Contigo, hasta el último momento.

Decepción

–Llevas picando esos waffles desde hace un buen rato, ¿Te lo vas a comer?.–Preguntó Sam.

–Sobre mi cadáver, no toques mis waffles.

–Ya Lina, dime qué tienes que esos waffles están más picados de lo que mi mamá se pica con esas telenovelas turcas.

–No es nada, amanecí con mucho sueño.

–Onichan.

–Ahghhh no vuelvas a decirme así.–Ambas reímos.–No tolero que me digan así, no sé porque pero me da pena ajena esa palabra

–Ya dime, todo el fin de semana has estado algo apagada, apartada.

–Sabes que es una necesidad apartarme para regularme y más porque el viernes conviví con mucha gente.

–Es cierto pero sé que te pasa algo más, conozco a mi hermanita.–Ambas sonreímos.

–Desde que apareció Ever en mi vida he estado sintiendo emociones nuevas, no sé como explicarlo...

–Te gusta.

De la nada mi celular Timbró.

Ambas dimos un pequeño brinco del susto.

–Me está marcando Deborah.–Contesto la llamada.

–Hey, ¿De casualidad Ever está contigo? No me contesta las llamadas.

–No, no he hablado con ella desde la noche del baile.

–Que raro, a lo mejor ya está en camino al colegio, estoy afuera de tu casa, ya salte.–Me cuelga.

–¿Quién era?–Pregunta Samantha.

–Una amiga de Ever, me tengo que ir.

Entro al bocho amarillo sentándome en el asiento del copiloto, ella estaba tarareando una canción,

acelera el auto.

–No te ví en la noche del baile.–Dije mientras estaba abrochándome  el cinturón de seguridad.

–Ahmm estaba con las chicas de fútbol en un bar.

–Todas tus amigas estaban en el baile.

–¿Ah, sí? Hemm ¿Mencioné aquellas chicas?

–¿Acaso me estás mintiendo?

–Yeah! ¿Espera lo admití en voz alta?

–Me estás mareando.–Deb se empieza a reír de los nervios.

–Ya, tranqui estaba jugando.

–Si, claro.

–Esta bien, no te quiero mentir y voy hacer franca. Soy una fangirl de una trilogía safica, una de mis escritoras favoritas sacó su tercer libro y ¡Dios mío! ¡Que me lo compro ese mismo día y dije está noche tengo una cita con este libro! Y me la pasé toda la noche leyéndolo en mi cuarto.

–Tuviste una buena velada entonces.

–Si, aún no la termino pero siento que no va acabar bien, tengo el presentimiento y es el último libro de esta hermosa historia romántica. No quiero ahorita llenarme de teorías de lo que va pasar, ya estoy en la mitad del libro.

–Estas muy apasionada, se ve que es un buen libro, debería de leerlo. ¿Cómo se llama?

–Buena decisión, deberías de leerlo, la primera parte se llama la luz de mi ciudad, la segunda se llama "la luz de mis constelaciones" ufff ese libro estuve impactada, mucho acción, risas y a la vez intrigada y esta ultima que es la que estoy leyendo se llama "La luz de las estrellas no son infinitas" que por lo que llevo ha estado lenta, aún la protagonista aún no sabe lo que quiere, pero no te quiero hacer spoilers, mejor lee, te voy a prestar los libros.

–Se ve que no va acabar bien.

–Shhh no, no quiero sobrepensar e imaginarme escenarios que me va a quitar la estabilidad emocional.

No dije nada más, estaba sumergida en mis pensamientos.

Ella habla de nuevo.

–Si quieres vete adelantando, voy a estacionar a mi preciosa.

–Esta bien.–Me salgo del auto.

No volteo hacia atrás, solo camino, entro al colegio y tomo el pasillo principal, a lo lejos veo a Diana de pie viendo su celular, tiene un gesto de asombro, su boca estaba tapada por su mano, me acerco a ella.

–¿Te-te pasa algo?

¿Por qué estoy empezando a tartamudear?  tan bien que estaba hablando hace rato.–Pensé.

–No debería, si debería.–Dijo Diana mirándome preocupada.

–Hasta acá veo algo raro, ¿Qué pasa Diana?–Dijo Deborah estaba a metro de nosotras.

Se acercó más y le rebató el celular, Deborah hizo un gesto desagradable.

–Me las va a pagar esa desgraciada.–Lo último que dijo antes de irse furiosa.

–Esto no va acabar bien.–Dijo Diana siguiendo en trance a Deborah.

La detengo jalando su brazo.

–Dime que pasa, por favor.

Estoy confundida.

–Linus Sebastián es un influencer y estudia aquí.

–Si, eso lo sé me lo explicó David la otra vez, pero ¿Qué con él?

–Ese estúpido cuando publica en sus redes sociales es porque descubre chisme morboso dentro o fuera de la escuela y esta vez le tocó a Ever.

Diana me enseña la publicación en Instagram, eran Ever y Jade besándose en el pequeño salón de gimnasia que está en el rincón de la escuela.

Estaba decepcionada, no por ella, sino por mi. Porque me ilusioné rápido de los pequeños detalles, acciones de aquella noche. Me sentí por un momento con ella segura, protegida y querida, pero todo fue imaginaciones tontas de mi parte.

–Esto le va afectar a las dos si se entera Alan.–Dijo Diana.–¿Vienes?

–No gracias, no quiero estar metida en chismes.–Ambas nos dimos la espalda y tomamos una dirección diferente.