Capítulo 37 de 75: Capítulo 1

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WOLFGANG

-¡Recházame! Prefiero ser una loba sin manada que convertirme en tu estúpida Luna -dijo Aurora poniéndose delante de nosotros, con las lágrimas aún corriendo por su cara, sus ojos llenos de odio y determinación.

-Lady Aurora, piénsalo bien. Si te marcan como renegada, perderás la protección que sólo puede ofrecer una manada -dijo uno de los ancianos.

-Oh, ¿te refieres al tipo de protección que se suponía que tenía cuando los renegados atacaron el hospital? -se burló-. Bueno, creo que estoy mejor sola.

-Aurora...los ancianos tienen razón. Si dejas la aldea, estarás expuesta. La mayoría de las manadas de la zona saben que eres nuestra Luna. Serías su objetivo de inmediato -intervino Max.

-Entonces, ¿qué? -se volvió hacia mí-. ¿Ahora sales a gritar al mundo que soy tu pareja? ¡¿Después de todas las amenazas y advertencias que me hiciste al respecto?!

-No, Aurora, yo... -empecé a buscar alguna excusa, pero el anciano Leto se me adelantó.

-No, Lady Aurora. Es....

-¡Deja de llamarme Lady de una vez! -le cortó, gruñendo -No soy tu Luna y nunca lo seré.

-Fue Tallulah, Aurora -intervino Max, llamando su atención-. Una vez que Alfa Wolfgang les dijo a todos que os habíais apareado y que él te había marcado, Tallulah dejó la manada ofendida. Pedimos a la manada de la Luna Azul que nos ayudara en tu rescate, pero se negaron, rompiendo todos los lazos con nosotros.

-A estas alturas estamos seguros de que han dado a conocer que el tratado está roto y cuál es la verdadera pareja del alfa -dijo el anciano Asher.

Aurora se quedó allí, como una presa mensa ante sus predadores. Temblaba sin parar y las lágrimas seguían cayendo de sus ojos, que estaban clavados en el suelo.

Ve con ella, muchacho. -Cronnos habló dentro de mi mente, y di un paso vacilante hacia mi pareja.

-Aurora...Lo que he hecho...no tengo forma de pedir perdón. Te he maltratado de todas las maneras posibles, y por eso lo siento... -manifesté.

Se quedó quieta, como si su mente tratara de procesar todo lo que le habíamos dicho.

-Pero, por favor, plantéate no irte. Quédate aquí donde podamos mantenerte a salvo, Aurora. Donde yo pueda mantenerte a salvo.

Levantó la cabeza y me miró fijamente.

-¡El único lugar seguro para mí es lejos de ti, alfa! Así que recházame y márcame como renegada, ¡cuanto antes! -gritó.

La sala se quedó en silencio por un momento.

-Muy bien... -dije.

-¡Alfa Wolfgang! ¡No puedes estar pensando en hacer eso! -dijo el anciano Radolf.

-¿Estás loco? Será un ciervo deslumbrado para todas las demás manadas -protestó el anciano Asher. Entonces levanté la mano para silenciarlos a todos.

-Aurora Craton, yo, Alfa Wolfgang....no te rechazaré. Te proclamo Luna de la Manada Rosa de Sangre del Norte.

-¡No puedes hacer eso! -gritó ella. Cargó contra mí, golpeando mi pecho con sus débiles manos.

Odiada Por Mi AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora