Misión

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Se encontraba en su cama dormido, hasta que unos fuertes golpes se escucharon en su puerta.

—¡Adelante! —gritó un rubio sin ánimos de salir de la cama.

—Es increíble que aún estés durmiendo Naruto, idiota, ¿qué horas crees que son? —dijo una chica pelirrosa algo molesta. A su lado estaba su amigo Sai, quien observaba detenidamente el apartamento del rubio.

—¿Qué necesitan chicos? es muy temprano.

—Kakashi sensei nos llama a su oficina, al perecer nos asignará una misión.

—¿Que? ¿enserio?

—Si idiota, así que apúrate y vístete que se nos hace tarde.

Levantándose de su cama, corrió al baño a lavarse la cara para despabilarse y vestirse con su ropa de misión. Apurado por las órdenes de su amiga, tomó sus llaves y salió con su equipo fuera de su departamento.

En el camino a la oficina del hokage, se encontró con Hinata, quien compraba algo de comida para preparar el desayuno.

—¡Hinataaaa! —gritó Naruto mientras corría hacia ella como un niño pequeño. Llego hasta donde se encontraba y le planto un beso en plena calle.

—Naruto-kun ¿qué haces despierto tan temprano?

—Oh, Kakashi sensei nos está llamando a su oficina, al parecer nos asignará una misión.

—Ya veo, estoy segura de que si. —dijo Hinata sonriendo. —Buenos días, Sakura-san, Sai-san.

—Buenos días Hinata, ¿despierta desde tan temprano? —preguntó Sakura.

—Umm, si, en realidad estoy comprando cosas para el desayuno.

—Oye Hinata, ¿quieres venir con nosotros a la oficina?

—Me encantaría Naruto-kun, pero tengo que llegar al clan, además creo que es mejor que vayan como equipo.

—Bueno, entonces apenas termine con Kakashi sensei iré corriendo a verte. —dijo Naruto sonriendo.

—Está bien Naruto-kun, te esperaré, adiós, Sakura-san, Sai-san. —dijo Hinata mientras se despedía de sus amigos y de su novio.

Continuaron caminando hasta que llegaron a la oficina del hokage. Shizune, la asistente los hizo pasar.

—Buenos días hokage-sama. —dijeron los chicos.

—¡Chicos! buenos días, qué bueno que llegan. Tengo una misión para ustedes. —dijo el hokage con una voz seria y amigable.

—Kakashi sensei, ¿por qué nos llamó tan temprano? —dijo el rubio haciendo muecas.

—Verán, su misión es llevar este pergamino a la aldea de la roca para que descifren el código que está dentro, deberán esperar hasta que el código este descifrado y me lo traerán de regreso. Chicos, este pergamino es muy importante, así que es probable que en el trayecto se enfrenten a ninjas que lo quieran robar. Deberán estar preparados.

—Entiendo, entonces nos quedaremos en la aldea de la roca unos días ¿no es así? —dijo Sakura mientras asentía con la cabeza.

—Así es, puede ser una semana o hasta más, por lo que es necesario que partan de inmediato.

—¿Qué? ¿¡una semana!? eso es mucho tiempo Kakashi sensei. —dijo Naruto entre quejidos.

—Nunca antes te habías quejado del tiempo de una misión Naruto. ¿O te preocupa no ver a Hinata por una semana? —dijo Sai en tono burlón.

—Exactamente eso, Kakashi sensei ¿no puede venir Hinata con nosotros?

—Tengo una misión designada especialmente para Hinata y su equipo, así que tendré que decirte que no.

—Pero... —no terminó de hablar porque fue interrumpido por Kakashi.

—Soy el hokage Naruto, así que yo tomo las decisiones, así que si nadie tiene ninguna queja mas, pueden retirarse, partirán en una hora. Designaré a Sakura como líder del equipo.

Los tres ninjas salieron de la oficina del hokage. El rubio no estaba contento con la idea de no ver a su novia por una semana, así que ni bien salió, fue corriendo hasta su casa. Acordaron verse en una hora en la entrada de la aldea.

Llegó a la mansión Hyuga con toda la prisa, los sirvientes del clan ya lo conocían debido a las repetidas ocasiones que iba a visitar a su novia.

—Naruto-kun, veniste. —dijo Hinata mientras abrazaba a su novio.

—Claro que vine, te dije que lo haría.

—¿Y cómo te fue con el Hokage sama?

—Nos asignó una misión de una semana en la aldea de la roca, partiremos en una hora.

—Oh, ya veo, así que estarás fuera una semana. —dijo Hinata mientras bajaba la cabeza.

—Si, ¡pero si prefieres que me quede lo haré por ti!

Hinata río tapándose la boca, no quería que se vaya, era claro que lo iba a extrañar.

—Naruto-kun, ser hokage ha sido tu sueño desde pequeño, no me gustaría interferir en eso, ve, yo estaré bien.

—Hinata, esperaba que dijeras que me quedara. —dijo haciendo un puchero.

Hinata rompió en risas, estaba segura de que él era el que no quería ir a la misión.

Hinata acompañó a Naruto hasta su apartamento, ella le ayudó a sacar las cosas que necesitaría para su misión, armas como kunais y shurikens. Hinata, aprovechando su visita, decidió prepararle a Naruto algo de comer, pero a ver que solo tenía ramen en la alacena, decidió salir de compras y hacerle la comida en su casa.

—Naruto-kun, he notado que solo tienes ramen instantáneo en la alacena, eso no es bueno para tu salud. ¿Sabes? ya vuelvo, iré a prepararte algo delicioso para tu misión.

—Hinata, ¿te irás? ¿no te despedirás de mí?

—No te preocupes Naruto-kun, te veré en la puerta de la aldea antes de que te vayas.

Hinata salió de su departamento rumbo a casa a prepárale algo para comer a su novio.

Ya había pasado el tiempo, Sakura y Sai estaban listos para partir, pero Naruto aún no, él sabía que Hinata iría a despedirse de él.

—¡Naruto-kun! —dijo una voz a lo lejos. —disculpa la tardanza, me demoré más de lo que pensaba, ten aquí tienes. —dijo Hinata entregándole algo de comida.

—¡Hinata, gracias, yo sabía que vendrías!

Ambos se miraron a los ojos, Naruto, al mirar los ojos perlados de su amada, no quería dejarla, quería llevarla con el, o mejor, quedarse con ella. En un instante, puso sus manos en su cintura y la acercó a él en un cálido abrazo.

—Hinata, te voy a extrañar, pero volveré pronto. —dijo el rubio mientras la abrazaba con fuerza.

—Naruto-kun, ¡estaré esperándote aquí! —dijo la ojiperla poniendo su cabeza en su pecho.

Naruto tomó su mentón con sus dedos y alzó su mirada hasta el, en un instante, sus labios estaban sobre los de ella. Correspondió el beso de inmediato. Naruto, al sentir eso, empezó a jugar con su lengua, introduciéndola en la boca de ella, Hinata cedió esto, y ambos empezaron a jugar con sus lenguas, experimentando sensaciones y despertando nuevos deseos e impulsos en ambos. Se separaron por falta de aire, y sus frentes topaban la una a la otra.

—¡Naruto, deja de coquetear y vámonos! —dijo Sakura que aunque estaba feliz por ambos, estaba desesperada por la misión.

Naruto soltó a Hinata, y en ese instante sintió un vacío en su pecho, comenzó a marcharse mientras se despedía con la mano y una sonrisa de su amada. Ella solo lo veía feliz y en su mente solo podía pensar.

—Naruto-kun...¡vuelve pronto!

After The LastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora