allí, quizás con mi velocidad pueda hacer algo, aunque no sé, con tantos guardias, si me disparan, no creo poder esquivar todas las balas, ni siquiera sé si podré esquivar una, no sé aún que tan rápido puedo llegar a ser. Al final puede que empeore la situación.

Hay algo más que ha tenido mal mi cuerpo en estos días y es lo que sucede en mi espalda, al principio creía que eran malformaciones, como un efecto negativo del experimento, pero no es así. Aunque fue un proceso doloroso, que me ha impedido moverme mucho en estos días, al final me crecieron unas extremidades nuevas, se desarrollaron por completo, o eso creo, son más largas que mis brazos y tienen forma de púa en la punta, como unas guadañas, no sé exactamente.

Se pliegan perfectamente a mi espalda y puedo moverlas a voluntad, cuando las saco, sobresalen por encima de mis hombros y funcionan perfectamente, como si siempre las hubiese tenido. Tienen una dureza increíble a pesar de su flexibilidad, puedo atravesar y cortar rocas fácilmente, aunque no he podido probarlo con nada más resistente.

Gracias a ellas he podido cazar algunos animales sin utilizar mis manos, lo malo es que no tengo cómo cocinarlos, a este paso voy a volverme salvaje, ahora entiendo lo que sintió Robinson Crusoe al naufragar. Ahora mismo tengo en mis manos a mi próxima comida, un pedazo crudo de una Boa contriptora, la atrapé mientras dormía tratando de digerir lo que sea que haya atrapado.

Cuando me disponía a comerla, aún con ganas de vomitar, sentí ruido de pasos acercándose, me escondí detrás de una roca grande dentro de la cueva y esperé expectante a que apareciera el dueño o dueña de los pasos, preparado para atacar. Solo unos segundos después, alguien entró en la cueva.

– Hola ¿estás aquí? - dijo y salí de mi escondite.

– ¿Tú? ¿qué haces aquí? - pregunté sorprendido aún a la defensiva.

– Yo fui el que te salvó, recuerdas "...corre en dirección oeste 10 kilómetros, allí encontrarás una cueva, espera por mí allí" - dijo.

– ¿Entonces fuiste tú? Nunca lo hubiera imaginado.

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