WOLFGANG
-¡Recházame! Prefiero ser una loba sin manada que convertirme en tu estúpida Luna -dijo Aurora poniéndose delante de nosotros, con las lágrimas aún corriendo por su cara, sus ojos llenos de odio y determinación.
-Lady Aurora, piénsalo bien. Si te marcan como renegada, perderás la protección que sólo puede ofrecer una manada -dijo uno de los ancianos.
-Oh, ¿te refieres al tipo de protección que se suponía que tenía cuando los renegados atacaron el hospital? -se burló-. Bueno, creo que estoy mejor sola.
-Aurora...los ancianos tienen razón. Si dejas la aldea, estarás expuesta. La mayoría de las manadas de la zona saben que eres nuestra Luna. Serías su objetivo de inmediato -intervino Max.
-Entonces, ¿qué? -se volvió hacia mí-. ¿Ahora sales a gritar al mundo que soy tu pareja? ¡¿Después de todas las amenazas y advertencias que me hiciste al respecto?!
-No, Aurora, yo... -empecé a buscar alguna excusa, pero el anciano Leto se me adelantó.
-No, Lady Aurora. Es....
-¡Deja de llamarme Lady de una vez! -le cortó, gruñendo -No soy tu Luna y nunca lo seré.
-Fue Tallulah, Aurora -intervino Max, llamando su atención-. Una vez que Alfa Wolfgang les dijo a todos que os habíais apareado y que él te había marcado, Tallulah dejó la manada ofendida. Pedimos a la manada de la Luna Azul que nos ayudara en tu rescate, pero se negaron, rompiendo todos los lazos con nosotros.
-A estas alturas estamos seguros de que han dado a conocer que el tratado está roto y cuál es la verdadera pareja del alfa -dijo el anciano Asher.
Aurora se quedó allí, como una presa mensa ante sus predadores. Temblaba sin parar y las lágrimas seguían cayendo de sus ojos, que estaban clavados en el suelo.
Ve con ella, muchacho. -Cronnos habló dentro de mi mente, y di un paso vacilante hacia mi pareja.
-Aurora...Lo que he hecho...no tengo forma de pedir perdón. Te he maltratado de todas las maneras posibles, y por eso lo siento... -manifesté.
Se quedó quieta, como si su mente tratara de procesar todo lo que le habíamos dicho.
-Pero, por favor, plantéate no irte. Quédate aquí donde podamos mantenerte a salvo, Aurora. Donde yo pueda mantenerte a salvo.
Levantó la cabeza y me miró fijamente.
-¡El único lugar seguro para mí es lejos de ti, alfa! Así que recházame y márcame como renegada, ¡cuanto antes! -gritó.
La sala se quedó en silencio por un momento.
-Muy bien... -dije.
-¡Alfa Wolfgang! ¡No puedes estar pensando en hacer eso! -dijo el anciano Radolf.
-¿Estás loco? Será un ciervo deslumbrado para todas las demás manadas -protestó el anciano Asher. Entonces levanté la mano para silenciarlos a todos.
-Aurora Craton, yo, Alfa Wolfgang....no te rechazaré. Te proclamo Luna de la Manada Rosa de Sangre del Norte.
-¡No puedes hacer eso! -gritó ella. Cargó contra mí, golpeando mi pecho con sus débiles manos.
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Odiada Por Mi Alfa
FantasyDías después de su decimoctavo cumpleaños, Aurora Craton siente la atracción de apareamiento mientras trabaja como camarera en una fiesta de los líderes de la manada. Su pareja resulta ser el Alfa Wolfgang de la manada Luna de Sangre. Cuando descubr...