Capítulo 55: Hora del siguiente rescate.

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~~ Violena ~~

Yo estaba decidida, no es que me emocione entregarme, pero mi prioridad es proteger a mi familia y amigos, lo único que debo averiguar ahora es cómo hacer que Hugo no me siga, no puedo ponerlo en riesgo.

– ¿Pero cómo hago para que Hugo se quede?

– ¿Lena?

Debo pensar en algo rápido.

– Lena.

Ya sé, lo dejaré inconsciente o te hago una lesión leve en el pie.

– ¡Leeenaaaaa! – gritó Hugo.

– ¿Qué? – dije sobresaltada.

– No me vas a dejar atrás – dijo.

– ¿Cómo sabes...?

– Porque estabas pensando en voz alta – me sonrojé ante tal descubrimiento – por cierto, eso último me dio miedo – debo ser demasiado idiota.

– Hugo, quédate por favor – le supliqué tomando sus manos en el acto.

– No me vas a convencer – me abrazó – no pasé por tantas cosas para salvarte como para perderte ahora – mis lágrimas brotaron.

– Gracias – no podía hacer otra cosa que agradecer, a pesar de mi determinado, sentía mucho miedo.

No quise despedirme de mi familia, no creo tener tiempo, además, si los veía estaba segura de que mi decisión y mi seguridad iban a desaparecer. Habían pasado ya cinco minutos y como prometió el General, los aviones pasaron de largo sin atacar, nos encontrábamos en el hangar superior con las compuertas abiertas, solo Nick, Davis, Hugo y yo, sin decirnos ni una sola palabra.

Un enorme helicóptero militar se aproximó, el helipuerto estaba al final de la plataforma, a unos sesenta metros de donde nos encontrábamos, pero aun así sentimos la fuerte ráfaga de viento que se arremolinaba al ritmo de sus hélices. Dos militares descendieron, bien armados y caminaron a nuestro encuentro.

– ¿Quién es Violena? – preguntó el que sin dudas estaba a cargo.

–De seguro no soy yo – respondió Nick sarcásticamente – la única mujer entre nosotros, es evidente.

– Bueno sí, olvídenlo ¡Vamos! – ordenó.

– Yo también voy – dijo Hugo.

– Tenemos órdenes de solo llevarla a ella – respondió él soldado, me alegré mucho al escuchar eso.

– Yo también soy un sujeto valioso – insistió Hugo ¿será imbécil? –  soy el HE005.

– Un momento, déjenme verificar – se alejó y se comunicó a través de su auricular por unos segundos y regresó – Bien, también vienes.

Con todo decidido nos despedimos de Nick y Davis, los abracé a los dos, no muy fuerte claro, pero quería expresarles mi gratitud, aunque no me salieron las palabras. Ellos pusieron su vida en riesgo para salvarme a mí, a mis amigos y luego a muestras familias, les debía mucho, por eso no podía permitir que destruyeran este domo, era mi momento de protegerlos a ellos.

Abordamos el helicóptero sin mirar atrás, al menos yo no lo hice; el ruido del motor encendiendo y las hélices comenzando a girar era estruendoso, solo amortiguado por los auriculares enormes que nos dieron, las ganas de bajarme eran enormes, pero tenía que resistir. Despegamos y el dolor en mi pecho era insoportable, me dolía mucho, tenía que resignarme a no ver nuevamente a mi familia y para hacerme sentir peor, un gritó hizo que mi corazón se rompiera.

– ¡Idiota! ¡Egoísta! – aún con los auriculares y el ruido pude escucharla – ¡Imbécil! ¿Te vas sin decir nada, a sacrificarte por nosotros otra vez?

Era Gabi con un enorme altavoz ¿Cómo llegó tan rápido aquí? No sé, pero era ella, sus gritos se mezclaban con su llanto y mi corazón se rompía en mil pedacitos. Ella lo entenderá, lo sé, ya está a salvo junto a su familia, todos van a estar bien.

– ¡Protégela o volveré por tu cabeza! – grité y David asintió, no sé si me escuchó, pero creo que captó el mensaje.

Nos alejamos a gran velocidad, dejando atrás el domo, mientras más lejos íbamos más me daba cuenta que mi vida acabaría, que ya no los volvería a ver y para colmo, no pude convencer a Hugo, no sé cuál sea su plan, pero estaremos rodeados de enemigos, ni con toda mi fuerza o su velocidad íbamos a poder vencer, ya deben tener contramedidas para nosotros, tendré que rebajarme y suplicar que solo me utilicen a mí. Pero hay algo seguro, aunque me maten o me utilicen, en cuanto conozca a ese tal General, la mente maestra de esta artimaña, lo tengo que matar cueste lo que cueste.

~~ Davis ~~

El helicóptero se alejó y quedé con Gabi entre mis brazos, llorando a moco tendido, el altavoz cayó de sus manos y golpeó el suelo con un sonido seco. Nick me miró en hizo señas para que bajáramos, pero lo detuve, este chance no lo podíamos perderlo.

–Nick, es hora de hacer algo loco – dije.

– ¿De qué hablas? Ya todo se fue a la mierda – su rabia se notaba, su impotencia, la responsabilidad de no hacer por proteger.

– Aún no – insistí – vamos a rescatarlos y a matar a ese idiota de mi jefe, o ex.

– Pero ya se fueron ¿Cómo los seguimos? Sobre todo, sin que se den cuenta, o si no, de nada sirve lo que hicimos aquí.

– No te preocupes, le puse un rastreador a Hugo, siempre ando preparado – sonreí – es el momento perfecto para acabar con él, está actuando desesperado, nunca lo había visto así, ni siquiera comprobaron si Lena o Hugo traían armas, micrófonos o cámaras encima, incluso el dispositivo que coloqué fue una apuesta tonta, pero nada, no se percataron, él nunca actúa así, sus órdenes siempre son concretas, es perfeccionista y meticuloso, siempre busca más allá de lo evidente, por eso creo que está actuando desesperado y es nuestro chance.

– Yo voy contigo – intervino Gabi, sabía que lo diría.

– No preciosa, debes quedarte, tu familia acaba de llegar.

– Mi padre sigue sin entender, es un ... Y no te quiero dejar solo.

– Pero también está tu madre, tu hermano, quédate por ellos, ya perdieron a un hijo, a un hermano – esas palabras le dolieron, las lágrimas volvieron a brotar.

– No me vas a convencer, yo voy...

Antes de que terminara la frase apliqué fuerza en dos puntos de presión que conocía muy bien, cayó desmayada en mis brazos. Sé que cuando despierte posiblemente me pide, pero no puedo ponerla en peligro, por primera vez en mi vida creo que estoy enamorado y no la voy a perder, además, si está viva, existe la posibilidad de que me perdone si regresó, pero si muere no hay vuelta atrás.

– Espera por mí, preciosa – le susurré al oído – tú serás mi motivación para regresar con vida, pero les tengo que demostrar a estos bastardos la razón por la que me nombraron "Shinigami".

Llevamos a Gabi a casa y comenzamos los preparativos, esto no sería una incursión grande, solo unos pocos participaríamos, si fuera posible entre cinco o diez solamente, el objetivo no era solo rescatar a Lena y a Hugo, si solo hiciéramos eso volveríamos a donde empezamos y terminaríamos en un conflicto a gran escala, la idea era infiltrarse y acabar con el General y sus instalaciones de ser posible.

Aunque le coloqué el transmisor a Hugo, ya me imaginaba hacia donde se dirigían, a nuestra sede principal, es allí donde él se siente más seguro, la ventaja, aunque le quiten el dispositivo, sé cómo localizarlos, la desventaja, seguro refuerza la seguridad, solo puedo apostar a que siga cometiendo errores.

Lo importante ahora no era solo actuar rápido, era ser sigilosos, indetectables, tener nuestras tareas bien definidas y distribuidas, esa sería la clave para el éxito de esta misión suicida.

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