Capítulo 52: Los tengo.

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~~ General ~~

Tengo jaqueca, el dolor de cabeza más grande que me ha dado en mucho tiempo, es increíble que esté rodeado de tantos ineptos, específicamente hablando ese idiota de Dylan. Es tan inútil que no importaría si le diera 10, 20 o mil soldados a su cargo, de cualquier manera lo echaría a perder, le di un buen grupo, recursos y el grupo de jóvenes inadaptados se volvió a escapar.

Al menos murió, ya no tengo que lidiar con ese imbécil, aunque debo aceptar que "Hades" y ese grupito de mercenaruchos contribuyeron mucho en obstaculizar mi objetivo. Ahora tengo que ver qué le invento a Andreu, creo que de esta no salgo, ya me dio una última oportunidad y esas no suelen repetirse, si no encuentro dónde se metieron será mi ultimátum.

Debo tranquilizarme pues hasta mis subordinados están asustados, saben que cuando me pongo así soy capaz de cualquier cosa y hoy ya he hecho pedazos, literalmente, mi oficina, creo que de casualidad lo único que no he tirado es mi celular, aunque creo que le falta poco y más ahora que está sonando sin parar ¿Quién diablos será? Decidí pensar racionalmente y contestar la llamada, no reconozco el número, pero igual lo levanto.

– ¿General? ¿Es usted General? – se escucha del otro lado.

– ¿Quién habla y cómo tienes mi número?

– Es el informante rojo – me dice.

– Ah ya – por supuesto que se quién es y reconozco la voz – ¿Qué deseas? Hace tiempo no te hago ninguna petición, por tanto no creo que te necesite ahora.

– General, recuerde que no tengo un contrato exclusivo con usted, mi trabajo es obtener información y soy muy bueno en eso.

– Y, ve al grano.

– Pues resulta que me enteré que estás buscando con premura a ciertos jóvenes, me lo dijo un pajarito – al fin capta mi atención.

– ¿Qué sabes de ellos?

– Te has vuelto fácil de leer con el tiempo General, en fin, sé cómo localizarlos – dijo casualmente.

– ¿En serio? Me quieres decir que yo tengo a una de las más grandes redes de información trabajando en encontrarlos sin resultados ¿y tú sabes dónde están? – me reí irónicamente.

– En primer lugar, deberías despedirlos por hacer mal su trabajo, en segundo lugar, yo hago tan bien mi trabajo que yo no busco la información, ella me encuentra a mí y por último, no dije que sabía dónde estaban, dije que sabía cómo localizarlos – aclaró.

– Entonces habla – insistí.

– ¿Qué hay para mí? – dice descaradamente.

– ¿Qué quieres?

– 200 millones a la cuenta XXXX XXXX XXXX, apenas se confirme la transferencia te llamo – y colgó.

Que descaro el de este tipo, pero es cierto que hasta ahora su información siempre ha sido certera a más del 95%, su red de información es impecable. No debo escatimar con él, me cayó del cielo, es la oportunidad que me hacía falta y no la puedo desperdiciar, si no la aprovecho sé que puede vendérsela a alguien más interesado, o sea, Andreu y ahí sí estaría perdido por completo.

Desde mi teléfono accedo a mi cuenta bancaria y hago la transferencia, esos son solo centavos para mí, por eso no me preocupa gastarlos, la notificación de la transferencia completada me llega y solo dos minutos después suena mi tono de llamada, aunque el número es diferente, sin dudas es él.

– General.

– Listo, ya tienes el dinero – digo sonando molesto – ahora dame la información.

– Ok, relájate ¿Sabes que esos muchachos estuvieron en Cuba cierto?

– Si, ve al asunto "rojo".

– Sabes que no me gusta ese nombre – me dice – prefiero que me digan "Papi". Pero bueno, al punto, yo fui quién le facilitó el transporte para salir del país.

– ¡¿Qué tú qué?! – grité.

– Oye, mis oídos son sensibles. En mi defensa, en ese momento no sabía que eran tu objetivo, lo descubrí después del show que montaron los ineptos de tus subordinados, además, como te dije, no trabajo para ti.

– Bien, de acuerdo, continúa.

– Pues debes saber que siempre trato de obtener más información que pueda vender a futuro, así que, aún sin estar seguro de tu interés, había colocado un rastreador en el avión que les conseguí.

– Excelente – grité emocionado y me percaté de que me estaba riendo.

– Oh General, si me hubiese percatado que se iba a poner tan feliz, le pido más dinero – su tono jocoso ya me molestaba – pero no sé preocupe, yo valoro mi vida y siempre cumplo mi palabra, compartiré con usted un link, cuando acceda a él, lo llevará a un sitio donde se muestra a tiempo real la ubicación actual del dispositivo de localización, por ahora es todo, un placer hacer negocios con usted – y colgó nuevamente, le encanta decir la última palabra.

Me irritaba, pero estaba más que feliz, un minuto después me llegó por mensaje el link, lo pinché y tal como dijo, me llevó a un sitio que mostraba el mapa mundial y un punto rojo parpadeante que se reflejó en la pantalla de mi teléfono claramente. Le di mi teléfono a mi asesor informático y le indiqué lo que deseaba, en poco tiempo tenía en mi oficina una enorme pantalla HD y el mapa reflejado en ella.

Es hora de acabar con esto, no voy a escatimar en fuerzas ni recursos, donde estén voy a acabar con todo. El punto indica que están en la Antártida, me pareció un error al principio, pero últimamente han pasado tantas cosas que no me sorprende nada, primero enviaré algunos drones de reconocimiento, además utilizaré los tres satélites que poseo para ubicar el lugar, apenas vuele una mosca lo sabré, ante cualquier indicio actuaré y seré agresivo de ser necesario.

***

Han pasado 48 horas y no tengo nada, los drones no captan nada extraño, solo lo habitual, una enorme tundra helada y sus tormentas de hielo; lo mismo sucede con los satélites, me estoy desesperando, si Andreu llama y me pide explicaciones estoy acabado. Perdido en ese último pensamiento, me sobresalto al escuchar el tono de llamada de mi teléfono, no puede ser ¿será él? Levanto el móvil y veo que el contacto dice Ryan, el color regresó a mi rostro.

– Dame buenas noticias – le digo al contestar.

– Lo siento General – otro inepto – aunque llegamos antes, los que vinieron estaban preparados y fuimos atacados además por el ejército español, tuvimos que retirarnos, yo escapé mientras el resto me cubría las espaldas.

– O sea, que sacrificaste a casi 60 efectivos ¿podrías ser más inútil?

– Pero General, le tengo una buena noticia, estuvieron ocultos por un tiempo, pero pudimos localizar su transporte, van a tomar un avión no sé a dónde y tengo todo preparado para derribarlo.

– ¡No lo hagas! – grité – retírate inmediatamente, vuelve aquí.

– Pero General, los va a dejar escapar – me replica – sabe que tenemos que...

– No pedí tu opinión – le recuerdo su lugar – tengo mis propios planes, vuelve ahora mismo, no repliques más.

– A sus órdenes señor – colgué.

Todo perfecto, si mi suposición es correcta, ellos se dirigirán al mismo lugar, solo debo esperar, tengo los satélites enfocados y mis drones vigilando desde una distancia que no pueden detectarlos, en cuanto lleguen podré verificar qué cosa sucede aquí, tengo mis sospechas, pero no puedo arriesgarme con solo teorías.

***

Estaba tomando una pequeña siesta cuando una alarma en la pantalla me despertó, un sonido agudo indicaba que los drones habían detectado un objeto móvil en las cercanías. Me incorporé rápidamente y observé el monitor secundario que había colocado con las imágenes de los drones y los satélites.

Efectivamente, era un avión que se acercaba, pero iba directo a una e enorme montaña de hielo, ¿Será que los sistemas se desestabilizaron por el clima? Si se estrellan no me sirve de nada; pero claro, para que sorprenderme, la enorme compuerta de un hangar se abrió en la base de la montaña y los recibió. Ahí están, la hora llegó, tendré a esa chica, no importa a cuántos destruya.

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