Capitulo 13

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Aurora

Acababa de poner un pie en la mansión, junto con beta Barone , cuando la señora Kala se acercó corriendo.

-¡Por fin! He estado esperando a que volvieras. Vamos. Tu comida ya debe de estar fría.

Me agarró del brazo y empezó a arrastrarme hacia el comedor, no sin antes hacer una reverencia al beta.

-Por favor, discúlpanos, Beta Max, pero tengo que llevar a Aurora a cenar, o si no tendré problemas.

-No hay problema, señora Kala. Nos vemos, Rors -dijo.

Me hizo otro guiño antes de irse.

-No tenía por qué preparar mi comida, señora Kala. Podría haberlo hecho yo dije a la anciana.

-Oh, créeme, he tenido que hacerlo. El alfa no se mostró contento cuando descubrió que no te habías echado nada al estómago en todo el día. Me dejó muy claro que debía asegurarme de que comieras algo.

Sus palabras me cogieron por sorpresa.

-¡¿Lo ves?! Está preocupado por nosotras -dijo Rhea.

-¿No estaba contento? -repetí las palabras de la señora Kala, tratando de asegurarme de que las había oído bien.

Mientras hablaba, tomé asiento en la mesa del comedor.

-Sí. Dijo que no quería que te desmayaras mañana en tu primer día de servicio por inanición.

Colocó ante mí un plato de comida con un olor delicioso, pero mi apetito desapareció de repente.

-Lo sabía. Era demasiado bueno para ser verdad. En realidad no se preocupa por mi bienestar -le dije a Rhea.

Picoteé sin apetito, pero obligándome para no disgustar al alfa, ni meter a su gobernanta en problemas.

Cuando terminé, me excusé y me dirigí directamente a mi habitación, lista para que el día terminara.

Sin embargo, cuando entré me encontré con una doncella que estaba colocando un hermoso ramo de rosas en un bonito jarrón de cristal.

-Oh, discúlpame por la intromisión. La señora Kala ha dicho que el alfa le mandó poner estas flores aquí -sonrió, extendiendo el jarrón para que lo tomara.

-¿El alfa? Debes de haberte equivocado de habitación -dije, desconcertada por sus palabras. Atónita, tomé el jarrón de hermosas rosas en mis manos.

-No. Las tenía que traer a la habitación de Aurora Craton. La que está justo al lado de la del alfa, en el cuarto piso.

Su brillante sonrisa hizo que mis mejillas se calentaran y sentí que se sonrojaban.

-Gracias -dije, aún conmocionada.

-De nada. Por cierto, soy Faye. Nos veremos con frecuencia a partir de hoy. La señora Kala también ha enviado tu uniforme. Lo tienes en tu vestidor.

Me tendió la mano para que la estrechara y lo hice, devolviéndole la sonrisa.

-Bueno, estoy deseando trabajar contigo, Faye.

Odiada Por Mi AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora