Capítulo 31: Separados.

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~~ Violena ~~

– Un momento – reaccioné de pronto – ¿cómo es que podemos entender a Mario?

– ¿A qué te refieres? – preguntó Daniela.

– O sea, yo sé que nosotros cuatro hablamos español, aunque cada uno a su manera – dije, señalando a Hugo, Gabi y Dani – pero él no, él es italiano, pero incluso después de quitarnos el implante lo entendimos.

– En primer lugar no soy italiano – dijo Mario – en segundo, hablo 12 idiomas perfectamente, como ya dije, trabajo para una organización secreta, pero no es momento de eso, debemos irnos.

Sin más dilación partimos, Mario tenía el brazo izquierdo totalmente inútil, fracturado y con el hombro atravesado, Hugo sería el encargado de cargarlo en primera instancia. Nos seguiríamos moviendo ahora al norte, según Mario en esa dirección saldríamos más rápido del bosque y encontraríamos un lugar seguro.

Pero la vida no se cansa de demostrarnos que nada es color de rosa y la suerte no siempre te sonríe, aunque últimamente no nos dedicaba ni una sonrisita fugaz. No había pasado ni media hora de haber abandonado la cueva cuando sentimos voces y el sonido de personas corriendo detrás de nosotros.

Era evidente, nos habían alcanzado, el único que tenía una posibilidad real de escapar era Hugo, solo si nos abandonaba a todos y tal vez yo, utilizando toda mi fuerza en correr, pero teníamos que escapar todos, o al menos esa era la intención inicial.

– ¡Violena!  – un grito hizo que me detuviera en seco – do not run anymore, if I catch you, I'll leave free your friends. (no corras más, si te tengo a ti, dejaré ir libres a tus amigos)

Es la voz de Dylan, en inglés, qué raro, pero ese es su idioma. Mi corazón latía muy rápido, mi pecho iba a explotar, es una opción para salvarlos. Su propuesta me hizo dudar de lo que habíamos decidido, la duda se reflejaba en mi rostro de forma evidente, yo quería escapar a toda costa, pero también quería salvarlos.

– No lo pienses ni por un segundo – dijo Gabi – tenemos que huir.

– Pero – iba a refutar y me interrumpió.

– Sin peros – Gabi me agarró de una mano para correr.

– ¡Don't do it! (¡No lo hagas!)  – gritó Dylan otra vez  – if you do that we will kill them all except you, and I will make you watch since I break them. (si lo haces los mataremos a todos excepto a ti, te haré observar mientras los destrozo.)

Volví a detenerme, sabía que no estaba bromeando con esa amenaza, él lo haría, el chico que una vez me gustó es ahora un maniático, tengo que revisar mis elecciones amorosas ¿en qué me he metido? Pero tampoco podía confiar en la promesa de que los dejaría vivir si me entregaba, tenía que haber otra solución.

Ya podíamos ver a los soldados, al final la distracción fue suficiente como para tenernos a rango de disparo de sus armas, si seguimos aquí en poco tiempo nos atraparán a todos y de seguro nos matan, tal vez a mí no, porque me necesitan, pero a ellos no. Puede que a Hugo y Gabi los investiguen por sus habilidades, pero lo más probable es que Dylan los mate porque sí.

– Hugo, eres el único que ahora puede protegerlos a todos – dije – él me quiere a mí, no a ustedes.

– No te entregues – me suplicó Gabi.

– No lo haré, solo llamaré su atención lejos de ustedes, sigan en esta dirección, yo correré hacia allá – dije apuntando al este.

– Pero te vas a perder – dijo Daniela.

– Confíen en mí – dije.

– No es que no lo hagamos, pero ella tiene razón – habló Mario – aquí te puedes perder fácilmente, pero tengo una idea.

Mario le indicó a Hugo que me entregara la brújula con la que nos estábamos guiando, de alta tecnología por cierto, contaba con un mapa digital que se desplegaba como un holograma y la función de GPS. Habíamos vuelto a correr hace ya un rato aun cuando hablamos, pero aun así la distancia seguía acortándose.

– Mira – me indicó Mario – marqué aquí en el mapa el lugar a donde debes dirigirte, allí nos encontraremos, vamos a separarnos ahora, pero distráelos solo lo suficiente para que nos alejemos.

– No – dijo Gabi.

– No te preocupes – le dije – no me atraparán.

– Cuídate por favor – me suplicó.

– Lo haré, sigan corriendo – les indiqué y yo me detuve.

Esperé unos segundos para que Dylan y los soldados pudieran verme y corrí hacia una dirección diferente, Este según la brújula. Apliqué mi teoría, usé mi fuerza en los músculos de mis piernas y comencé a correr más rápido que antes.

– ¡Follow her! (¡Síganla!) – gritó Dylan, lo sabía, soy irresistible, causo ese efecto en los hombres.

Me reí sola de mi chiste innecesario en este momento y seguí corriendo, me alejé un poco del rango de fuego de los soldados, para evitar que me dispararan, pero no podía alejarme mucho, no si quería que mi plan de atraerlos funcionara. Les daré el suficiente tiempo a los chicos para que se pongan a salvo.

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