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Krystal anunció que haría una reserva en un hotel para que ella y su hija puedan pasar la noche, pero Jessica no se lo permitió, insistiendo que su departamento era lo suficientemente grande como para albergarlas y que todavía tenían mucho para ponerse al día.

Jimin y su mamá compartieron miradas y ambas decidieron aceptar la oferta. El departamento efectivamente era de buen tamaño, por supuesto que no se comparaba con la enormidad de su casa, pero tenía una habitación de invitados lo suficientemente cómoda para que las dos pudieran dormir.

Era admirable que Jessica haya podido conseguir un lugar así por su cuenta, considerando que todavía era muy difícil para las madres solteras poder surgir de esa forma. Era incluso mayor el hito si se agregaba el hecho de que había sido soltada a la deriva cuando apenas tenía 18 años por unos padres que no fueron capaces de aceptarla tal cual era.

Esa corta reflexión le fue suficiente a Karina para recordar que sus miedos realmente eran insignificantes al lado de otros, pero que sin minimizar lo que sentía, eran una motivación para hacer las cosas bien. Sus padres no eran nada como sus abuelos y Minjeong era una persona en la que podía confiar para que cuide sus sentimientos.

Las cuatro cenaron con mucha comodidad sin que se hiciera notar lo poco que en realidad se conocían porque todas tenían un verdadero interés en aprender cómo era la otra y la dinámica era bastante tranquila. Karina creía que realmente su familia estaba creciendo en ese momento y le gustaba mucho.

Cuando se fueron a la cama, Karina se tomó el tiempo para ver la expresión de su mamá. Krystal estaba relajada y claramente alegre, algo que se contagió en ella de forma instantánea. —Te ves contenta. —Remarcó en voz alta.

—Lo estoy. —Su mamá sonrió de una forma que no recordaba ver antes, el reencuentro con su hermana mayor era tan importante para ella que Jimin jamás sería capaz de dimensionarlo. —Soñé muchas veces con este día e incluso así superó todas mis expectativas. Yo siempre pensé que ella me iba a rechazar, que me iba a culpar por nuestra distancia, pero nada de eso ocurrió.

—Eras apenas una niña, sería tonto culparte.

Krystal no dijo nada después de eso, únicamente le deseó las buenas noches a su hija y rápidamente se quedó dormida. Estaba liberada de tantas cosas, que durmió más relajada que nunca.

Lamentablemente, no fue lo mismo para Karina. Se sentía sobre estimulada por todo lo que había sucedido ese día y por supuesto que cierta futbolista tampoco salía de su cabeza. Se dio vuelta en la cama en incontables oportunidades y finalmente decidió levantarse.

Caminó hasta la cocina intentando hacer el menor ruido posible, pero cuando vio que su tía estaba ahí se detuvo de golpe, un poco intimidada por su presencia. Ella y su mamá compartían sin dudas una expresión de pocos amigos que podía petrificar a cualquier persona. Si su mamá ya la asustaba a veces, ahora tenía otra persona con esa misma cualidad.

—Perdón, pensé que no había nadie.

—No te preocupes ¿Tampoco puedes dormir?

Jessica se levantó y desapareció, volviendo luego con un tazón. —Ven a tomar un té conmigo. —Le pidió y ahí Jimin notó que la mujer estaba con su computadora sobre la mesa y una tetera que humeaba. Era obvio que estaba trabajando y por el corto recorrido que había dado al departamento, supuso que no contaba con una oficina personal y que por eso trabajaba en ese espacio común.

Karina se sentó a unos dos puestos de distancia de donde estaba Jessica, fue algo instintivo y que no pensó mucho, pero que luego pensó que quizá se veía un poco raro. Cuando Jessica volvió, le llenó una taza de té y le detalló que se trataba de una mezcla de yerbas que la ayudaban a relajarse y a dormir más tranquila.

Just my type (Jiminjeong + Purinz)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora