Capítulo 16

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Aurora

Salí corriendo del centro comercial tan rápido como mis piernas podían llevarme. Necesitaba alejarme lo más posible de Wolfgang y de su palabras hirientes.

Incluso olvidé que Emma estaba conmigo, hasta que me alcanzó.

Corrimos por la calle. Mis piernas me llevaron inconscientemente a un parque donde solía jugar con mi padre.

Me acerqué a los columpios  y me senté, con la cabeza caída. Igual que mi autoestima.

Emma se sentó en el columpio vecino.

-No llores....Estoy segura de que no lo decía en serio -dijo Rhea, tratando de animarme como siempre.

-¿Me vas a explicar lo que acaba de suceder? -me preguntó Emma.

Sacudí la cabeza.

-¿Hay algo que me estoy perdiendo? Desde aquella fiesta, has estado actuando de forma extraña. ¿Qué está pasando entre tú y Alfa Wolfgang? -me presionó.

Estaba a punto de volver a negar con la cabeza, pero ella se levantó del columpio y se puso delante de mí, con las manos en las caderas.

-No te atrevas a decir que no ocurre nada. Sé que está pasando algo. Has estado apagada, Rory, y estoy empezando a preocuparme.

Pude ver la inquietud en los ojos de m amiga y sentí el impulso de contárselo todo, pero me mordí el labio.

No la pondría en peligro. No podía hacerlo.

-¿Estás...? -empezó, pero se interrumpió.

Me entró el pánico. ¿Se había dado cuenta?

-¿Estás enamorada del alfa, Aurora? -formuló al cabo.

Dejé escapar una bocanada de aire que no sabía que estaba reteniendo, sintiendo que mi cuerpo se relajara.

-Yo...-vacilé. Me froté los brazos con el frío de la noche que ya se hacía notar.

Tal vez podía colarle una verdad a medias.

-Lo estoy -reconocí. Me cubrí la cara para ocultar mi vergüenza.

Era la primera vez que decía que me gustaba de verdad. Claro, lo había pensado, pero decirlo en voz alta lo confirmaba todo.

Emma me bajó del columpio y me abrazó con fuerza.

-¡Oh, Rors! Deberías habérmelo dicho -protestó. Me soltó pero aún me mantuvo a corta distancia-. ¿Siente él lo mismo?

Bajé la cabeza, avergonzada.

-No. Y nunca lo hará. Tengo que asumirlo y olvidarme de ello- afirmé. Podía sentir una nueva oleada de lágrimas formándose en las comisuras de mis ojos.

No! ¡No te rindas! -gritó Rhea en mi cabeza.

-¡No! ¡No te rindas todavía, Rory! -Emma se hizo eco de las palabras de mi loba-. Quiero decir que quizá no es tu pareja; pero no debes rendirte todavía. Quién sabe. Quizá esté demasiado ocupado gobernando la manada y no se haya fijado en ti, pero ¿y si termináis encajando?

Odiada Por Mi AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora