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—¿Y qué? ¿Los dejo de ver a los dos y decido a cuál extraño más? —Jimin no se estaba escuchando, simplemente respondía con base en su enojo y espontaneidad del momento. Minjeong lo entendió así y se quedó en silencio para que las palabras de Karina hagan eco en ella misma. Apretó sus manos contra la baranda y sintió el frío calando en sus huesos y el hielo quemándole la piel. —¡Yo quiero estar contigo, Minjeong! —Apretó los dientes y sus ojos demostraban una mezcla de frustración y tristeza. Minjeong siguió haciendo lo mismo, mantener el silencio y dejar que Karina pase por todas las emociones.

Jimin se atrapó a ella misma en un juego que no sabía cómo terminar y ahora que Minjeong le daba una forma para hacerlo, sentía terror de dar ese paso. Pero tenía que aceptar que estaba siendo injusta con Minjeong, con Jeno y con ella misma.

—¿Hasta navidad? —preguntó en un susurro exhausto, rindiéndose de las pataletas y aceptando que debía madurar y dejar de ocupar a las personas para beneficiar a su imagen.

—Hasta navidad. —Confirmó Minjeong, segura, aunque en su interior sentía dolor de tener que separarse un tiempo de la chica con la que quería estar siempre.

Chaewon se asomó por la puerta para hacerles saber que el baño ya estaba desocupado y Minjeong se entró, dejando sola a Karina, quien todavía no se sentía preparada para volver entrar a la cabaña.

Tenía un mes para tomar una decisión, pero ya le estaba dando vueltas a todo lo que podía ocurrir según la decisión que tomaba.

Esa tercera noche todas se fueron temprano a la cama porque después de la caminata, sentían sus cuerpos agotados y el sueño era casi insoportable. Karina y Winter volvieron a dormir juntas, pero el cansancio no les permitió hacer de eso un problema.

Ese día era el último con actividades, ya que después de la cuarta noche se irían a primera hora de vuelta a sus casas para no llegar tan tarde.

Chaewon y Yunjin nuevamente se hicieron cargo del desayuno, mientras que Winter y Karina se dedicaron a ordenar. Al día siguiente tenían que partir y así podrían levantarse sin tanto apuro.

—Creo que me volveré adicta al café por tu culpa. —Se quejó Karina al sentarse a desayunar, nuevamente la más alta había preparado café para todo el grupo.

El desayuno fue bastante tranquilo, el grupo de las cuatro chicas funcionaba casi como un reloj cuando las cosas no estaban tensas. Incluso con la conversación de Minjeong y Karina, todo seguía estando bien porque después de una buena reflexión, Karina aceptó que era lo más sano que podían hacer.

Por otro lado, Chaewon y Yunjin estaban casi como viviendo una luna de miel. Las dos llevaban tanto tiempo extrañándose que ahora no querían pasar ni un segundo sin la presencia de la otra. Además, Karina y Winter eran dos personas con las cuales podían ser ellas mismas sin preocuparse de lo que pudieran decir.

—Creo que hoy nos van a llevar a patinar. —Karina tomaba su café tranquila, relajada y sin preocupaciones, ahora que sabía que estaba yendo por un buen camino.

—Jamás he patinado. —Confesó Minjeong, sorprendiendo a las otras chicas que sentían que no había nada que Minjeong no pudiera hacer. Ella notó lo que las demás le intentaban comunicar y se justificó. —Mis mamás nunca me llevaban, no son muy amantes de los deportes y luego cuando crecí nunca tuve interés.

—Será entretenido verte. —Yunjin ya se la estaba imaginando intentando mantener el equilibrio. Para las demás era algo común de hacer, Naevis era pequeño y cualquier actividad que pudiera ayudar a sus habitantes a distraerse era instantáneamente popular.

Just my type (Jiminjeong + Purinz)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora