After The Last

Pedido especial

Era temprano, pero a pasos apresurados iba rumbo a la mansión Hyuga, tenía que verse con Hiashi, aún faltaban por terminar algunos pendientes con respecto a la boda.

Al llegar los sirvientes lo saludaron con una cálida sonrisa y lo llevaron hasta el gran salón, donde se encontraba Hiashi, y junto a él, Hinata.

—¡Buenos días! —dijo el rubio saludando con una sonrisa.

—¡Naruto-kun! —corrió hacia el y lo abrazó en uno de sus impulsos.

—¡Hina! por fin puedo verte. —le correspondió el abrazo de inmediato.

Fue un abrazo corto ya que Hiashi se encontraba presente. Ambos tenían en mente las advertencias de Hiashi, y más el rubio.

—Naruto, adelante pasa, toma asiento. —dijo el hombre mientras le indicaba el asiento al rubio.

Tomó asiento justamente a lado de Hinata y escucho atentamente lo que Hiashi tenía para decir.

—Bien... —comenzó a decir Hiashi. —Como sabrán, falta menos de una semana para la boda, todo está listo, solo falta una cosa. —el hombre fijó su mirada en Naruto. —Naruto, necesitamos saber quién te acompañará a la boda, es decir, necesitamos a una persona que haga el rol de tu padre para la ceremonia.

—Oh, entiendo. —dijo el rubio asintiendo.

—No tienes que decidirlo ahora, tienes algunos días para pensarlo. Tómatelo con calma muchacho. Pueden retirarse.

—Eso haré señor, gracias. —dijo el rubio mientras salía del gran salón.

—Naruto-kun, ¿todo bien? —preguntó Hinata al notarlo un poco pensativo.

—Si Hina, es solo que...me gustaría que mis padres estuvieran aquí, me encantaría que te conocieran, estoy seguro de que les encantarías.

—Naruto-kun... —dijo Hinata mientras tomaba su mano. —Tu padres siempre estarán aquí contigo, siempre y cuando los tengas presentes, ten por seguro que ellos están muy orgullosos de ti.

Apoyó su cabeza en el hombro de su amado, y este la abrazo con fuerza, la besó suavemente y tomó su mano.

—Hinata, vayamos a comer, te invito a una cita.

Hinata asintió y ambos salieron de la mansión Hyuga rumbo a la aldea.
Iban caminando por la aldea mientras se reían y conversaban el uno con el otro. Después del almuerzo se dedicaron a hacer compras y pasaron un rato juntos en el parque.

—Hinata, he pensado acerca de lo que me dijo tu padre. —comentó el rubio. —Y he decidido pedirle a Iruka sensei que asista a la boda como mi padre. Es decir...hemos pasado por tantas cosas juntos, y no quiero que nuestra relación se limite a ser solo alumno y profesor, me apoyado en los momentos difíciles y siempre ha estado para mí. Aunque, no se si acepte, es decir, no tengo idea de cómo el me ve. —dijo nervioso mientras se rascaba la nuca.

—Naruto-kun, yo estoy segura que el aceptará, me pongo muy feliz por ti. Te amo. —dijo la ojiperla mientras se aferraba a él.

—Yo también te amo Hinata, mi futura señora Uzumaki. —dijo el rubio en tono juguetón.

Se quedaron uno junto al otro mientras contemplaban el atardecer. Les encantaba pasar tiempo juntos.

Pasaron unos cuantos días, hasta que dos noches antes de la boda, fue cuando Naruto por fin se decidió a presentarse en casa de Iruka, su plan, era invitarlo a comer algo de ramen y después pedirle el favor.

Era una noche brillante, las estrellas iluminaban la aldea, y Naruto se encontraba en la puerta del apartamento de su maestro de academia. Tocó la puerta con timidez y un hombre abrió.