Aurora
Me dirigía al despacho de Alfa Wolfgang para llevarle el café de las once. Estaba a punto de llamar a la puerta cuando oí voces.
-¿Estás seguro de esta decisión, señor? -dijo la voz de Gamma Bowman-. No tiene que apresurarte en la elección de su Luna. Puede esperar hasta que finalmente encuentre a su pareja.
¿Elegir una luna? ¿El alfa se había dado cuenta por fin de que deberíamos estar juntos?
Sabía que no debía escuchar a escondidas, pero miré a mi alrededor para ver si venía alguien, y luego acerqué la oreja, haciendo lo posible por ocultar mi aura.
-Todo lo contrario, Gamma Bowman. Ya es hora de que el alfa elija a alguien como su Luna, puesto que no ha encontrado a su pareja.
Era uno de los ancianos.
-Tiene que presentar una Luna ante la manada, para asegurar que habrá descendencia que dé continuidad al linaje Fortier Gagliardi.
-Todavía tiene tiempo hasta los 30 años, Aldo. Estoy seguro de que la manada entenderá que aún no haya encontrado a su pareja -objetó Remus.
-¡Estamos en guerra! No hay tiempo para esperar -dijo el anciano Leto.
-¡Basta! -retumbó la voz de Wolfgang a través de la puerta, silenciando a todos los demás-. Mi decisión es definitiva, Bowman. Me casaré con Tallulah Wilhelm, y la anunciare como la nueva Luna de la manada.
Me tambaleé hacia atrás, perdiendo el equilibrio y golpeando la taza de café contra su platillo.
El despacho se quedó en silencio por un momento. Un momento después, la puerta se abrió y los ojos azul hielo de Wolfgang se clavaron en los míos.
-Aurora... -empezó, pero le corté antes de que dijera nada más, empujando la taza y el platillo ante él.
-Tú café, alfa -dije, evitando el contacto visual.
-Llegas tarde -señaló. Me lo quitó de las manos con un gruñido, y luego tomó un sorbo-. Está frío. Prepárame otro.
Me devolvió bruscamente la taza, haciendo que se derramara sobre mi blusa.
-Enseguida, señor -murmuré. Me di la vuelta y me fui.
Me alejé rápidamente, tratando de llegar lo más lejos posible antes de permitir que las lágrimas fluyeran por mis mejillas. Al doblar una esquina, me derrumbé en el suelo y empecé a llorar desconsoladamente.
-No llores, Aurora -me pidió Rhea.
-Va a casarse con Tallulah. Va a anunciarla a la manada como su Luna. Nunca nos va a reconocer como su verdadera pareja.
Enterré la cabeza en mis rodillas, cuando sentí que alguien se acercaba y se acuclillaba a mi lado.
-Rory... ¿estás bien?
Levanté la vista para ver la cara de preocupación de Max. Me cogió de las manos y me ayudó a ponerme en pie.
-¿Qué ha pasado? -preguntó, mirando las manchas de café en mi camisa.
-Yo...el café de Alfa Wolfgang estaba frío, así que me pidió que le llevara otra taza -expliqué, apartando la mirada de los ojos preocupados del beta.
-¿Te tiró el café encima? -preguntó.
-¿Qué? No, yo...me tropecé y se me derramó -mentí. No quería que el alfa quedara como un mal tipo ante sus amigos.
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Odiada Por Mi Alfa
FantasyDías después de su decimoctavo cumpleaños, Aurora Craton siente la atracción de apareamiento mientras trabaja como camarera en una fiesta de los líderes de la manada. Su pareja resulta ser el Alfa Wolfgang de la manada Luna de Sangre. Cuando descubr...