Invitación

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Estaba a punto de responderle, sin embargo, fui interrumpida por un estruendo, alguien estaba golpeando varias veces las puertas de los casilleros. Jade me avienta la toalla de mala gana.

–Sal de aquí y no me molestes.–Jade lucía de mal humor.

<<Que miedo es su cambio de humor tan repentino>> pensé.

Lina

Estaba nerviosa. ¿Cómo me acerco a ella? cruzo la puerta de los vestidores y ahí andaba caminando de un lado para otro.

–Ho-hola..

–¿Tu fuiste quien golpeó los casilleros?.–Me preguntó exaltada.

–Deborah me mandó con ropa limpia para ti, apenas llegué aquí.–Respondí tímida.–¿Qué pasó?

–Nada y gracias, quiero estar sola.–Ever se mete a un cubículo dejándome sola en medio de los casilleros, no sé que es lo que está pasando,  su actitud no está favorable conmigo. Doy media vuelta.

–No te vayas, mejor quédate conmigo.–siento su mano tibia.

¿Fue mi imaginación o en verdad lo dijo?

–¿Qué?...–Se me cortó la voz.

Me jalonea llevándome con ella adentro del cubículo.

Ever me abraza sintiendo su cálido cuerpo, al sentir su piel semidesnuda mi respiración se aceleró al punto de agitarme, estaba empezando a sentir adrenalina dentro de mi estómago.

–Gracias.–Me susurra en el oído.–Ahora te voy hacer mía.

Sus labios van directo hacía mis labios, la detuve tapando su boca con mi mano.

–Esto no está bien, eres novia de Deborah.–Ella ríe como si hubiera dicho el chiste mas absurdo del mundo.

–No es mi novia, fingimos.

–No te creo, estás ebria.–Dije.

–¿Ebria?

–No quiero que mi primer beso sea en este espacio incómodo, quiero que sea especial y sobre todo con amor.–Esquivo el cuerpo de Ever y salgo corriendo.

Deborah

–¿Entonces mañana estará listo?

–Así es señorita, igual la llamo cuando terminemos con la refacciones.–Dijo el señor mecánico, llevándose mi bebé en una grúa.

Veo el reloj marcando las dos de la tarde, hace rato envié un mensaje a Ever y no contesta, tampoco había señales de su compañera Lina. ¿Qué estará pasando?

–Apenas vi el mensaje.–Me grita Ever desde del otro extremo del patio, tenia puesta un short y una playera verde, la ropa lo hacia ver como Adam Sandler.

–¿Qué tanto hacías?

–La directora me entretuvo.

–No importa, hoy nos iremos en transporte público, mi bebé se fue al taller mecánico.–Ambas caminos a la salida del colegio.

–¿Vamos a ir a tu casa?–Pregunta Ever.

–Si claro, te invito a pasar la tarde conmigo.

–Bueno…

Llegamos a la parada del autobús, y por suerte no tardamos en esperarlo y la mejor parte es que había asientos disponibles.

Había música dentro del transporte.

Tú mi chiquitita, te ando vacilando, te ando enamorando con grande fervor.

–Por poco tenía sexo con Jade.

Contigo, hasta el último momento.Where stories live. Discover now